Comer para reir
Autoría: Cecile Caillon, Julieta Carrera, Rosina Fraschina, Marcelo Katz y Fred Raposo. Con Cecile Caillon, Rosina Fraschina, Fred Raposo y Gabriel Wolf. Iluminación: Lucas Lavalle. Diseño de vestuario: Daira Gentile. Realización de escenografía: Gabriel Diaz. Diseño gráfico: Romina Salerno. Asistencia de dirección, fotografía y producción: Paula Sánchez. Coreografía: Gabi Goldberg. Director musical y música: Javier Estrin. Dirección: Julieta Carrera.
Camarín de las Musas. Mario Bravo 960. Sábados, 20 hs.
Los restaurants han sido siempre un motivo de observación y de curiosidad. Cuenta la leyenda que nunca hay que ir a ver la cocina pero en el caso de “Rauch”, nombre del establecimiento gastronómico que da título a la obra, hay que verla con ojo avizor, neurona atenta y –muchas- ganas de reírse.
Beto, Elena y Pereira se “entrenan” para lo que sería la inminente apertura del restaurant. Pero antes deben pasar por las pruebas de la dueña del establecimiento ya que solamente dos de los tres formarán parte del staff.
El ambiente conjuga esa tensión que es la impaciencia con respecto a lo que va a ocurrir. Todo se concentra en un repertorio de humor físico y una dramaturgia sencilla y contundente, que incluye algún juego de palabras ubicado con precisión quirúrgica. Si bien es una comedia, va más allá del humor para analizar las relaciones laborales, la explotación y la forma en que se producen los intercambios entre los involucrados. El clown engaña en el buen sentido de la palabra. Parte de una inocencia que dará paso, de manera paulatina a cierta mordacidad que no opaca en absoluto, la característica mencionada con anterioridad. Es la figura-fondo de la Gestalt, que podrá ser comedia o drama, humor o tragedia.
Los tres payasos tendrán sus características particulares, en cuanto a las personalidades de los personajes. Esta vez no habrá valija para dar cuenta de cierto carácter nómade y clownesco. Las actuaciones son frescas y denotan un conocimiento del clown. Cecile Caillon, Rosina Fraschina, Fred Raposo y Gabriel Wolf dan cuenta de su compromiso con un género que tiene mucho por decir.
La música juega un papel importante en la puesta junto con las coreografías que se requieren para determinados momentos. La escenografía es bien simple. Un modular junto con una mesa, tres sillas y una puerta que se irá desplazando por varios lugares. La dramaturgia tiene ese mix que permite el paso de la ingenuidad de los gags y las caídas y golpes constantes, a la reflexión con respecto a las relaciones de trabajo. Es cuando la risa se mezcla con la reflexión y visibiliza relaciones donde la igualdad y el respeto no siempre forman parte de la ecuación. La carcajada graciosa se complementa con la sonrisa irónica. Pero sin perder nunca el humor. El origen podrá ser el dolor, la tristeza o la incertidumbre frente a un futuro que tiene a la pérdida del trabajo una probabilidad palpable.
Julieta Carrera dirige “Rauch” con la impronta de quien desea investigar y expandir los límites de su género pero sin perder su esencia. Disfrutable de principio, te hace reir y pensar al mismo tiempo, sin perder la frescura y gracia. Nada más y nada menos, la esencia de ese género tan bello y divertido que es el clown