Zoraida, la reina del Abasto (Teatro)

“Me fascina que la mujer que está a mi lado escuche discos con audífonos, que su rostro refleje sin que ella lo sepa todo lo que está sucediendo en esa pequeña noche interior”, escribía Julio Cortazar en Salvo el Crepúsculo, un libro que data de 1984. El contexto no era el mismo que el de ahora, los usos tampoco. ¿Qué pensaría el escritor argentino si en pleno barrio del Abasto hubiera encontrado a un grupo de gente reunida con auriculares inalámbricos puestos y compartiendo una misma historia?.
 
Zoraida, inmigrante colombiana y madre soltera, da a conocer su vida a través de la voz, con un recorrido que trabaja sobre el sentido de la pertenencia, pero también sobre la identidad. Por un lado, porque la protagonista del audiodrama de Mariano Stolkiner trabaja en el teatro El Extranjero, donde inicia el trayecto. Por el otro, porque todo transcurre en esa emblemática zona porteña ubicada entre Balvanera y Almagro.
El Shopping Abasto, Coto, el restaurante peruano Mochica, el locutorio de Corrientes y Gallo, la Parroquia Tránsito de la Santísima Virgen son puntos de encuentro que funcionan como huellas, rastros de lo que alguna vez ocurrió. La música y ambientación sonora de Rafael Sucheras colocan en situación y llevan al espectador a ese momento tan particular que marcó a Zoraida Saldarriaga.
 
Los aromas de las calles, las casas de comidas regionales, personas de paso, y otras tantas habitando el espacio se convierten en el cuerpo de una obra que narra el ser migrante. Las creencias, la ilusión de mejorar la calidad de vida, la búsqueda de trabajo, los seres queridos y la violencia de género atraviesan la propuesta producida por El Balcón de Meursault, en una peregrinación que tiene una duración de 30 minutos. 
 
Zoraida, la reina del Abasto es una historia real. La de una mujer que se animó a ir por sus sueños, que cayó mil veces para tocar fondo y resurgir de las cenizas como la legendaria Ave Fénix, de brillante color rojo, el mismo que le gusta a Zoraida.