Para el final de la vigesima primera edición del BAFICI, terminamos con un interesante western argentino (que cuenta con el auspicioso debut del ex campeón del mundo de boxeo Sergio “Maravilla” Martínez) y un film restaurado que termina siendo un alegato antibélico increíble. En el primer caso, contaremos con la palabra de su director, Nicolás Galvagno.
They shall not grow old
Jóvenes viejos
Peter Jackson realizó un trabajo minucioso y artesanal. A partir del análisis de una gran cantidad de horas de video y de audio, junto con los testimonios de quienes participaron de los hechos, dio a luz a un documental único sobre la Primera Guerra Mundial.
Pero va más allá de los hechos que conformaron la contienda bélica –que la muestra-, para sumergirse en las pequeñas historias de quienes marcharon al frente. Allí es donde empieza a tejerse un relato atrapante porque las voces dan cuenta de niños –en aquél tiempo- de dieciséis o diecisiete años que iban al frente con alegría, para luchar por su país. La rivalidad con Alemania y la conciencia de pertenecer a un imperio único e indestructible se conjugaban con el carácter de los adolescentes de sentirse todopoderosos e inmunes. Cada uno de los testimonios da cuenta de este sentir que recibirá una tremenda bofetada de realidad al llegar al campo de batalla.
Las imágenes son de fuerte contenido. El color y el blanco y negro construyen sentido cada vez que son requeridos al igual que las caricaturas e ilustraciones. Los efectos potencian lo ocurrido en el campo de batalla, constituyendo un film antibélico de calidad a partir de lo visto en la pantalla.
Volviendo al primer párrafo, es notorio el cambio de discurso del principio al fin. El reconocimiento de los alemanes, del otro lado de la trinchera, como pares, que hacían lo mismo por su país. A esto, se suma la crueldad de la vuelta a casa y el ser maltratados a pesar su función como excombatientes.
En esta misma línea, queda flotando la reflexión respecto que después de esta guerra, “no podría haber algo peor”. Si. Lo hubo y casi con los mismos protagonistas.
“They shall not grow old” es un viaje inolvidable –con todo lo que implica esta palabra- a lo que fue la guerra de trincheras durante la Primera Guerra Mundial. Cautivante y desgarrador, pone en primer plano lo salvaje e inútil que resulta ser una guerra, donde tantos terminan muriendo en manos de otros sin saber porqué pasó lo que pasó.
Ficha técnica
Título original: They Shall Not Grow Old. Año: 2018. Duración: 99 min. País: Reino Unido. Dirección: Peter Jackson. Música: Plan 9. Documental. Productora: House Productions / Wingnut Films / Trustees of the Imperial War Museum, London.
Pistolero
A los tiros por Mendoza
¿Un western argentino? Si, porqué no. Tal fue la idea de Nicolás Galvagno que se cargó la idea de tomar la historia de los hermanos Velázquez (aquí, rebautizados como Mendoza, en relación a la provincia donde se filmó todo) para dar a luz a una película por demás entretenida.
Como buen western hay buenos y malos aunque aquí, con algunas modificaciones. De un lado, los hermanos Mendoza (a cargo de Lautaro Delgado Tymruk y el auspicioso debut cinematográfico del ex campeón mundial de boxeo, Sergio “Maravilla” Martínez) y por el otro lado, la ley que, a su vez, tiene a Maidana (un buen Juan Palomino) como policía que cree en su trabajo y aquellos que los quieren capturar porque afecta sus intereses. Una sutil pero apreciable diferencia.
De más está decir que hay mucha acción y hasta momentos de romance. Pero, por sobre todas las cosas, es una película que abre el abanico más allá de la diversión. El porqué del robo, a quién se hurta y como se reparte el botín. De allí, el porqué de la cooperación por parte del pueblo para con las fechorías cometidas por los hermanos.
-¿Cómo surge la posibilidad de la participación de Sergio “Maravilla” Martínez en la película?
-Me gusta mucho el boxeo. Una vez estaba hablando con Diego Roselli, que es el maquillador y peinador de la película, y le contaba que no era cholulo ni nada. Pero que con el único que me sacaría una foto es con Maravilla Martínez. Ahí me dice que lo conoce. “¿Cómo que lo conoces?”. “Si, viene a casa. Le corto el pelo y me junto con él. ¿Por qué no le das un papelito en la peli?”. ¡Tiene razón! Le dije que lo quería conocer y que me encantaba la idea. En ese momento, estaba viendo el casting que armaba para la película. Nos juntamos y vi que era un tipo serio, responsable y muy buena gente. Asi que, le pregunté si quería actuar en una película. Me dijo que si. Le conté que lo quería como Claudio, el hermano de Isidoro, el protagonista pero no sabía si se iba a animar a hacerlo. Le pasé el guión y le dije a qué personaje le gustaba, a qué papel te le animás. Agarró, lo leyó y dijo que le gustaba Claudio o el policía Maidana. Genial! Entonces, va con Claudio. Entonces, esa es la forma en que llega Sergio a la película. Mi pasión por el boxeo y por un conocido en común. Sergio fue muy profesional. Venía con los textos aprendidísimos. Una experiencia muy buena fue trabajar con él.
