En Buenos Aires pasan cosas. A veces uno se entera por circunstancias relacionadas a su actividad o simplemente porque la casualidad metió la cola. De esta manera y con esta impronta, se relatarán historias y hechos varios dignos de mención.
Fotos: AG Fotografía
El pasado 1 de abril, el Área de Área de Comunicación, Artes Escénicas y Artes Audiovisuales FSOC – UBA organizó una Mesa de Unipersonales Femeninos. Participaron de la misma, Paula Ransenberg (por el unipersonal “Para mi, sos hermosa”), Iride Mockert (“La Fiera”), Ana Padilla (“Córnea”), Vanesa Maja (“Rosa brillando”), María Marta Guitart (“No he dicho”), Eugenia Guerty (“Llorando me dormí”) y Leticia Vetrano (“¡Fuera!”).
El encuentro se llevó a cabo en el Estudio II de Televisión de la Facultad de Ciencias Sociales, en la sede de Santiago del Estero 1029.
De a poco fueron llegando las panelistas al recinto donde se iba a desarrollar la charla. La primera fue Vanesa Maja y al ratito, María Marta Guitart. En una rápida seguidilla, siguieron Ana Padilla, Paula Ransenberg e Iride Mockert. Eugenia Guerty estaba demorada al tiempo que Leticia Vetrano informaba que no iba a ser de la partida por contratiempos inesperados, de último momento. Gisele Arandia, de AG Fotografía, ya estaba ubicada estratégicamente para retratar con precisión el encuentro.
La mesa comenzó con la presentación de cada una de las actrices, con una breve reseña de las obras en las que participaron a lo largo del tiempo. La primera en hablar fue Ana Padilla. En “Cornea”, interpreta a una mujer no vidente recuerda un viejo amor y una vida diferente a la actual. Conto cómo fue llevar a cabo la puesta ya que fue el primer unipersonal en su larga carrera y las dificultades que debió sortear. “Al principio me costó mucho. Estoy acostumbrada a la palabra, la mirada y la escucha del otro actor que está conmigo en el escenario”. Afirmó que Cornea “llegó en el momento justo” y que el hacer un unipersonal “era una posibilidad que había pensado tiempo atrás, pero solo como un sueño”. Agradeció la posibilidad de realizar dicho unipersonal a Pehuen y Nery Mucci, autores de la puesta, que se encontraban en el salón, acompañando a “su” actriz.
Después, fue el turno de Paula Ransenberg que recordó el proceso de gestación de “Para mi, sos hermosa”, una puesta en la que siete mujeres buscan a Harry Vansky, un mago que, haciendo gala de sus dotes, desapareció sin dejar rastros. Ransenberg aseveró que “mi encuentro con la dramaturgia es desde mi lugar como actriz. Inclusive, cuando escribo, pienso desde mi cuerpo e imagino actuar lo que estoy escribiendo”. El trabajo que realizó con Marcelo Nacci, el director, fue fundamental para el desarrollo final de una puesta que, al día de hoy, es de las más elogiadas del pasado año 2013.
En tercer lugar, y recién llegada de México, donde estuvo actuando en “Tirano banderas” de Ramón del Valle Inclán, Vanesa Maja contó que la gestación de “Rosa brillando” fue por una convocatoria de la Casa del Bicentenario para trabajar el material de una poetisa latinoamericana. “Tenía a Marosa Di Giorgio en la cabeza -me gusta mucho su poesía-, y aquí tenía la posibilidad de llevar a una poetisa a escena. Con Juan Parodi, el director de la puesta, hacemos una gran lectura de los textos y ahí surgió la dramaturgia”. Con respecto a la concepción de la obra en si, develó como fue la utilización del retroproyector para la puesta. “Se crea un mundo increíble y permite una significación poética muy importante, logrando un efecto alucinante, con muchos colores y sensaciones. Además, teníamos un guitarrista en vivo, que creaba climas y enriqueció mucho todo”.
Será esa misma convocatoria de la Casa del Bicentenario, la que le permite crear a María Marta Guitart, su unipersonal “No he dicho”, basado en la vida de Alfonsina Storni aunque tuvo algunas dudas al principio. “Dije que sí, sin saber hacia dónde iba a ir. Leí la obra de Alfonsina y fue un descubrimiento completo de su fuerza, convicción y sensibilidad”. Al igual a lo ocurrido en “Rosa brillando”, la música fue un elemento fundamental de la puesta. Guitart recordó que “se trabajó de una manera diferente el movimiento del cuerpo, para que estuviese en escena de otro modo. Ayudó mucho trabajar con Carolina Ison, que es música y actriz, ya que la puesta tiene piano en vivo”.
Quien si dijo que “quería cantar y hacer una puesta en este sentido” fue Iride Mockert, protagonista de “La Fiera”, otro de los grandes estrenos del 2013. Allí, Mockert es una mujer tigre, vengadora y justiciera de aquellos crímenes sexuales que se mantienen impunes a través del tiempo. Todo comenzó por un deseo que tenía Mockert. “Quería cantar y actuar en una obra. Además, ya conocía a los músicos Ian Shifres y Sonia Alvarez y les había dicho de hacer algo. En un boliche donde iba a cantar en karaoke, vi que iba Mariano Tenconi Blanco. Había visto sus trabajos y me gustaban mucho. Lo encaré una vez y le dije para ver si quería hacer algo con unas ideas que tenía en mente. Dijo que si y después, terminó haciendo el texto que fue “La Fiera”.
