“Carnada” (Teatro)

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Dramaturgia: Susana Torres Molina. Actúan: Ingrid Pelicori, Anahí Gadda y Carolina Guevara. Diseño y realización de escenografía: Víctor Salvatore. Colaboración en realización de escenografía: Paula Molina y Guillermo Manente. Diseño de iluminación: Matías Noval. Diseño y realización de vestuario: Cintia Miraglia. Asesoramiento coreográfico: Marina Svartzman. Producción ejecutiva y artística: Alejandra García. Asistencia de dirección: Gabriel Urbani. Dirección: Cintia Miraglia. Duración: 55 minutos

El portón de Sánchez. Sánchez de Bustamante 1034. CABA. Lunes, 20 h.

Recibir visitas no siempre es plancentero. En ocasiones es incomodo, más aún cuando son inesperadas y con algún propósito determinado. Frida está sentada, en el living de su casa. De repente, dos jóvenes mujeres interrumpen sus pensamientos, en busca de su marido recién fallecido. La viuda se encuentra en pleno duelo pero ¿qué más?. ¿Qué significa esto? Tantas cosas…¿Amor y dolor ante lo acontecido o reflexionar sobre la vida del difunto, lejos del aura de santidad que adquiere quien ha partido del mundo de los vivos?

Las dos jóvenes, con una estética dark, tienen un propósito, un fín. Hubo un pasado que no fue pisado pero, ¿se extiende hasta hoy? Desde este lugar, los interrogantes atraviesan a cada uno de los personajes. Frida se encuentra frente a una situación que le explota en su rostro. En cambio, las dos chicas tienen muy claro su objetivo.

El texto de Susana Torres Molina es tan rico como inquietante respecto a lo que esboza. Juega con maestría con el misterio de la condición humana y su comportamiento. Su capacidad para “hacer el bien y hacer el daño”, como diría una canción. Esa dualidad de los seres humanos que muy bien retrató Eduardo “Tato” Pavlovsky en gemas como “El señor Galindez” o “Potestad”. Aquí, es un universo más femenino, con mujeres que han crecido pero no olvidado lo acontecido. En un punto, siguen la línea de Jorge Luis Borges y su “Encuentro con el enemigo”.

Será en estos pares opuestos (o complementarios en algunos casos) en que el significante vacío deberá ser completado por el espectador.  El “víctima o victimario, “encubrir o desconocer” tienen su propio juego que, inclusive tendrá en este último par, el linkeo con lo más próximo de la cotidianeidad.  Salta del escenario para mirar a una sociedad que –pareciera- deja de lado cualquier atisbo de justicia en pos de un “perdón” pasteurizado con el olvido. No sea cuestión que instituciones como la familia reciban algún daño difícilmente reparable. En un contexto donde el terraplanismo y el desquicio imponen su ley y la crueldad se pone de moda, el diálogo es inmediato. Todo , sin hablar de ese giro tan común en los seres pero oculto, que es la negación.

La dirección de Cintia Miraglia es precisa. Todo está en su lugar y se desenvuelve como armonía. ¿Qué decir de las actuaciones del trío actoral compuesto por Ingrid Pelicori, Anahí Gadda y Carolina Guevara? Actrices de probadísimo talento y escuelas diferentes, se complementan en ese “todo que es más que la suma de las partes”.  

“Carnada” es de ese tipo de puestas perturbadoras, que ponen el dedo en la llaga en temas complejos y urticantes, con calidad artística. Visibiliza ese ocultar “debajo de la alfombra” de tantas familias que, en el caso de una sociedad, son el caldo de cultivo para explosiones futuras, en busca de justicia.

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