Primavera Boxistica

¿Hace cuanto tiempo que no se sentía este clima para los amantes del boxeo? La posibilidad de tener en el lapso de quince días, a cuatro campeones del mundo, si es que Diego “La Joya” Chávez retiene el título welter en el Luna Park este sábado 22 de septiembre. Recordemos que se coronaron Sergio “Maravilla” Martínez, Marcos “El Chino” Maidana y Lucas Matthysse en los últimos días.  

 

Aprovecho la ocasión para recordar que el boxeo es el deporte que más medallas olímpicas le dio a la Argentina. Pero vayamos a la crónica de los acontecimientos.

Sábado de super acción

Nada mejor que retomar ese ciclo de cine clase B con el cual solía engalanar Canal 11 las tardes de sábado, a principios de la década del 80, para titular lo que fue el sábado pasado. Durante la semana había avisado (con algún reproche de por medio) por el Cara-Libro, “el sábado no voy a ningún lado después de las 22 hs porque pelean el Chino y Maravilla”. Estuvieron quienes me preguntaron a quien me refería aunque el boom mediático de Sergio Martínez no se correlacionó con la poca cobertura brindada al silencioso Chino de Margarita (ciudad de la provincia de Santa Fé, de la cual es oriundo).

Presuroso raid que incluyó ir al teatro El Extranjero a ver “Paraná Porá” (empezó a las 20.30 hs), llegué a mi hogar a las 22.15, donde me esperaban dos amigos con quienes vi las peleas Marcos Maidana-Jesus Soto Karass y Sergio “Maravilla” Martínez-Julio César Chávez Jr.
Como en mis viejas épocas de co-conducción desde estudios del programa “Campeones en el ring” –Cadena Eco-, agarré un anotador y me hice el croquis para las tarjetas de ambas contiendas. Al buscar el canal para ver la pelea, recordé que Telecentro lo que tiene de económico, lo compensa con su idiotez ya que no suele “comprar” los programas de TyC Sports, por lo que el boxeo o la Liga Nacional de Basquet no se ven en directo. En fin…

Ubicados ya en primera fila, con Canal 7 en la televisión (Alejo Rivera y Daniel Guiñazú en relatos y comentarios), viajamos imaginariamente al MGM de Las Vegas. Marcos Maidana (foto izquierda) volvía a pelear en la categoría welter, de los 66 kgs. Las dudas sobre el rendimiento del “Chino” en la categoría se debían a que sus mejores performances habían sido en 63 kgs. En welter había peleado con Devon Alexander, un estilista que le ganó todos los asaltos a Maidana. Horacio Pagani, en declaraciones a ECDL, había sido bastante duro con Maidana.

Soto Karass se presentaba como un boxeador complicado, de físico más grande que Maidana, con brazos largos y que no temía ir al palo por palo. Los dos primeros rounds, Maidana fue por la cabeza del azteca. Salió a quemar las naves en una pelea que se fue haciendo callejera, con múltiples infracciones realizadas por ambos contendientes. Llega el round tres y el Chino ya empieza a sentir el rigor de tener una pegada respetable en una categoría donde sus golpes (parece) no duelen tanto. Karass estira los brazos y aleja a Maidana al tiempo que mete algunas combinaciones que hacen mella en el santafesino. Maidana se agarra del mexicano al tiempo que el referee Kenny Bayless les descuenta un punto a cada uno en el cuarto round.


Antes de entrar al séptimo round, ECDL tenía 58-56 a favor del mexicano. Los ahogos de Maidana son proverbiales y suelen reiterarse. Con Demarcus “Chop Chop” Corley le pasó en el Luna y tanto con Amir Khan como con Erik Morales, vino corriendo desde atrás. Con el King Khan no le alcanzó pero con el Terrible se llevó una victoria ajustada. Pero los noqueadores siempre tienen crédito abierto y Maidana no es la excepción. En los últimos treinta segundos del séptimo asalto (del cual también le descontaron un punto), el crédito argentino acierta un 1-2 exacto en la mandíbula de Karass que se va al piso. 


La campana lo salva al azteca pero en el octavo asalto, Maidana combina una serie de golpes entre las cuerdas dejando sin respuesta a Karass. El arbitro para las acciones y el combate llega a su fin.

Más allá de la gran alegría que dio Maidana reponiéndose en un combate que le era desfavorable, se aprecia que continúa ahogándose en el medio de la pelea. Ahora, regalando kilos, su pegada no es garantía absoluta de salvación. Los rivales son más grandes y resisten mejor sus golpes, al tiempo que Maidana empieza a sufrir en algunos momentos los impactos de sus oponentes. A no confiarse, Chino que lo ocurrido el 15-S no es para abusar ni reiterar a futuro. Por más corazón que tengas –¡¡que es enorme!!-, no siempre sale el número que uno quiere.

