Sergio Maravilla Martinez: El sueño terminó

En ocasiones, suele ser muy difícil desmenuzar un hecho determinado a través del análisis, cuando está atravesado por cuestiones ligadas a los sentimientos. Tal fue la derrota de Sergio “Maravilla” Martínez ante el puertorriqueño Miguel Cotto por el título mundial de peso mediano del Consejo Mundial de Boxeo. El combate se realizó el pasado sábado 7 de junio, en el mítico Madison Square Garden, de Nueva York.

Quien estas líneas escribe confiaba en la victoria del boxeador argentino. La empresa no era fácil. Más aún, con las lesiones que arrastraba en la mano izquierda y su rodilla tras los combates ante Julio César Chavez Jr y Martín Murray. Maravilla Martínez contaba con un estilo heterodoxo pero exquisito. Le brindó una bocanada de aire fresco y popularidad al boxeo en el 2012 en su combate contra el hijo de la leyenda mexicana.

El rival era el peligroso Miguel Cotto. Había sido campeón en tres divisiones diferentes y quería hacer historia siendo el primer puertorriqueño que logra cuatro títulos en similar cantidad de categorías. Con un record importante, Cotto era un escollo difícil aunque tenía un físico y un peso inferior al de Martínez. Se esperaba que fuera una fiesta para el deporte argentino pero terminó siendo una pesadilla. Maravilla subió sonriente, tal como es su costumbre, mientras que Cotto subió sin música. “Quería escuchar” a su gente, tal como aseveró en declaraciones posteriores al combate. El bullicio era ensordecedor y se notaba que la localía pertenecía al boricua.

Suena la campana y se nota que algo anda mal. Se conocía de antemano que el plan de Cotto era quitarle ángulos a Maravilla en sus envíos a través de la presión. Ambos lo sabían pero Cotto estaba más afirmado en sus envíos. Martínez subió frío al Madison Square Garden. Sufrió las consecuencias de ésto al recibir un cross de izquierda en la sien que lo dejó sentido. Era la primera de las tres caídas de ese fatídico primer round. Al respecto, es necesario recordar que Cotto es un “zurdo cambiado”. O sea, zurdo de nacimiento que aprendió a boxear como diestro. Por ende, el jab –que sería la izquierda larga- en el caso de Cotto es un golpe neto y no de apertura. Al pelear con Martinez, que pelea con la derecha baja, se hizo un picnic con su zurda como primer golpe.

Cae Maravilla Martínez y se lo nota contrariado en su mirada, amén del golpe del boricua que realizó un trabajo estratégico excepcional. La segunda caída también es por otro cross de izquierda pero es bueno ver la postura de los pies de Martínez. Se le traba la rodilla así como se dobla el tobillo derecho para después caer sentado aparatosamente. En cambio, en la tercera puede haber golpe como un cruce de piernas entre zurdo y diestro. O sea, uno pisa y le hace una especie de zancadilla al otro. Vuelve a caer Martínez y el resultado ya quedaba sellado para el resto del combate.

La ventaja de estatura y peso de Martínez desapareció tras el primer round frente a la gran planificación de Freddie Roach. Ya empezaba a saborear su revancha frente a Maravilla, tras la derrota de su pupilo Julio Cesar Chavez Jr, en manos del argentino.

En el segundo round, Cotto vuelve a poner en peligro a Martínez que zafa del entrevero. Se produce una nueva caída pero no se contabiliza como tal. Queda más que claro que la estabilidad de Maravilla Martínez es casi nula en sus rodillas. Sus desplazamientos son pesados, apoyando toda la planta del pie, sin la versatilidad de otras veladas. Recién en el quinto round, Martínez pudo establecer algo de equivalencia en un combate que le era netamente desfavorable. Para realizar su boxeo, es condición sine qua non tener bien las piernas pero que no les respondían por su lesión en las rodillas.

La estrategia de Cotto era ir round por round, sin prisa pero sin pausa, como la gota que horada la piedra. Probablemente podría haber intentado ir por el knock out en el segundo y tercer round pero prefirió ir construyendo paso a paso su victoria. Hay un intento de Martínez por revivir en el sexto y séptimo pero son espasmos. Cotto está tranquilo y fuerte. Regula la pelea sabiendo que va arriba en las tarjetas y sin exponerse a alguna contra. No arriesga ni siquiera en el noveno round, tras un recto de izquierda que hace poner una rodilla en el piso a Martínez. Es la cuarta cuenta de la pelea que recibe el quilmeño.

Para ese momento, solo la mano que le metió a Paul Williams podía salvar a Maravilla de la derrota. Pero estaba cansado, golpeado y sin energía. Con un corte en la ceja derecha y el rostro inflamado, el entrenador de Martínez, Pablo Sarmiento decidió que su pupilo no salga al decimo round. Si bien Martínez protestó la decisión de su rincón, la aceptó viendo que era una empresa imposible de remontar. El mismo Sarmiento dijo que paró la pelea porque “más que boxeador, es mi amigo, mi hermano. Sabía que, desde tres rounds la rodilla no le estaba respondiendo y no podía dejar que recibiera castigo”. Por su parte, Martínez afirmó que “hay que saber ganar, hay que saber perder y hoy me tocó perder. No tengo más palabras que felicitar a Miguel Cotto”, tras pedir perdón a los argentinos “por no poder quedarme con el triunfo”.

