Gito Minore: Lo académico no quita lo heavy metal

Hace poco destacamos “Se nos ve de negro vestidos”, el muy buen libro sobre el heavy metal argentino, realizado por los integrantes del G.I.I.H.M.A (Grupo de Investigación Interdisciplinaria sobre el Heavy Metal Argentino). Gito Minore, creador de la Feria del Libro Heavy Metal y la editorial Clara Beter, participó del libro con un texto que reflexiona sobre los cruces del género con la religión. En una charla distendida, Minore cuenta la génesis del libro, su propia relación con el cristianismo y la política asi como la influencia de artistas como Ricardo Iorio y Rata Blanca.     


-Gito, ¿cómo surge “Se nos ve de negro vestidos”?

– En principio, este libro es fruto de un trabajo colectivo que viene de tres años. Surgió en la primera Feria del Libro Heavy Metal, en el 2013. Se hizo una charla acerca de “Heavy metal y Academia”, en la que participaron Emiliano Scaricaciottoli y Nuna Calvo, ambos profesionales recibidos en la UBA y en la Universidad de Córdoba, respectivamente. La idea era ver como se podía incluir al Heavy en la academia. Emiliano ya venía masticando la idea de hacer un grupo de investigación interdisciplinario  No solo de la UBA sino de la UTREF y abrirse a otras carreras más allá de Letras. En el 2014 empezamos a pergeñar un libro de ensayo con varios artículos y la posibilidad de entrar a dar clases en la universidad. En el medio de la concepción del libro y la elección de los contenidos, por medio de la Secretaría de Extensión Universitaria, aparece la posibilidad de dar un seminario, lo cual fue una experiencia maravillosa. Por eso, el material del libro lo probamos dando una clase cada uno sobre lo que teníamos escrito. Tuvo una muy buena recepción y gustó mucho. Se caía de maduro el sacar el libro. Después, nos pusimos con la corrección, el armado, conseguir una editorial y sacarlo.


-Contame de “Huestes del cielo”, tu ensayo, en el que trabajaste el tema de la religión en relación con el heavy metal.

-Hay dos respuestas. La primera es que, cuando Emiliano vino a decirme de hacer el grupo, ya venía pensando en hacer algo de religión y heavy metal para la Segunda Feria del Libro Heavy. En mi ilusión estaba invitar al Beto Zamarbide –ex V8 y Logos-, y algunos miembros de bandas cristianas. Quería analizar como lo mágico y religioso se unen al heavy metal. Fue mi primera idea. Pasó a ser “Religión y heavy metal”. Empecé a investigar con tiempo, para no ocurra lo de la primera Feria Heavy que salió bien, pero muy apurado. Quería hacer eso, desde el principio. Era la veta que quería explorar.

Por otro lado, el tema de la religión conmigo, tiene mucho camino recorrido. Como dice Bourdieu, “uno es lo que ha comido de chico” y de chico, comía misales, libros de religión y escuchaba a mi abuela que me contaba historias de santos como San Roque o San Pablo. Eran como superhéroes y tenía todo una mística. Me gustaba leer y en mi familia no había muchos libros. Mi abuela había aprendido a leer en la posguerra, gracias a que le enseñó un chico del barrio. Ella no iba al colegio porque era la mayor de cuatro hermanas y tenía que ayudar en la casa. Aprendió italiano con muy pocas herramientas y cuando vino a Argentina, tuvo que volver a aprender a leer. Como era muy devota, tenía textos bíblicos que solía leer. Después me acerqué a la escritura, escribiendo poesías a mujeres imposibles o historias ejemplares en las que siempre aparecía un cura o algo similar. Cuando empecé a estudiar Filosofía, lo hice pensando en estudiar Teología. De chico quería ser cura, fui monaguillo y todo. Después empiezo a escuchar heavy metal. Por eso, en el artículo, hago mención al documental de Metal, de Sam Dunn en el que dice que el heavy metal sin el catolicismo, era imposible, lo cual, en mi caso, cerraba completamente.