En la calle no se ve nadie caminando. Es una pelea que atrajo a todos. Al amante del boxeo, al que no le gusta el pugilismo. A hombres, mujeres y niños. Se hablaba en los supermercados y en los negocios. “Che, donde vas a ver la pelea?”. No hacía falta decir quien peleaba. Todos lo sabían. “Cuarenta millones de puños me estarán acompañando” dijo Maravilla. No le faltaba razón….

Tomamos algo antes de que se acerque el gran momento de la noche. Nos ubicamos geográfica e imaginariamente en el Thomas & Mack Center, de Las Vegas. Belinda canta el himno mexicano luego de una no muy felíz versión de la canción patria argentina, a cargo de León Villarián. Con su eterno “Let’s get ready to rumbleeeeeeeeeee”, Michael Buffer nos pone la piel de gallina y anuncia lo que tanto esperamos.

Suben Sergio Maravilla Martínez y Julio César Chávez Jr, a quien anuncian como “El hijo de la leyenda”. Ya vamos mal por ahí porque, si bien será “el hijo de”, denle una chance de escribir su propia historia. Miro con atención el físico de Chávez Jr y recuerdo que el día anterior había dado 71.700 kgs. Si subió con ese peso al cuadrilátero, yo soy Cameron Díaz. ¡¡Imposible!! ¿Qué le dieron? ¿Con qué lo inflaron? ¿¿¿Con helio??? Comienza el combate. Maravilla baila y no le da un segundo de descanso a sus piernas al tiempo que empieza a meter sus manos. Digamos que el estilo de Maravilla es difícil de descifrar. Muchos le critican el tema de la guardia baja pero su estrategia se basa en las piernas y el visteo constante. Además, puede lanzar rectos de la nada, en vez de mantener al rival lejos con el jab. Debido a esa velocidad, Chávez Jr avanza pero lanza pocos golpes. Ante la lentitud de sus envíos, Maravilla avanza y va conectando impactos que van haciendo mella en el rostro del azteca.
Todo parece salir de maravilla (valga la redundancia). El axioma del gran Ali, “vuela como mariposa, pica como avispa” sale a la perfección. Pecaré de exagerado pero en algún momento, me hizo acordar a la vuelta de Sugar Ray Leonard frente a Marvin Hagler por el título Mediano –salvando los océanos que separan a Hagler del Jr-. Bailar, pegar y alejarse de la contra del rival. En un momento, Chavez Jr retrocede. ¿Se acerca el final? No, después de la exhibición de Martínez en el séptimo, el octavo round sirve para ganar aire. Si hubiese avanzado, lo noqueaba a Chávez Jr? Imposible saberlo. 

Lo que es una realidad es que, en los descansos, Maravilla sale antes mientras que el joven rival se queda en el banquito hasta el último segundo. El Jr tiene la cara cortada y sangra profusamente de sus fosas nasales. Se lo nota cansado pero como buen guerrero azteca, va al frente. Desordenadamente y ofreciéndose para las contras de Martínez, pero va. Avanza pero no ataca. Los golpes son una proporción de un disparo de Chávez, tres de Martínez. A Chávez se lo nota un tanto inocente. Es bien sabido que hay una propensión a los choques de cabeza o que se pisen en las peleas entre un diestro y un zurdo (Martínez). No obstante, el cabezazo llega para el round 10, al tiempo que Martínez busca meter una mano como la que metió con Williams. Se cierra el décimo round con Martínez gritando. En el undecimo, ya se aprecia que Chávez va a tener que salir a quemar las naves. Lo hace. Sus arrestos tienen un poco (no mucho más) de continuidad pero Martínez contragolpea y sale lanzando golpes, lastimando al Jr.

Llega el último round. El boxeo champagne de Martínez, por momentos lujoso, entra en los últimos ciento ochenta segundos para reconquistar el título que tanto anhela. Baila y da espectáculo pero nunca, nunca hay que descuidarse. Llega el minuto treinta y Chávez Jr saca un cross de izquierda que impacta en el rostro de Martínez. Dos izquierdas más y Maravilla va al piso. El tiempo se para……nos quedamos mudos……y vamos atrás en el tiempo

Flashback: Fue inevitable recordar la proeza que había logrado Julio César Chávez padre –uno de los tres mejores boxeadores de la historia del boxeo latinoamericano-, frente a Meldrick Taylor, el 17 de marzo de 1990. Taylor le dio una lección de boxeo al gran JC, pero lo embocó en los últimos veinte segundos del combate y terminó ganando la pelea. http://www.youtube.com/watch?v=yy66cu9_6ts

Pero el Jr no es Senior. Maravilla se levanta y saca a relucir su orgullo. Tocado, pero no herido, se planta a intercambiar golpes, jugando con fuego. Un golpe bien asestado por Julito hubiese tirado por la borda el trabajo de los once rounds previos.
Suena la campana. Sergio Martínez se queda en el centro del cuadrilátero, sabedor de quien ha hecho las cosas bien. La tarjeta «caleidoscopica» marca un 118-110 favorable a Martínez, quien le dio una lección de boxeo al Junior. ¿Se habrán percatado de esto los jueces? Estos fallos siempre estuvieron viciados de nulidad así como el tema de los controles antidoping que ha puesto en duda la condición de Chavez Jr, protegido de José Sulaiman, mandamás del Consejo Mundial de Boxeo.

