Mirada de mujer
Dramaturgia e interpretación: Amanda Polo. Interpretes (en video): Gabriel Schapiro, Eugenio Tourn y Roberto Pizarro. Realización Escenográfica: Natividad Martone y Gustavo Garabito. Vestuario: Paula Martone. Realización Audiovisual: Romina Giunta. Diseño de Afiche: Enrique Polo. Luces: Horacio Novelle. Producción General: Amanda Polo. Dirección: Natividad Martone. Coproducción entre México y Argentina
Pan y Arte. Boedo 876. Sábado, 20.30 hs.
Mujeres que cuentan sus historias que son reconocibles aunque, no por eso, menos relevantes. El año 2014 encuentra a la mujer ubicada en distintas esferas, algunas que distan de ser las mejores, pero siempre en tensa situación con un contexto que no termina de asimilar los avances obtenidos por las féminas a través de los tiempos.
Amanda Polo dará vida a seis mujeres que podrán ser muchas más. Una mujer colgada que habla constantemente, que cuenta su historia y recuerda el pasado pisado, lejos de un presente que dista de ser ideal. Será Valentina la que inicie un viaje donde cada una de las chicas tendrá su lugar y en algún momento, -quizás- sus historias se crucen no solo sobre tablas sino también con algún/a espectador/a. Allí será cuando una revolucionaria le cuente a una periodista un tanto naif, el porqué de un reclamo ante una sociedad.
Será a partir de ese momento, que el humor y la ironía empezaran a jugar con un texto que plantea preguntas que dejará, por suerte, sin respuestas. ¿Hasta dónde puede haber una revolución, en el caso que esta sea una solución a los problemas? Será esa revolución la que también tiene su efecto colateral siendo, en ocasiones, aún peor el remedio que la enfermedad. De esta manera, aparece Verónica y su obsesión por tener un hijo, replanteando la situación desde el lugar preestablecido de la mujer, la concepción de maternidad como condición sine qua non a su identidad como “mujer”. Podrá ser madre y ejercer trabajos que vienen desde el origen de la humanidad, tal es el caso de Rebeca. Pero también desear que un hombre sea la causa que le permita estar despierta por las noches a Laura.
Cualquiera de ellas planteará interrogantes ponzoñosos, de esos que implican una fuerte reflexión –y discusión- que va más allá de la condición de género.
En una puesta austera, con una escenografía sencilla y un televisor que, en algunos casos, termina siendo un personaje más de la obra, la atención se centra en la actuación de Amanda Polo y la dirección exacta de Natividad Martone.
“Variaciones, poética de la irrealidad” da cuenta de aquellas vidas femeninas que no salen tanto a la luz pero que merecen contarse, en toda su dimensión.