Mau Mau o la tercera parte de la noche (Teatro)

Dos tipas audaces 

De Santiago Loza. Con Eugenia Alonso y Gaby Ferrero. Actor invitado: Juan Manuel Casavelos. Diseño de vestuario y de escenografía: Gabriela A. Fernández. Diseño de luces: Matías Sendón. Fotografía: Ignacio Coló. Diseño gráfico: Leandro Ibarra. Asesoramiento en sonido: Nicolás Diab. Asesoramiento musical: Fabián Dellamonica. Asistencia de escenografía: Mariano Clemente y Julia Di Blasi. Asistencia de vestuario: Valeria Abuin y Mailen Hibernon. Asistencia de dirección: Gustavo Armando. Producción ejecutiva: María La Greca. Producción general: Acido Carmin y Juan Parodi. Coreografía: Mayra Bonard. Dirección: Juan Parodi

Teatro El Extranjero. Valentín Gómez 3378. Lunes, 20.30 hs.


Ellas bailan solas. El tiempo las atraviesa. Una, sabe como acomodarse y a la otra, los acontecimientos las sorprende todo el tiempo. Pero en su momento, no bailaban solas. Por el contrario, tenían con quien bailar y un lugar al cual ir. Se llamaba “Mau Mau” y era la disco (o “boite”, como se decía en esa época) de mayor renombre de Buenos Aires.


Paradojicamente (o no), su nombre remitía a una organización guerrillera keniata que luchó contra el Imperio británico durante el periodo 1952-1960. En Buenos Aires, el poder estaba del lado de Mau Mau y ellas, Mecha y Rita, son dos de sus más fieles guerreras, de armas tomar.

La dramaturgia de Santiago Loza es pulcra y punzante. Combina sabiamente los momentos históricos con el dibujo de personajes fácilmente reconocibles Con un texto basado en una gran investigación, Mau Mau se transforma la metáfora de un “ser nacional” que siempre “la tuvo clara”. Desde el humor y la ironía, se construyen diversos paradigmas que se transformaron en axiomas que, al día de hoy, forman parte del inconsciente colectivo de muchas personas. Un “no te metas” conveniente a cada situación mientras no le pase a uno y saber perfectamente donde “pertenecer”, para que no haya problemas de ninguna índole. De esta manera, constituye una muy buena radiografía de como alguna parte de la sociedad se comportó en tiempos por demás álgidos.
Por otra parte, será la dirección de Juan Parodi la que llevará el texto por un desarrollo dinámico y armónico, con maestría. Mantiene el nivel de «comedia» que permite la empatía inmediata pero, sin perder nunca de vista, un contexto político-social por demás complicado. La dirección será la que marque no se caiga en ningún cliché ni lugar común. Por el contrario, abrirá el juego a la confección de personajes creibles y reconocibles lo cual será aún más perturbador al mostrar como algunas conductas para nada valorables, terminaban formando parte de un «habitus» propio de la época -y que, en algunos casos, al día de hoy, se mantienen-.

Un gran acierto es la construcción de los personajes con dos grandes actrices. Eugenia Alonso es Mecha, la que tiene todo claro. La que sabe cuando “cambiar” ante los tiempos que corren pero siempre sabiendo lo que “está bien” y eso será siempre, del lado que habita el poder. En cambio, Gaby Ferrero es una Rita querible, más inocente y crédula, que, en el fondo, es una Susanita que espera a su príncipe azul. Ella no analiza pero si lo hace, percibe algunas anomalías “non sanctas”. Será quien conozca a un joven que le gusta pero él la mira con desconfianza, por sus “ideas”. Rita no entiende a que se refiere pero allí estará Mecha para ayudarla. Ella la tiene clara. Ambas encajan perfectamente en lo que cantaba Soda Stereo de “Jet Set, yo solo quiero ser del jet-set”. Porque también la frivolidad con que ellas inundan sus existencias implica una cuestión ideológica. Y no solo ellas, ¡inclusive una sociedad entera! En este punto es donde sorprenden las risas de una audiencia que, ante lo ocurrido sobre tablas, solo rie. Pero ¿de qué ríe? ¿Nervios? ¿O solo se queda con la anécdota de la disco como barrera protectora que ponga en jaque algún axioma personal?

Será otra de las paradojas históricas (o no) que Mau Mau abra en 1964, y cierre sus puertas definitivamente en 1994, en pleno menemato, de pizza y champagne. Serán Mecha y Rita quienes, al compás de la música, cuenten sus “andanzas” matizadas con la impronta de la época. Golpes militares, la Dictadura de 1976-1983, el mundial 78, la Guerra de Malvinas, el retorno de la democracia o el atentado a la embajada de Israel, forman parte del collage histórico que tienen estas dos jóvenes que ven todo desde esas particulares cosmovisiones que forman parte de sus personalidades.

“Hubo un tiempo que fue hermoso/y fui libre de verdad”. Este verso de un clásico de Sui Generis, enmarca a la perfección lo que vivieron Mecha y Rita y que añoran. De esta manera, Mau Mau es el país de las protagonistas el cual no está exento a los avatares de la realidad nacional. Pero ellas solo quieren bailar en Mau Mau. Solo quieren “eso” que las haga feliz, que las haga sentir ser alguien. Y lo defenderán con uñas y dientes. Inclusive contra el invencible general Tiempo, que le llega a todo el mundo. 

“Mau Mau” pone la lupa en treinta años de historia argentina, con ironía y un humor corrosivo que llama tanto a la reflexión como a esa sonrisa que se esboza, de costado.

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