En el marco de la presentación de “Policeman” dentro del BAFICI 2012, tuvimos la oportunidad de cruzar un par de preguntas con Nadav Lapid, su director. Con buena onda, ironía y doble sentido en sus respuestas, contó los pormenores de la película.
– “Policeman”, ¿es una fantasía, una realidad, o una potencialidad?
– La película está basada en un país real pero no es un hecho real.
-¿Hay grupos terroristas en Israel en el mismo tenor que el de la película?
– No. La película se divide en dos partes, una parte real y otra de ficción. A pesar de ser ficción, es potencialmente real. Tenemos una crisis social que abrió grandes brechas entre los ricos y los pobres. Por otra parte, el tema de las armas es que son muy accesibles para todos que cuentan con el entrenamiento que tuvieron en el ejército. En la película, busqué entender porque no ocurría algo asi en Israel. Aunque hay motivos, acá no existe lucha social. Hubo en muchos países en contra de diversas injusticias pero no pasa en Israel. Nuestro país tiene una gran cohesión interna. Somos “todos nosotros, contra los demás”. El problema es que, con el paso del tiempo, unos pocos explotan a una mayoría, pero sin que esta mayoría se de cuenta que está siendo explotada. Además, está la cuestión de la guerra como peligro presente y el enemigo externo.
El grupo de militantes de la película es ficticio pero desafía la idea de cohesión del país. Tuve la suerte de conocer al ex primer ministro Yizhak Rabin. En esa época, había un guión sobre una película en la que se mataba al Primer Ministro pero fue desechado por esas ideas de “¿como un judío va a matar a otro de los nuestros?”. Al final, terminó pasando cuando extremistas de derecha lo mataron a Rabin. No sea cuestión que esta película esté anticipando el futuro…
-Se podría decir que el film es…
-…una descripción de la injusticia.
-¿Cómo fue la recepción en Israel?
– A la crítica israelí le gustó. De hecho, la película participó con éxito en el Festival de Jerusalém. No obstante, hubo un intento de censura por parte de las autoridades israelíes y fue un gran escándalo en los medios. ¿Cómo se iba a censurar un film en el país? Igual, hubo una limitación con respecto a la edad de quienes podían ir a verla, de trece años para arriba. Hubo films que tuvieron una fuerte crítica, como “Waltz with Bashir” pero fueron financiados por el Estado. Fue muy interesante ver como los políticos más radicales afirmaban que la película le “daba ideas a los jóvenes” de qué hacer en pos de una revolución social o los problemas que acarrearía matar a un millonario que tanto bien le hace al país con sus negocios….Pero eso si, no dicen nunca nada del accionar violento de la policía.
-¿Y los partidos políticos como Likud, Avodá, o Meretz, dijeron algo?
– Los políticos no van al cine ni miran películas. No hubo casi reacciones frente a la película porque esta no se correspondía a la visión de los partidos pero tampoco puede decirse que es una película de izquierda. Justamente, los izquierdistas se ofendieron por la representación que se hace de ellos. Paradójicamente, los policías que la vieron quedaron contentos sobre como se los retrató. Sintieron que eran personajes agradables, con quienes se podía hablar y pasar el rato como colegas. Les hacía recordar los “viejos y buenos tiempos» en los que se trabajaba en pos del país.