Cotto hizo fácil lo que parecía difícil. Con un boxeo de velocidad y potencia, derrotó a un Martínez al que los años le cayeron todos juntos. La diferencia entre ambos fue abismal. La precisión y la contundencia de los golpes del boricua destrozaron todos los planes del argentino después de los fatídicos primeros tres minutos. Martínez hizo la peor pelea de su vida que coincidió –lamentablemente- con la mejor de Cotto. Las apuestas tenían arriba a Martínez 2 a 1 pero terminó siendo una cómoda victoria del puertorriqueño que le obsequió a sus compatriotas un Día de Puerto Rico inolvidable.

La hora de los cuervos

Allá lejos y hace tiempo, ECDL había calificado como “pírrica” la victoria de Maravilla Martínez frente al británico Martin Murray en el estadio de Velez, en 2013. Ante los bocones de turno, que hablaban sin saber de boxeo o creían que sabían por el simple hecho de hacerse “hinchas de Maravilla” a partir de su triunfo contra Chavez Jr, y afirmaron que la pelea “había sido un robo”, recordamos que “Horacio Pagani, en TyC Sports, lo tenía a dos puntos arriba, Sergio Charito (TyC) tres, Osvaldo Principi (Canal 7) y el portal “Boxeo-Boxing”, un punto arriba al británico mientras que Notifight, daba empate.  En boxeo, debe ganarse claramente y Murray no lo hizo. No tuvo ese hambre de gloria en los últimos dos rounds de la pelea donde, claramente, se definió el pleito”.

Ahora, con la derrota de Maravilla Martinez consumada, salieron los carroñeros a hacer leña del árbol caído. Lo realmente detestable es la forma en que mucha gente salió a defenestrar a un boxeador por cuestiones que exceden lo meramente deportivo. Acusado de soberbio y fanfarrón, ¿acaso saben de lo que implica el negocio del boxeo? Muhammad Ali hizo escuela de una lengua tan filosa y soberbia como publicitariamente perfecta para atraer la atención del público. Floyd Mayweather Jr hace lo mismo y antes de que salga alguno a decir algo con respecto a la comparación, no la hacemos por las cualidades boxísticas sino por la «venta de la pelea». Justamente ahí está el picante publicitario para atraer público. Por tal motivo, más allá de alguna particularidad, los rivales terminan saludándose como caballeros apenas terminado el combate.

Los que critican a Maravilla Martínez por su verborragia, son los mismos que, si se quedaba callado, lo hubiesen acusado de cobarde. Lo que es peor aún es su casi nulo conocimiento de boxeo. Apelan a cualquier argumento por falaz que sea. Inclusive, metiendo a la política de por medio, algo que nunca podrá ser probado salvo para aquel que quiera que eso sea de esa manera. Total, siempre van a querer creer lo que quieren creer….por más que no exista ninguna prueba de eso.

En un momento de la trasmisión, Osvaldo Principi –a quien quiero y respeto muchísimo- dijo que sobrevolaba “el fantasma de Gatica y Ike Williams” por la derrota del Mono por knock out en el primer round, en combate por el título del mundo. No comparto la opinión por la simple razón que Martínez fue un profesional serio, con un entrenamiento acorde. Recordemos que no es lo mismo «falta de preparación física» que “el físico no le dé”. El quilmeño salió a pelear siempre, aún con notorias falencias físicas las cuales suplió con un gran corazón. Además, Maravilla Martinez fue campeón del mundo en dos oportunidades y Gatica, ninguna. Para finalizar, nunca dijo frases como “dos potencias se saludan” o similares.

La falta de respeto y la burla despiadada salieron a la palestra con chistes que hacían alusión al famoso supermercado argentino de apellido similar al boricua o imágenes que decían “¿Querían ficción? Les di ficción”. Ni hablar de títulos como “Asi quedó Maravilla tras la paliza que le dio Cotto”. Parecía que muchos estaban esperando esta derrota…

Pregunto: ¿Cómo se puede hacer semejante escarnio de un deportista que se gana la vida boxeando? Que en su peor momento frente a Cotto, no rehuyó el combate, salió con sus limitaciones físicas y nunca apeló ni al golpe bajo o tretas como tirar el bucal para ganar tiempo. ¿O acaso piensan que Martinez disfrutó de perder el título? Es entendible que no te guste tal o cual boxeador, futbolista, escritor o lo que sea, pero de ahí a disfrutar de su derrota, linda con el sadismo y una enfermedad de exitismo propia de una sociedad caníbal como la argentina en la que, cualquier cosa que se salga un poco de lo preestablecido, es mirada con la desconfianza propia de la ignorancia y la cobardía de quienes temen cualquier tipo de cambio pero también se quejan de la falta de los mismos.

