Madura el KO
Dirección: Mijal Katzowicz. Dramaturgia: Patricio Ruiz. Con Sofía Rypka y Lucila Sol Roberto, Pablo Mónaco y Franco Antonio de la Puente. Coreografía: Sofía Rypka, Lucila Sol Roberto y Mijal Katzowicz. Fotografía y diseño gráfico: Irina Raffo. Diseño de iluminación: Federico Leyenda. Diseño sonoro: Simón Perez. Diseño de vestuario: Franco La Pietra. Asistencia de dirección y producción: Valentina Durante. Colaboración artística: Ayelén Clavín, Patricio Ruiz. Idea original: Mijal Katzowicz e Irina Raffo.
Federación Argentina de Boxeo. Castro Barros 83. Domingos: 20:30hs
Si bien en los últimos tiempos se han dado intervenciones teatrales a diferentes espacios, en este caso, la curiosidad pudo más. ¿Una obra de teatro en el gimnasio de la Federación Argentina de Boxeo? Si. Eso fue posible gracias a la imaginación de la dupla conformada por Mijal Katzowicz en dirección y Patricio Ruiz en dramaturgia.
El deporte de las narices chatas es el marco para que un viejo entrenador busque exorcizar sus fantasmas amorosos tras una derrota absoluta por KO en esas lides. Hete aquí que este luchador entrado en años recuerda esos laureles que supieron estar verdes y ahora se encuentran marchitos. En medio de esa añoranza, dos mujeres se enfrentan como objeto de deseo. ¿Ficción y realidad? ¿O acaso aquello que pudo ser y no lo fue? Será ese par enfrentado el que impacte en cada espectador con la dicotomía que se desee, en el centro del cuadrilátero.
La utilización del espacio es completa. Desde las bolsas hasta los dos rings que conforman el escenario donde se dirimen las batallas. La iluminación juega un importante papel en la conformación de los climas y los cuadros que forman parte de la puesta. Mantiene la luz propia del gimnasio a la cual agrega detalles que conforman el espacio donde se desarrollan los acontecimientos.
Los guiños al boxeo se aprecian en la utilización de algunas frases o recuerdos, tal como “esa bata es como la que usó Hagler -Marvin «Marvelous»- contra Leonard -Sugar Ray- en el Caesars Palace”. La sonrisa es instantánea para quien descubre la referencia a esa contienda que, al día de hoy, sigue despertando polémica en su resultado entre los amantes del pugilato.
Sofía Rypka y Lucila Sol Roberto son esas dos boxeadoras fantasmales de armas tomar en cada situación. Con coreografías que incluyen algún cross o gancho en su movimiento, dotan de plasticidad a la puesta. Franco Antonio de la Puente es el joven boxeador. El que en su esplendor vio como un golpe bien dado te hace ver doble (¿acaso quien no lo sufrió?, pregunta con sentida precisión el texto de la obra). De movimientos plásticos para la caída y un tanto más mecanizados en el guanteo, es quien vive los hechos en carne propia. Finalmente, Pablo Mónaco es quien ha visto (y sufrido) todo, y lo recuerda con un dejo de melancolía.
No obstante, con algunos minutos menos, la puesta lograría una contundencia mayor en el resultado final.
“Último round” es una interesante propuesta para un domingo a la noche al tiempo es una vuelta de tuerca a las intervenciones a sitios no convencionales. Explora un espacio nuevo al tiempo que elude cualquier tipo de cliché, propio de su identidad deportiva del boxeo.