El final quedó, por complicaciones con el transito porteño, para Eugenia Guerty que contó su proceso para “Llorando me dormí”, donde le daba vida a una preceptora de un colegio religioso tiene una vida y secretos por demás inquietantes. “Un amigo que tenía un bar, me preguntó si tenía algún numerito para hacer y obviamente, le dije que si –aunque no tenía nada-. Me daba vueltas en la cabeza la situación de ‘quise hacer algo pero terminé haciendo otra cosa’. Empecé a escribir frases y asi construir toda una situación. Metí cosas que me habían pasado con la religión, obvio que nada positivo sino todo lo contrario. Fue Enrique Federman quien me termina de darle forma a la obra en si”.
Tras la presentación de las disertantes, comenzó una ronda de preguntas. La camaradería y la buena onda entre las actrices eran palpables. El buen humor se notaba y las respuestas eran una mezcla de una “mini clase” con una simpatía por demás destacable. Ante la pregunta sobre el porqué las mujeres hacen más unipersonales que los hombres, casi todas afirmaron que hay “mas actrices que actores” asi como una dosis mayor de osadía para encarar un proyecto por sus propios medios. Guerty afirmó que, en su caso, se encontraba “en un momento de soledad laboral…mejor dicho, de soledad total. Entonces, había que salir y producir”. Esto lo hizo extensivo al afirmar que el público de teatro es mayormente femenino (“ves un grupo de amigas yendo al teatro pero no a un grupo de tipos”) y a una dosis mayor de humor en la mujer. Padilla coincidió con la necesidad para salir a la palestra. “A mi, en su momento, fui e invertí dinero en mi propio proyecto”.
Entre el público presente se encontraban directores de teatro como Magdalena Yomha y Martín Seijó, actores (Hernán Grinstein, Guido Botto Fiora), actrices (Natalia Olabe, Romina Fernandes, Alejandra D’Agostino y Leticia Bacci, que además, es directora de grupos de teatro para Adultos Mayores), gestores culturales (Romina Bianchini) y periodistas como Mara Teit, de la revista Llegás. Nadie se privó de hacer preguntas como, por ejemplo, la relación que se establece con el público. Maja recordaba que “necesitaba verlo. Le pedía más luz porque quería verlos e interrelacionarme con el público a través del marco que proponía la puesta”. Guitart recordaba que “en una plaza, no tenía micrófonos y veía que la gente miraba con cara seria. Pensaba que no me estaban dando bola ni nada. Iba a cortar al tercer poema pero dije “no, voy a seguir”. Terminé con lo que estaba haciendo –eran los poemas de Lorca- y la gente estalló con un aplauso! No lo podía creer! Y pensar que me quería ir cortar antes”.
Una estudiante le preguntó al panel sobre la forma en que se podía encarar un unipersonal y la respuesta fue unánime, “desde vos misma”. Frente al interrogante de la mujer y el humor, Guerty recordaba que “pareciera que, después de Nini Marshall, se acabaron las mujeres que hicieron humor” asi como a cierto encasillamiento al respecto.
Sobre los “imponderables” que pueden ocurrir en escena, Ransenberg decía que “a veces, puede pasar algo que perturbe. Una luz no prende, no entra la música pero está el equipo para apoyarte. Además, una mira hacia todos lados y tiene la posibilidad de salir a flote viendo como está el público, a partir de la relación que se establece desde el escenario”. En cambio, Guerty recordó de estar en un bar, haciendo la obra “y la gente ni bola. Vino para otra cosa y me tenían que aguantar cuando buscaban otra cosa”. También contó una anécdota cuando llevó “Llorando me dormí” a una cárcel de mujeres, donde las reclusas la pasaban bárbaro porque se reían de las asociaciones que hacían. “Decían, ‘Che, se parece a fulana….!’. Lo contradictorio es que llevaba a ‘Llorando…’, una obra, a una cárcel, que tenía un asesinato en el medio. Un poco extraño, no…?”.
No podía faltar la pregunta sobre lo que les dice la gente cuando terminan la obra. Maja decía que “al mismo tiempo que la iba haciendo veía como la gente se emocionaba. Los hombres se emocionaban y les caían las lágrimas”. Quien contó una anécdota emotiva fue Padilla recordaba que conocía a una señora “que tenía problemas de vista y como yo interpretaba a una no vidente, tenía miedo al respecto. Al poco tiempo, dice que cambió de opinión y que va a venir a ver ‘Cornea’. Le pregunté porque había cambiado de opinión y dijo ‘porque ya me estoy acostumbrando’. La respuesta fue muy fuerte”.
Hubo risas, recuerdos y mucho teatro atravesando la sala. Consultadas por la chance de que alguna pueda girar hacia la dirección, solo Eugenia Guerty se mostró proclive hacia esa dirección. Rápida de reflejos, Vanesa Maja abrió los ojos y le dijo “¡qué bueno!”. ¿Habrá alguna futura dupla que haya tenido esta mesa como punto de partida? Solo el tiempo lo dirá.
Poco antes de las dos horas de duración, el encuentro llega a su fin. Un merecidísimo aplauso agradeció a seis grandes actrices que se acercaron a la facultad a compartir sus experiencias en los unipersonales, con la pasión y la honestidad que las caracteriza. Termina la charla y se quedan charlando con gente del público que se acerca a hacer alguna consulta en particular. Las luces se apagan y quienes presenciamos la mesa nos quedamos con la satisfacción, no solo de haber disfrutado sino de haber aprendido gracias a la generosidad de seis actrices con mayúsculas.
Se agradece la ayuda de Carolina Castro, a Mónica Berman, coordinadora del Área, y muy especialmente, Marisol Cambre, el haber podido llevar a cabo esta mesa de disertación, con la seriedad que ameritaba el caso.