Disco: “Steel Wheels” de los Rolling Stones

En tiempos en que los Rolling Stones vienen de gira en el marco del “Olé Tour 2016” para presentarse en el Estadio Único de La Plata, queremos recordar un disco particular de la extensa carrera de la banda encabezada por Mick Jagger y Keith Richards.

Si bien no es la idea despertar una polémica al respecto, diremos que a nuestro considerar, “Steel Wheels” es el último “muy buen álbum” de los Stones. Si, ya sé que es de 1989 y han pasado veintisiete años pero es un disco que se mantiene fresco al día de la fecha al tiempo que es de lo más parejo en sus composiciones.

A mediados de los años 80, la relación entre Mick Jagger y Keith Richards no era de la mejor. Tras la edición de “Dirty work” –un trabajo menor, desde nuestra óptica-, el cual no fue sostenido por una gira promocional, la dupla líder de los Stones tenía sus conflictos sobre la dirección de la banda. Jagger estaba más preocupado por su carrera solista la cual desarrolló en esos años sin el éxito que esperaba. Más allá de tener algunos hits sonando en las radios, parecía que quería competir con las estrellas pop de la época, como Madonna o Duran Duran. Keith se sentía decepcionado y no dudaba en castigar a Mick a través de la prensa en cada reportaje que daba, con declaraciones muy duras.

En 1987, Jagger sacó “Primitive cool”, su segundo disco en solitario. Su corte de difusión fue “Let’s work” pero el álbum no tuvo el éxito esperado tanto de la crítica como del público. No obstante, Mick respondió a las críticas de Keith con dos canciones. Una es “Kow tow” (Versos como “The wicked lay stones in my path/And friends who are snakes in the grass” o “won’t be blackmailed by you” son obvios en cuanto a su destinatario). La otra es “Shoot off your mouth” (El inicio con “You say you love me/Why do you always do me down down down?” antecede a la diatriba furiosa de Mick de “But now I’m back in town and feeling mighty fit/I’m sick and tired of eating all your chicken shit” y alusiones a envidias – “You hitched your wagon next to mine, mine, mine”-, recelos – «Right at the moment that you saw my hand first slipJust like a dirty rat you jumped the sinking ship«– y culto a su propio ego -“Once I was lost but now I’m found, found, found/I was a rising star”-)

Al año siguiente es Richards quien saca su disco debut, “Talk is cheap”, el cual es bien recibido por la prensa y obtiene buenas ventas. Con solo ver lo que fueron los cortes de difusión de cada uno de los discos (“Let’s work” y “Take it so hard” respectivamente), se aprecia la dirección que buscaba cada uno.

El lector se preguntará el porqué de esta explicación para hablar de “Steel Wheels”. En ese 1989, pocos creían en la vuelta de los Stones con material nuevo y menos aún, que fuera de calidad. Con el trío “Emotional rescue”, “Undercover” y “Dirty work”, los Stones habían atravesado los 80 con discos anodinos, con la excepción de “Tattoo you” que tenía composiciones que databan de la época de “Some girls”. Cuando sale la noticia que Jagger y Richards se habían reconciliado y planeaban reunirse para componer nuevas canciones en Barbados, la esperanza de ver a los Stones juntos en un escenario volvió a encenderse.

Con cincuenta canciones nuevas de las cuales se seleccionaron doce, Mick y Keith llamaron a Charlie Watts, Bill Wyman y Ron Wood para decirles que se iba a grabar un nuevo disco. Los Stones volvían al ruedo.

Aquí, la lista de temas tal como se leía en el vinilo de la época.

Lado A:

– Sad Sad Sad

– Mixed Emotions

– Terrifying

– Hold on to Your Hat

– Hearts for Sale

– Blinded by Love

Lado B:

– Rock and a Hard Place

– Can’t Be Seen

– Almost Hear You Sigh

– Continental Drift

– Break the Spell

– Slipping Away

La edición en vinilo y en CD tenían el detalle de las letras de las canciones, los roles de los músicos en las mismas, asi como una foto de la banda que se hizo conocida pero no tan representativa como se esperaba.

