Cine: “76 89 23”. Lo que fue y lo que será.

Ya había asomado la cabeza en el último BAFICI y la apuesta valía la pena. Más aún, después del 39° Festival de Mar del Plata, cuando ganó el premio Mejor Proyecto en Tránsito. La coyuntura actual le brindó el contexto adecuado para su estreno y sus respectivos planteos. Estamos haciendo mención al documental “76 89 23”, concebido por Federico Benoit para homenajear a «76 89 03», dirigida por Flavio Nardini y Cristian Bernard, del año 2000 (que pueden ver acá). Con el paso del tiempo, se transformó en una película de culto, con ese aura de “maldita” en relación a la incorrección que la rodeaba.

Por eso, para recrear lo que fue y lo que terminó siendo, fue fundamental contar con quienes fueron parte fundamental del film original para dar su visión actual, en tanto se cumple un cuarto de siglo de su estreno. Benoit pone en pantalla a actores, periodistas, críticos, directores y sociólogos para potenciar una creación de sentido que pide a gritos el debate y el intercambio de ideas.

La dupla Nardini-Bernard había pergeñado una historia que partía de la vida de tres amigos (Dino –Sergio Baldini-, Salvador –Gerardo Chendo- y Paco “el rengo” –Diego Mackenzie, protagonista de «Marc, la sucia rata» y fallecido en 2001-), en tres momentos de sus respectivas vidas. Lo realmente valorable es como la película soportó el paso del tiempo y, a la manera de los buenos vinos, mejora con los años. Probablemente, sea el carácter cíclico -y ciclotímico- de la sociedad argentina lo que permite hacer múltiples lecturas del film.

Una de las grandes virtudes del documental es que analiza con seriedad, pero sin perder la esencia original del objeto de estudio. No le “hace decir” nada que la realidad no haya certificado, en tanto es la única verdad. Por el contrario, abre el horizonte de expectativas en tanto espectador. No importará la edad de éste/a ya que apela a un “sentido común” que es parte del inconsciente colectivo llamado “cultura”. Se escucha, se reproduce y se potencia. Los tres amigos son hijos de la dictadura. Fueron criados y moldeados por su ideología. Algunos espectadores serán coetáneos mientras que otros podrán ver a padres, tíos o abuelos diciendo las máximas que sostienen la vida del trío protagonista.

Benoit corre el velo de lo oculto. Al mostrar los diálogos de estos “machos dominantes» –de acuerdo a su autopercepción-, le pega a la línea de flotación de la impoluta clase media porteña (y/o urbana) que nunca quiso mostrar en el celuloide. La autopercibida reserva moral del país era, en su parte masculina, pajera, machista, despreciativa, cagaba más alto que el culo y era extremadamente egoísta. Como ahora, 2025 que, encima, es desclasada

Aquí, no hay trabajadores buenazos, con nobles sentimientos que le ponen el pecho a la vida. Todo lo contrario. Podrán ser queribles porque “todos-conocemos-a-alguien-como” pero no lo son en su esencia. ¿Acaso no conocemos personas –ya sean amigos y/o familiares- que sean racistas, misóginos y conservadores? No maten al mensajero, aquí director de cine, que se carga los complejos de “conciencia limpia”. ¿Por qué no mostrar esa miseria que no entra en el rompecabezas de contradicciones constantes y perdonables, solo para algunos?

La idea de “lo permitido” y hasta qué punto se puede ser transgresor es una línea que se corre constantemente. No olvidemos que se ambienta todo durante el menemato de “pizza y champagne” con la merca inundando reuniones de todo tipo. El “Nuevo Cine Argentino” de la época documentaba lo que ocurría. Desde “Pizza, birra, faso” hasta “Mundo grúa”, se mostraba un mundo que, para muchos, era “nuevo”.  No era así. Solo había que tener un poco de calle y el deseo de levantar la mirada para poder escribir. “76 89 03” lo hacía de manera más fuerte sin tener esa pretensión documentalista.

