Fragmentación y delirio
Las acciones se inician, se cortan y saltan a diversos lugares como si fueran extractos de sentido propio, en si mismo pero que necesitarán de un espectador que salga del esquema “clásico” de conformación de una puesta. Una vez abierta esa puerta, se podrá abrir el foco para ver que en cada rincón del escenario, sucede algo que está ahí, para ser descubierto. La iluminación, al igual que la escenografía es austera, básica y por ende, contundente. Música y humor se encontrarán para conformar junto con un elenco ecléctico y de variados matices, una puesta intrigante, enigmática y disfrutable de principio a fin.
Paco Jiménez vuelve a demostrar su capacidad no solo en la creación de una puesta de calidad sino en la concepción de la misma desde las cosas mínimas y cotidianas, lejos de los ornamentos multimediáticos de pretensiones desmedidas.