-En el guión, hay referencias políticas muy particulares. Dice “Soy policía y no voy a reprimir obreros”.
– Es también un tema personal mío. El texto en un principio, era “Somos policías, no somos perros del patrón” pero terminó diciendo “somos policías, no represor de obreros”. Maidana es un policía que cree en lo que hace. Cree también en la justicia asi como en el papel de la justicia pero no como represor o perro del patrón, en relación al poder de turno sino que cree en hacer cumplir la ley y en la justicia. Eso no tiene que ver con el papel que tiene la policía en la sociedad. Es algo personal mio y tiene que ver con mi historia.
Después, creo que todo el mundo tiene una mirada política de algo. No quise que sea nada explicito, tipo pasquin sino contextualizar lo que pasaba en esa época. Los 60. También están las cosas que surge. Cuando no hay un gobierno claro, de ley, la sociedad termina recurriendo a otros medios de expresar o hacer sentir que la justicia existe. O termina apoyando a aquellos que ellos sienten que lo hacen. Esto, como consecuencia de que el poder de turno no hace las cosas como se debe.
-Desde la construcción, ¿cuanto le quisiste dar de ficción y cuanto de crítica político-social?
– Quise que esté el contexto de la época, la coyuntura en que transcurría la historia. Está basado en la vida de los hermanos Velázquez, los últimos bandidos rurales de la Argentina, en el Chaco. Eran Isidro y Claudio Velázquez. Esto fue el detonante de la historia, sostenido por Juan Palomino. El pueblo los tomaba como justicieros. Eran su voz. Cuando no tenes un gobierno legítimo, el pueblo elige –de una u otra manera- a quien los representa. La mirada política existe pero no es explícita. Si uno presta atención, está presente pero no está en un primer plano.
Por otra parte, el western también es el hombre que está en la conquista del oeste. Que hace suya la tierra y no había autoridad real. La ley del mas fuerte, con la autoridad de las armas. Ahí es donde surge el western con el espíritu de época de los 60.
-Son delincuentes y héroes al mismo tiempo…
– Esto surge a partir de la idea de Juan Palomino sobre los hermanos Velázquez. “Yo hago del hermano mayor”. La verdad es que no conocía a los hermanos Velazquez. Me puse a investigar y leer y me resultó muy interesante. Había un mito que los rodeaba como que las balas no los afectaban, que eran inmortales. Me puse a pensar como se podían contar y se me fueron ocurriendo cosas. En base a eso, me puse a escribir el guión. Son bandidos y criminales pero son como los ves en la película. Intenté hacer, para lograr una suerte de empatía con el público, los Velazquez secuestraban gente y acá no lo hice. Es medio difícil lograr empatía al respecto. Después, no mataban gente salvo en medio de los enfrentamientos armados. Lo cual en el folklore de las películas de acción, esto está completamente aceptado. Después, lo que hacían los Velázquez en la vida real. Repartían el botín entre el pueblo. Se escondían entre las personas y los aceptaban. La gente la pasaba mal y recibían una ayuda. También era un símbolo de resistencia porque se levantaban en contra de la autoridad, aunque no de manera consciente.
-¿Por qué no se filmó en Chaco, donde la referencia a los Velázquez como héroes populares, es muy fuerte?
– La realidad fue por un tema productivo. Se hizo en Mendoza, del departamento de Lavalle. Nos ayudaron con la logística, el alojamiento, lo cual permitió que se pueda filmar. Hubiese sido lindo filmarlo en el Chaco, donde se sucedieron los hechos que dan origen a estos personajes. Me tomé libertades y por eso les puse “Mendoza” de apellido. Quería que el detonante de estos personajes le de vida a estos que están en pantalla. No es tal cual lo que sucedió.
Ficha técnica
Guión y dirección: Nicolás Galvagno. Con Lautaro Delgado Tymruk, Sergio “Maravilla” Martinez, Diego Cremonesi, Juan Palomino y Maria Abadi. Productora Ejecutiva: Oriana Castro. Productores Asociados: Oriana Castro, Esteban Mentasti, Horacio Mentasti, Juan Palomino. Director de fotografiá: Leonel Pazos Scioli. Directora de arte: Lucila Presa. Director de sonido: Sebastián Gonzalez. Edición: Emanuel Flax y Nicolás Galvagno. Música original: Mariano Castro. Directora de producción: Clarisa Oliveri. Asistente de dirección: Martín Blousson. Productor: Nicolás Galvagno. País: Argentina. Idioma: Español. Color: COLOR. Minutos: 108. Año: 2019