El disco se había grabado entre marzo y junio de 1989 en los Air Studios, de Puerto Rico. La producción fue de Chris Kimsey y The Glimmer Twins –sempiterno apodo de Jagger-Richards-. Otros músicos que participaron del disco fueron Phil Beer en mandolina y violín, Matt Clifford en teclados, piano, piano eléctrico y el clavinet,  Luis Jardim en percusión, la Master Musicians of Jajouka con Bachir Attar, Chuck Leavell en piano, órgano, teclados, Roddy Lorimer, en trompeta y Sarah Dash, Lisa Fischer, Bernard Fowler, Sonia Morgan y Tessa Niles en coros. Las canciones que se cortaron como simples del disco fueron “Mixed emotions”, “Rock and a hard place”, “Almost hear you sigh” y “Terrifying”.

Otro dato apreciable es que, en varias ocasiones, Bill Wyman estaba ausente para tocar los temas siendo reemplazado, generalmente por Ron Wood. Sus ausencias se debían a que estaba a punto de casarse con una joven de 18 años a la cual venía cortejando desde los 13. Igualmente, este sería el último disco de Wyman con los Stones en un disco completo, de estudio. Se desvincula de la banda después de participar en “Highwire” y “Sex drive”, dos canciones en estudio para el disco en vivo “Flashpoint” aunque en el video de “Highwire”, no aparece.

El disco se inicia con un rasgueo típico de Richards para dar inicio a “Sad, sad, sad” que da cuenta que los Stones están más vivos que nunca. La guitarra preanuncia a un Jagger que se lo nota más cómodo en su registro, a diferencia de sus experimentos solistas donde se apreciaba que todo recaía sobre él. Más aún con la presión de sus propios deseos de consolidarse como una estrella por su propio trabajo. Es un rock and roll de buena factura que anticipa el carácter del álbum. Una vuelta a las raíces en cuanto a lo musical, con alguna sorpresa que retomará la senda que, en su momento, Brian Jones había señalado, allá por los años 60.

Con “Mixed emotions”, se inicia el que será –a la fecha- el corte de difusión más exitoso de las últimas producciones de la banda. Un tema 100% Stone tanto en la interpretación vocal y musical como en su letra. Si bien es una canción entre dos amantes, la letra juega con alguna alusión a lo que fueron los vaivenes en la relación de Jagger y Richards (“Let’s bury the hatchet/Wipe out the past”)  y cierto remordimiento al respecto (“You’re not the only one, with mixed emotions. You’re not the only ship/Adrift on this ocean”). ¿Cómo se resuelven los problemas? Ellos lo responden de la siguiente manera, “So button your lip/And button your coat. Let’s go out dancing. Let’s rock ‘n’ roll”. El video clip los muestra relajados, haciendo música al tiempo que atienden a la prensa, juegan al pool o hablan entre ellos.

La renacida confianza de la voz de Jagger es fundamental en el disco. También lo es la interpretación de Richards. Sus riffs son inconfundibles asi como las marcaciones que realiza. Más activo que nunca, su guitarra es el sostén de “Terrifying” mientras las teclas de Matt Clifford y la trompeta de Roddy Lorimer juegan con la melodía en la coda final. Será la extensión de ésta la que crea un clima de armonía subyugante hasta que empieza a sonar “Hold on your hat”. Más de uno lo asociará con “Rip this joint” por su vértigo. No será errada la apreciación. Con una formación clásica (voz, dos guitarras, bajo y batería), se deja de lado cualquier teclado que “suavice” el tempo o los arreglos del tema, siendo la canción más poderosa del disco. Como tal, termina de modo abrupto para hacer más fuerte aún el impacto de la canción.

Ante tanto frenesí, es necesario bajar un poco los decibles…pero no tanto. Suena “Hearts for sale” donde el trabajo de guitarras se conjuga con la voz de un Jagger que encarna a un hombre que uno se imagina sentado en un bar, viendo mujeres hermosas al tiempo que su propia relación ha naufragado….a su pesar.

El lado A cerraría con “Blinded by love” que retoma a tres hombres famosos de la Historia como Sansón, Marco Antonio y el rey Eduardo, cuyas vidas se arruinaron por el amor ciego hacia una mujer. El clima acústico del tema es atravesado por el violín y la mandolina de Phil Beer para darle cierto toque country.

De manera imaginaria damos vuelta el vinilo y suena “Rock and a hard place”. Desde el comienzo con “The fields of Eden are full of thrash”, da cuenta de su ánimo beligerante. “This talk of freedom. And human rights. Means bullying and private wars and chucking all the dust into our eyes” da lugar a interpretaciones de diverso tipo que aluden a las intervenciones armadas de los países más avanzados en lugares donde no era requerida su participación. La estrofa “You’d better stop. Put on a kind face. Can’t you see what you’ve done to me?” es elocuente. Los cortes en la canción misma son excelentes y dan cuenta del trabajo que se tomaron para lograr que el tema sea atrapante en sus arreglos. Con respecto a la música, la forma en que la guitarra se entremezcla con el muy buen trabajo de bajo en los versos es atrapante.

