Lo que no tiene arreglo.
Texto: Natalia Villamil. Actuación: Raquel Ameri. Vestuario y diseño de escenografía: Magali Acha. Diseño de luces: Julio López. Diseño sonoro y música original: Rafael Sucheras. Realización de video: Paula Coton. Técnico de escena: Tomás Capelli. Fotografía: Guido Piotrkowski. Diseño gráfico: Gonzalo Martínez. Asistencia de escenografía y de vestuario: Guadalupe Pabón. Asistencia de dirección y producción ejecutiva: Eleonora DI Bello. Producción general: El Balcón de Meursault. Colaboración artística: Magdalena Huberman. Dirección: Mariano Stolkiner.
Teatro El Extranjero. Valentín Gómez 3380, CABA. Sábados, 20 hs.
En tiempos de femicidios, impunidad y violencia de género, los unipersonales femeninos se han convertido en un fenómeno de calidad en tanto denuncia por medio de la expresión artística. “Rota” gira en torno a esta situación pero se ubica en otro lugar. Aquí, hay una mujer que busca reconstruir su vida tras la muerte de su hijo, quien se suicidó luego de matar a su novia. Se ubica en el centro del escenario para dar cuenta de cómo su existencia dejó de ser lo que fue a partir de esta sucesión de crímenes. Las contradicciones y preguntas de una madre que ve como su hijo se convierte en un asesino.
Desde el mismo inicio, se aprecia que se pone toda la carne en el asador en una puesta de alto impacto. Un “tour de force” que ubica a esta mujer en distintos espacios, enfrentada con los vecinos, la policía y su propio ser. Su fuerte presencia se condice con el micrófono que porta como única arma para decir su verdad y contraponerla con un contexto hostil, que la sobrepasa en su persona. Su aguda y sentida verba lleva adelante su sentir, arrasando con todo lo que se le cruza a su paso.
El texto tiene la sana intención de dar cuenta esa vorágine de muerte y dolor pero hay algunos puntos a considerar. Se abren demasiados temas en lo que respecta a su planteo, como si fueran las pestañas de distintos enlaces en la pantalla de una computadora. De esta manera, la dramaturgia se torna confusa en algunos momentos. Quizás, el recorte en su extensión y el privilegio de algunos planteos en detrimento de otros lograría una mayor contundencia.
Además, la acción se sitúa en una localidad de bajos recursos pero el vestuario no se condice con esto. Algo similar ocurre con la utilización de canciones reconocidas en relación a lo que sucede sobre tablas. Esto no va en desmedro de un diseño sonoro adecuado que es fundamental en la concepción general de lo visto.
La actuación de Raquel Ameri (actriz de probada trayectoria y muy buenos trabajos como la primera y combativa versión de “Mujeres en el Baño”, “Lisboa” y la gran “Millones de segundos”) es brillante, constituyéndose en el cuerpo, alma y corazón de ese mundo de cruda y triste realidad. Lleva adelante un personaje difícil, que requiere una precisa dosis de sensibilidad y fortaleza. Desde ese lugar, Ameri interpela a la platea acerca de su estado y exige seriedad al respecto. Cada palabra que sale de su boca abre el debate así como un replanteo acerca de su situación, no apto para quienes enarbolan el “sentido común” como “fuente de toda razón y justicia” y una incontinencia verbal que no respeta ningún tipo de lógica y argumentación.
El detalle de las zapatillas que forman parte de la plataforma sobre la cual se ubica Ameri es tan sutil como elocuente. La utilización de las luces para la conformación de espacios y climas es otro punto a destacar de una puesta que lleva adelante Mariano Stolkiner con precisión.
Visceral y arrolladora, “Rota” pone la lupa en la madre de un femicida con una Raquel Ameri de alta calidad interpretiva. Una reflexión fuerte sobre un lado muy pocas veces abordado que es el de la familia de un femicida.