La repercusión que tuvo en su momento “76 89 03” logró que la prensa se dividiese en su consideración. Benoit saca del olvido la sarta de barbaridades que pueden decirse en nombre de la “libertad de expresión” –término banalizado en la actualidad mileista-. Uno puede escribir a favor o en contra pero siempre con algún tipo de argumentación, sin caer en la chabacanería del ataque personal.  María Iribarren llama la atención de donde se ubican, hoy 2025, las plumas de El Amante, revista que hizo campaña contra “76 89 03”. Están del lado de una derecha recalcitrante. A confesión de parte, relevo de pruebas.

El documental capta la esencia más pura de tres hombres que, por sus palabras y sus pensamientos, serían la condición de producción de los “chads” liberimbéciles de hoy en día. Una falsa épica surge en un contexto de hiperinflación galopante, previa al neoliberalismo del menemato, 1 a 1 mediante. El cimiento sociocultural del 76, se prolonga en el 89 mientras que anticipa con su 03, al 2023, con un orate en la presidencia que reverdece el patrón económico y cultural postulado por la dictadura, que se cimentó durante el menemato y ahora, vuelve con mayor velocidad, frente a una sociedad despolitizada y desclasada, por demás crédula a todo aquello que ratifique lo que piense, sin juicio crítico.  

Paralelamente, el interrogante “¿podría hacerse hoy una película como “76 89 03?” atraviesa los 96 mins de duración. Una nena en una jaula, una modelo como objeto de consumo, la cocaína consumida como café con leche y el mix de egoísmo y odio, son disparadores que se linkean con el siglo XXI. “El rey de la noche” (el gran Claudio Rissi) refleja la sociedad noventosa, que hoy sería un emprendedor que tiene éxito en su trabajo. Capitalismo salvaje como norma de conducta. Lo mismo puede decirse de Simón Movicom.

A diferencia del éxito obtenido por Néstor Frenkel y su notable documental “Después de Un buen día”, aqui no se reivindica o se le otorga una pátina “cool” a un bodrio. Todo lo contrario. Abre el debate ponzoñoso en tanto a aprehender una película para analizar y disfrutar. Esto, en pos de la indagación de ver que se hizo mal y no darle la razón a un tal Carlos a quien se le atribuye la frase de que “el hombre es el único ser que se tropieza dos veces con la misma piedra”.

Queda flotando lo dicho por Marcelo Piñeyro en tanto que dice “ese pensamiento no es nuevo. Lo que me sorprende es la parálisis nuestra”. Una gran verdad. Victoria Chaya Miranda sostiene que “Tenemos que ser mucho más contestatarios. Creo en una forma más picante de la cultura.”. Más aún con la exasperante tibieza de buena parte del sector de la cultura, sin contar a los que apoyan al desquiciado de la motosierra. Un mix de clasismo, ignorancia y antiperonismo que no les impide votar al verdugo, reproduciendo la fábula del escorpión y la tortuga.

Atrapante y con un linkeo constante con la actualidad, “76 89 23” es una entidad en si misma que complementa a un film revelador y rupturista, que extiende su influencia al día de hoy. Es como un simple que tiene dos lados A en tanto la calidad de ambas creaciones artísticas. Por ende, puede disfrutarse tanto uno como otro pero lo mejor es verlo de manera complementaria para después si, enfrascarse en una charla que será tan apasionada como la función misma.

Función especial. Martes 16 de diciembre. Cine Gaumont, Avda Rivadavia 1635. A las 20 h.

Ficha técnica.

Guión: Federico Benoit, Ezequiel Mendoza, Diego Belsito. Con Cristian Bernard, Flavio Nardini, Fernando Martín Peña, Victoria ¨Chaya¨ Miranda, Martin Slipak, María Iribarren, Juanchi Baleiron. Dirección de fotografía: Maxim Vasiliev. Montaje: Diego Belsito. Dirección de arte: Julieta Fulco. Sonido: Edgar Moisés. Música: 9 Disparos, Lionel Menichelli. Producción: Ezequiel Mendoza, Federico Benoit. Producción ejecutiva: Ezequiel Mendoza. Compañía productora: Piso 8

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