En su gran mayoría, los discos de los Stones tienen una balada que te deja con la boca abierta. “Almost hear you sight” es una canción genial, que debería haberse convertido en clásico pero, vaya uno a saber porqué, no termina de consolidarse como tal. Keith había escrito la canción junto con Steve Jordan (baterista y bajista amigo de Richards, que formaba parte de los X-Pensive Winos, la banda de apoyo del Keef solista) para “Talk is cheap”. Finalmente no la incluyó y fue Mick el que cambió algunos versos. Su hermano Chris Jagger también ayudó con respecto a algunas cuestiones de la letra. Por tal motivo, figura como asesor literario.

La batería da comienzo al tema para que, enseguida sea una guitarra eléctrica la que juegue con un piano. La primera marca el riff y el piano, los arreglos, los cuales serán retomados por una guitarra clásica. Keith  aportará coros y un solo de guitarra conmovedor. El fín –no deseado- de una relación y los diversos sentimientos que acarrea dicha situación atraviesan la canción. El descreimiento y la tristeza (“I’m feeling sorry for myself. I can’t belive you’re gone”) dan lugar a un pedido de explicaciones de una decisión tomada («Did it mean nothing. Was it all in vain. Was I just your fool«) y a la posterior caída en la desesperación («Come on, I beg you. I want to be your main man«).

El video de la canción es ilustrativo de la letra. Totalmente filmado en blanco y negro, apela a un sentimiento de desamparo tanto en la interpretación como en la postura de los músicos. Un Jagger que combina ira y angustia en partes igual, Keith y su tristeza en la forma en que se relaciona con su guitarra al tiempo que Ron mantiene la seriedad. Solo Bill Wyman esboza una sonrisa triste al final del video.

En “Continental drift” vuelven los Stones de los 60 y una marcada influencia de Brian Jones. La canción se grabó en Tanger, Marruecos, en tres días y participó la Master Musicians of Jajouka de Bachir Attar. Cuenta la leyenda que, al comienzo del tema, se escucha un chirrido que es Keith raspando un cuchillo contra una rueda de bicicleta. Los coros crean un mantra en el inicio de las estrofas con una frase determinada (“Love comes” o “Open the door”), cortesía de los instrumentos marroquíes y su sonido atrapante. Un climax etéreo y sagrado contra el materialismo de la realidad. Parte del tema abrirá los shows del Steel Wheels Tour, retratado en “Flashpoint”. En cambio, “Break the spell” es una historia simple donde una gitana es convocada para romper el hechizo de un amor trunco. La voz de Mick es la de quien cuenta una historia en voz baja

Keith se reservó dos canciones para cantar que serán “Can’t be seen” y “Slipping away”, ambas en el lado B. En el primer caso, es una balada rápida acerca de un amor prohibido al cual le pone un toque de humor e ironía. En cambio, “Slipping away” es el tema que cierra el disco con la tranquilidad de haber estado a la altura de las circunstancias. A diferencia de “Can’t be seen”, el amor se ha evaporado en “Slipping away” dando espacio a la tristeza y la melancolía. Los coros de Jagger entran con fuerza para un final en el que Richards se corta solo para dar cuenta de sus sentimientos, con las voces de Lisa Fischer, Sara Dash y Bernard Fowler sonando con la emoción justa.

En momentos que nuestro país está sacudido con la visita de los Rolling Stones, quisimos revisitar el que creemos –ahora se viene el forobardo- es su último disco realmente apreciable, de principio a fín. Preciso en su duración y en la cantidad de temas publicados. “Steel wheels” se mantiene fresco y vigoroso con el paso de los años. Inclusive, como los buenos vinos, pareciera que suena mejor ahora que en ese lejano 1989 cuando soñabamos con ver a los Stones, en algún momento, tocando en Argentina…

Ahora, en el 2020, coronavirus mediante, los Stones se presentaron en el One World. Together At Home.

Pero aqui abajo, dejamos el link para escuchar “Steel Wheels” bien fuerte. Al fin y al cabo “It’s only rock and roll but I like it!! Yes I do!!!!”.

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