Disco: “Warm Leatherette” de Grace Jones.

Hoy vamos a recordar un disco que tiene sus años pero no deja de sonar fresco. Corría el año 1980 y Grace Jones se reinventa al sacar su cuarto disco, “Warm Leatherette”. Con un sonido deudor de la influencia de la dupla productora de Sly Dunbar y Robbie Shakespeare, el reggae hace su aparición en la música disco de la también modelo y actríz.

Las canciones son las siguientes.

Lado A

1-“Warm Leatherette” (Daniel Miller) – 4:25
2- “Private Life” (Chrissie Hynde) – 5:10
3-“A Rolling Stone” (Deniece Williams, Fritz Baskett, Grace Jones) – 3:30
4- “Love Is the Drug” (Bryan Ferry, Andy Mackay) – 7:15


Lado B

5- “The Hunter Gets Captured by the Game” (Smokey Robinson) – 3:50
6- “Bullshit” (Barry Reynolds) – 5:20
7- “Breakdown” (Tom Petty) – 5:30
8- “Pars” (Jacques Higelin) – 4:05

El disco está lleno de covers de distintos artistas de renombre que marcan los nuevos rumbos a los cuales apuntaba Jones. Tras su consolidación como artista de cierto renombre en las discos y el ambiente gay, Jones decide dar un golpe de timón a su carrera.

Abre el álbum con el tema homónimo del disco, que es la descripción literal de un choque de autos (Ver el cristal rompiéndose/sentir como el hierro se tritura/puedo ver mi propio reflejo en el tablero del auto/Una lágrima de nafta está en el ojo/El freno de mano penetra en el muslo) no exento de alguna connotación sexual (“hagamos el amor antes de morir”) que surge de la propia música. El groove del bajo se intercala con el rasgueo característico de la guitarra mientras se escuchan sirenas de ambulancias de fondo. Fuertes acordes permiten los momentos de tensión de un tema que invita a salir a la pista de baile.



«A rollling stone” es un reggae con toque de blues, para una letra tan pícara como sarcástica. Un amor que se va perdiendo de a poco (Cuando necesitaba su amor/siempre te estabas yendo/Sé que en mi vida algo falta/Granos de arena fue lo que realmente me has estado dando) para llegar a una conclusión (Necesito más amor, necesito más besos/Ahora no voy a crecer con lo que tienes). Es de esas canciones que captan la atención inmediata por su ritmo contagioso y amigable.

Con un clima más intimista, suena “Private life”, compuesta por la líder de The Pretenders, Chrissie Hynde, que critica los lloriqueos de un hombre que no sabe que hacer con su vida (Tu vida privada es un drama/Déjame salir/Tu actuación es un lastre/Esta bien para la televisión pero ya está, acabala) al tiempo que pone los puntos sobres las íes en la descripción de cómo era la relación entre ellos, sabiendo que era la tercera en discordia. “Tu matrimonio es una tragedia, pero no es mi preocupación/Soy muy superficial y odio todo lo oficial”. La voz de Jones suena grave tanto en su relato como en el canto propiamente dicho. El tono monocorde es exacto para la poesía de la canción y la pared de sonido que se ha creado.



Otro que aporta una canción para Grace, es Bryan Ferry, líder de Roxy Music, que es co-autor de “Love is the drug”. Más bailable que los anteriores, es una buena radiografía de la dinámica de una disco (“Chico conoce a chica y el ritmo continúa”) pero siempre con el amor como faro. “The hunter gets captured by the game” es original de Smokey Robinson pero Grace Jones la mete en la disco con un toque más funky. Con ritmos un poco más rockeros suena “Bullshit”, con riffs de guitarra saturados en su sonido, atravesando la canción. En cambio, “Breakdown”, el clásico de Tom Petty & The Heartbreakers, el mismo Tom le cambia un verso para la versión de Grace. Si bien no se aleja mucho del original, le calza perfecto con los arreglos y el tono de su voz.
El disco finaliza con “Pars”, al que dota de un toque por demás cool el cual, los arreglos y su propia voz, le hacen los honores.

Para muchos, fue el mejor disco de Grace Jones aunque, a la postre, sus ventas fueron más bien magras. Pero ¿quién dijo que ventas y calidad debían ir de la mano?
Igualmente, desde este blog, reivindicamos este álbum y lo dejamos a continuación para que todos puedan escucharlo. Eso si, como siempre decimos, con los oídos y el corazón abierto a nuevos sonidos y experiencias.



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