Ed Pareta: “El jazz es difícil y generoso”

El reconocido trompetista Ed Pareta encabeza el Proyecto Faro en La Luna el cual estaba a punto de presentarse hasta que el coronavirus frenó todo tipo de actividades. Esto no impidió que, previo a esta situación, pudiésemos dialogar con Pareta que le contó a ECDL sobre toda la música que, de momento, quedó en pausa, a punto de ser presentada para cuando termine la pandemia.

-¿Cómo surge el Proyecto Faro en La Luna?

– Luego de trabajar muchos años como sesionista de diversas formaciones, cantantes, big band, etc; sentí la necesidad de expresarme con una estética propia y componer mis propios temas, siempre digo que no revolucioné nada pero encontré una identidad en cuanto a las formas y los contenidos. En el 2009, junto con músicos amigos de la ciudad de Lincoln (mi ciudad de origen) comencé a cumplir con mi deseo. La formación experimentó cambios hasta el día de hoy, la cual está integrada por Ricky Proz en teclados, Laura García Torres en voz, Rodri Paz en batería, Conce Soares en percusión, Alfredo Arias en bajo eléctrico y voz, Sergio Burián en saxo tenor y flauta traversa y quien esto dice, Ed Pareta en trompeta, flugelhorn y composición.
– La grabación de EP «Playa Borento» será….
-…en el futuro. Es el plan inmediato, virus mediante.
-En la gacetilla dice “rescatar los ritmos africanos de los afrodescendientes que migraron en forma temprana de estas tierras”. África sigue siendo la cuna musical de gran cantidad de géneros…
– La idea de «Rescatar ritmos africanos» se debe a imaginar una continuidad de las formas folclóricas que, si bien no son autóctonas, fueron la síntesis de muchas influencias, españolas, africanas, etc. Cuando la población afrodescendiente se fue de estas latitudes por diversas razones -fiebre amarilla, guerra de la triple alianza, etc-, se cortó, en mi opinión, un desarrollo potencial ¿Qué hubiera pasado si la música folclórica tuviera más influencia africana? Es contrafáctico pensarlo, pero eso es lo que me imaginé.
-¿Cómo es, hoy en día, con un contexto de dominio del reggaetón,  tomar al jazz y “fusionarlos con las rítmicas que identificamos como propias o folclóricas”?
– Es un desafío que tiene que ver con el título del proyecto: Faro en la luna, una idea quimérica, una empresa difícil. Una utopía de esas que “se corren dos pasos cuando te vas acercando” al decir de Fernando Birri, frase que se le atribuye a Eduardo Galeano. Un viaje quimérico e improbable que tienen los desorbitados seres que se animan a navegar por el espacio, nostálgicos. Con el disco “Kind of Blues” de Miles Davis bajo el brazo,  atentos a ver si se puede repetir, en algún lugar, semejante alquimia
– ¿Por qué crees que el jazz sigue siendo un género admirado y estudiado por las nuevas generaciones?
– Hay una creencia, bastante fundada por cierto, en el sentido que el jazz es la música más difícil en el espectro de la música popular. Difícil pero a su vez, generosa ya que permite las fusiones como la que intento con «Faro» y a pesar de todo, se sigue llamando jazz.
Por otra parte, mantiene la improvisación, disciplina que abandonaron otros estilos, por ejemplo, la música llamada “clásica” o “académica”. A los músicos jóvenes les atrae este estilo amplio, difícil y generoso.
– ¿Ha cambiado esa idea que el jazz es un género “serio” en relación con otros, con cierta aura elitista?
– Creo que no cambió esa idea pero, en mi opinión, se debe a la falta de difusión masiva. Dicho de otra manera, si fuera más accesible para mucha gente y no se cayera en la trampa de la «música que no entiendo», se escucharía más.
– ¿Cuál es tu opinión respecto a esa idea que “el virtuosismo aburre”?
– Depende de la propuesta del compositor. Los hay quienes despliegan todos sus recursos y generan una música difícil que no llega a los sentidos y en otros casos, es todo lo contrario. Siempre pongo como ejemplo a Astor Piazzolla. Si bien su música es difícil, siempre flota una melodía que te podes ir silbando, caso «Adios Nonino» Entonces, el virtuosismo no garantiza buena música, teniendo en cuenta que lo “bueno” o “malo”, es subjetivo. Luego el virtuosismo de Piazzolla es divertido y otros no resultan de esa manera. Es opinable.
– ¿Cómo y cuando llegó el jazz a tu vida?
– Mi primer contacto con la música fue en el bar- restaurante que tenían mis viejos en Fortín El Triunfo. Allí había guitarreadas todas las noches y se cantaba folclore argentino, sobre todo del norte. Luego, me mudé a la ciudad de Lincoln y un amigo me hizo escuchar los vinilos de jazz. Fue el descubrimiento de todo un mundo. Escuché por primera vez a los grandes trompetistas del jazz: Freddie Hubbard, Miles Davis, Chet Baker, Dizzy Gillespie, Clifford Brown, etc. Eso me influyó definitivamente, luego, cuando compuse música. Salió una fusión entre los ambos estilos.
– ¿La trompeta siempre fue tu instrumento?
– Primero, empecé con percusión, luego pasé fugazmente por el saxo y el trombón para quedarme con la trompeta hasta hoy.
– ¿Cuánto hay de talento y cuánto de estudio en tu formación?
– Hay una frase de Pablo Picasso que dice algo así: «El talento existe pero tiene que encontrarte trabajando”. En el caso de la trompeta, como es un instrumento muy difícil, requiere mucho trabajo técnico. En suma, hay que estudiar muchas horas para que empiece a aflorar algo de música que resulte “agradable” al oído humano; en ese caso, es parecido al violín.
– ¿Quiénes son tus referentes en la música y en el jazz particularmente?
– Son muchos y variados. He mencionado algunos pero puedo sumar a Clark Terry, Bill Evans, John Coltrane, Arturo Sandoval, Wynton Marsalis, Keith Jarrett, etc, etc.
– Si no eras músico, ¿qué hubiera sido de tu vida?
– Si no fuera músico sería escritor. aunque, creo que soy escritor porque escribo.

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