Aquellos que critican a Martinez, ¿vieron la pelea con Kelly Pavlik –la mejor de todas, foto de abajo-? ¿Los combates con Alex Bunema, Saúl Román, las dos con Paul Williams, Kermit Cintron o incluso con Barker o Dzinziruk? Pregunto porque estaría bueno hablar con conocimiento de causa y no hablar por hablar. Más aún por parte de medios de gran tirada en el país, formadores de opinión en la gente. ¿Qué hubiesen titulado si Maravilla ganaba? ¿Hoy sos grande y mañana, un desecho?  Una lógica de mierda por donde se la mire. Más aún con quien fue considerado el tercer mejor boxeador libra por libra detrás de monstruos como Floyd Mayweather Jr y Manny Pacquiao. ¡Todo hace menos de dos años!

Personalmente, me dio mucho dolor ver una derrota de estas características, que no esperaba. Me gusta el boxeo pensado, estratégicamente bien concebido, con momentos de explosión. Ví las derrotas de Sugar Ray Leonard frente al Macho Camacho y Oscar de la Hoya con Manny Pacquiao, pero aquí la desazón fue mayor.

Terminó la pelea y me quedé con la cabeza gacha, mirando el piso, sin poder entender lo que había pasado. Pensaba en que tenía que escribir la crónica que nunca quise. Sentí mucha tristeza por la derrota pero también orgullo, de haber visto a un campeón que no se escondió ni puso excusas. “Hay que saber ganar, hay que saber perder y hoy me tocó perder. No tengo más palabras que felicitar a Miguel Cotto”, dijo con la inteligencia que le ha caracterizado. Por eso, no hay necesidad de pedir perdón cuando subiste al ring a hacer lo tuyo, aunque no haya salido de la manera que se esperaba.

Lo que si dio bronca y dolor fue la crítica de los ineptos que se ofenden si les refutas su argumentación. Retomo lo dicho en la pelea con Murray, “Tomo la frase dicha ‘de boxeo no entiendo nada pero….’, y pregunto, si no entendés nada de boxeo, ¿para que decís algo con la seguridad de alguien que entiende de la materia? ¿Por qué exigís respeto a la pelotudez que decís, si no podes sostenerla de ninguna manera?». Siempre les pregunto si les gustaba que viniese alguien y opine sobre la actividad que desarrollaban. ‘NO’. Mi contra-pregunta era ‘¿por qué opinás de algo que no sabés?’. No estoy en contra de que se opine pero es insoportable ver la petulancia del que opina sin saber, exigiendo respeto sobre lo dicho. Ahora parece que, por el solo decir algo, esto pasa a ser verdad automáticamente… ¡Por favor!.

Seguramente (y espero que así sea) habrá sido la última pelea de Sergio Maravilla Martínez. Desde este humilde portal, te decimos estimado Sergio, tal como te lo habíamos dicho en la crónica de tu victoria con Martin Murray, “que todos caemos derrotados ante el tiempo, un rival insuperable. Por tu salud y en virtud de tu inteligencia, te pido guardar los guantes en un lugar donde tu nombre no pueda ser mancillado por el orgullo propio de no querer ver lo que empieza a ser una realidad”. Dijo Willie Pep: “En el boxeo se van primero los reflejos, después se van las piernas, después se van los amigos”. Nadie podrá borrar tus grandes batallas y proezas boxísticas. Sos un gran campeón.

Siempre serás Maravilla Martínez y se te recordará por volver a poner al boxeo en la agenda de la gente; que se haya vuelto a hablar de este noble deporte que se practica mas con la mente que con los puños. Se prepara una estrategia y un plan para la pelea asi como tener grandes reflejos y perspicacia para leer al rival, y así superarlo. No es salir a pegar sino que es una batalla entre mentes, como un juego de ajedrez. La gente solo se queda con los golpes y la sangre pero el boxeo es mucho más que eso. Al igual que la vida, el boxeo te enseña que un tropezón no es caída, que los palos hay que aguantarlos y que es un deporte que ayudó a muchos chicos a sacarlos de la calle.

Pero siempre hay que cuidar al hombre. Por eso apelamos a que Sergio sea el guardián de Maravilla cuando tenga que apagar la luz del cuadrilátero y encarar una nueva vida. Te recordaremos sonriente, con el cinturón que tanto amas, y boxeando arriba del ring, entendiendo como el “pegar y evitar ser golpeado”. Algo que el gran Alí definió como “flota como mariposa, pica como avispa”. Con tu guardia característica y el visteo exacto, como el de un radar.

¡Gracias por todos lo que le brindaste al boxeo, Sergio! Tu seriedad, tu compromiso, tu profesionalidad y tu corazón. Por eso, te digo lo mismo que decis cuando te despedís de alguna charla o reportaje.

¡Hasta la victoria siempre, campeón!

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