Se escuchan las tarjetas: Stanley Christodoulou (aquél inolvidable juez de la épica batalla de Victor Galindez frente a Ritchie Kates en Sudáfrica, en el 76) marca 117-110. Por su parte, Adalaide Byrd y Dave Moretti tienen la tarjeta similar: 118-109.

¡¡¡Maravilla campeón del Mundo!!! La alegría es enorme. Los motivos, varios. Ganó dando una clase de boxeo, al mimado del Consejo Mundial de Boxeo, con todo en contra. Derrotó a quien le quitó el cetro en un escritorio, con una carrera protegida y que le lleva once años. 
Martinez dio un ejemplo de trabajo y seriedad en el deporte. Sacrificio y entrenamiento. Un gran ejemplo para nuestro deporte.
Después nos enteramos del doping positivo de Chávez y que Maravilla peleó con la mano rota desde el cuarto round y con los meniscos averiados en el doceavo asalto, después de la caída.

Ahora Maravilla seguirá su carrera. ¿Se hará la revancha con el Jr? ¿el peligroso Saúl “Canelo” Alvarez? ¿la hazaña frente a Floyd Mayweather Jr? No tengo idea pero que es un orgullo, no cabe la menor duda. Y es un orgullo sano, lejos del chauvinismo nacionalista. Es el decir “me gusta que me represente este campeón con este estilo y con esta seriedad”. 

Gracias Sergio por hacerme emocionar con este noble deporte. Volver a sentir que con esfuerzo y dedicación se puede; que la justicia también llega aunque tarda. Sigue flotando como mariposa y picando como avispa.
Hoy, más que nunca, ¡Maravilla Martínez “bomayé”!

Un tal Lucas

Es callado y laburador. Serio, de pocas palabras. Ni siquiera tiene apodo. No hace falta. Se llama Lucas Matthysse y su poder noqueador es terrible, tal como era el apodo de su hermano Walter.
Venía con la suerte esquiva Lucas. Le habían robado dos peleas con fallos absurdos frente a Zab Judah y Devon Alexander, cuando las había ganado legítimamente. Cuando tuvo la chance de ir por la corona del mundo frente a Erik “El terrible” Morales, se enfermó cuando faltaban diez días para la contienda.

Al igual que Maravilla, Lucas “molesta” al negocio. Pero él sigue. Tuvo una nueva oportunidad. Esta vez, frente al nigeriano Ajose Olusegun, que ostentaba un record importante de treinta victorias (14 KO), invicto.
El reducto de la reyerta era el Hard Rock Hotel de Las Vegas y el motivo era la corona interina de la categoría Super Ligero (ex Welter junior), del Consejo Mundial de Boxeo. Allí, Lucas salió, peleó y ganó. El africano gozaba de gran velocidad de piernas y de manos, con desplazamientos plásticos alrededor del ring. Costaba encontrarlo pero la tarea de demolición fue haciendo efecto en el cuerpo de Olusegun. En base al golpeteo en las zonas bajas (estrategia eficaz para quitar piernas), Matthysse fue cercenando la resistencia de Olusegun. Cuando parecía que el final se iba a producir en contados minutos, Matthysse se tomó el octavo round para cambiar el aire. Esto le permitió a Olusegun llevarse dicho round y creer que el vendaval había pasado en el noveno. No obstante, el patagónico apuró las acciones en el décimo asalto. 

Desconfiado de lo que había ocurrido con anterioridad en las tarjetas, no quería volver a llegar a esa instancia donde la fortuna le había sido esquiva. Faltando pocos segundos para que termine el décimo capítulo, Matthysse lanza una veloz combinación que derriba al africano. El juez no le da el pase, decretando el knock out técnico (KOT) a favor del argentino.
Terminó la injusticia de no ver a Lucas con un cinturón. Ahora, a esperar al ganador de la pelea del 20 de octubre entre Danny García y Erik Morales para unificar la corona.

Tres historias, tres finales felices. Ojalá Diego “la Joya” Chavez” pueda retener su título en el Luna Park y asi completar el poker de victorias argentinas por títulos mundiales en un septiembre que será inolvidable para el boxeo argentino.

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