Volviendo al artículo, vengo del palo de la filosofía e investigué por ese lado. Tomé “El fin de los Inicuos”, un disco de V8 que tiene muchas tensiones y no es muy fácil que digamos. De ahí, pasé a Logos que lo tenía muy escuchado. La cuestión del evangelismo con el heavy metal la viví de cerca. Cuando era chico, paraba en Flores. Cerca de Nazca y Rivadavia, donde antes había un cine, después estuvo una iglesia. Iba con mis amigos a escabiar por ahí y ver si nos podíamos levantar alguna chica. Se acercaban de la iglesia con un volante que decía “si estas mal o estas triste, te invitamos a ver una banda de rock y a tomar un café”. Ibas, tocaba una banda de rock –cristiano, obviamente- y después te bajaban línea. Obviamente, esto rompía con varias cuestiones de mediados de los 90. Era una época de gran crisis y desocupación en la juventud, que terminaba en la falopa y con mucho suicidio. La policía era un desastre y era complicado ser joven. ¡Y los evangelistas venían a “salvarte”! Como dice Iorio, “no puedo ver si es evangelista o policía”. ¡No salías indemne nunca!

Todas estas cosas entraron en juego para escribir el artículo.


-¿Te llevó mucho tiempo hacer el texto? Ahí metes a Logos, V8, Estados Unidos, la Iglesia.

– No lleva tanto tiempo de escritura como de lectura. Son muchas “horas culo”. Se lee mucho para después empezar a conectar el material y volver a leer todo. Fue un año de lecturas y relecturas con una investigación muy ardua. La previa es lo más difícil.


-¿Cómo es la repercusión del libro?

– Han llegado algunas opiniones. Por suerte, se está vendiendo bien. Hubo gente que ya lo compró porque lo conocía de la universidad porque fueron a las clases. Gusta mucho el libro por suerte.


-También es polémico en algunas cuestiones…

– Y si…más que nada porque investigamos hacia varios lados. También hay una postura política muy fuerte. Hay gente que no entiende bien lo que es el heavy metal. Lo ven en relación con el bardo y hasta fascista. Y esto no tiene nada que ver con el heavy metal.


-Ricardo Iorio es una referencia ineludible del heavy pero ¿conspiró en algo sus apariciones mediáticas?

– La cuestión mediática…Hay mucha gente que lo conoce y lo toma como un loco pero en el medio, tira cosas muy ciertas. ¡Y lo hace en la televisión! Con lo del yogurt, “si es tan bueno, regalo hijo de puta!”, se está metiendo con la industria de los lácteos. Me quedo con eso y no con el baile de “Dame mi pijita, dame mi pijón”. En la maraña uno tiene que darse cuenta de lo que es realmente valioso.


-Iorio es un tipo particular, difícil…

– Pero siempre fue asi! Me acuerdo que ensayaba en la sala de Hermética, en el 92. El tipo estaba como lo ves ahora con Beto Casella, pero con pelo largo. También estaba el Tano Romano pero el único que se ponía las pilas –y siempre se las puso- fue el Pato Strunz, que era el que manejaba la sala. Me acuerdo que nos bardeaba diciendo “Sigan asi, ustedes…. que van a tocar en lo de Tinelli. Manga de putos!”. Lo mismo que hace ahora! En ese sentido…el que lo conoce de siempre, sabe que es asi. En todos lados es igual. ¿Por qué habría de cambiar si fue a lo de Beto Casella? Explota un poco más la imagen. A él le sirve porque va mas gente a los recitales, lo cual se notó. ¿Y las ideas políticas? Al tipo lo escuché en Hermética. Criticó a los poderes establecidos, la política del vaciamiento, la policía y a los militares. Si decis que es de derecha es porque no entendiste nada. Cuando dice que prefiere “a José Larralde antes que al Che Guevara”, le está pegando un palo al boludo clásico del rock chabón y de la moda, que se pone la remera del Che sin saber quien es. Antes decía “muerte a los hippies”, ahora es “muerte a los que tienen la remera del Che”. Va por ese lado. Lo ve como una cuestión banalizada…El revolucionario de la remera. Por eso lo toma a Larralde, un tipo que siempre dijo verdades. Que va a cobrar a Sadaic y si no le pagan, saca un cuchillo. Un chabón loco que hoy vive en una farmacia. Podría haber hecho una fortuna y no lo hizo. Es un loco malo. Entonces, se identifica con el más malo de todos. Hay guiños para todos lados. La imagen del Che la usan en todos lados para banalizarla pero eso estuvo en la idea de los poderes hegemónicos, desde siempre. Estoy releyendo el libro “Para leer el Pato Donald”, sobre la ridiculización y banalización que hacen con las revoluciones. Todos los pueblos fuera de EE.UU –Patolandia- son exóticos. “El buen salvaje” o revolucionarios con tiranos locos. Son todos unos boludos salvo ellos.


-Además, en tu ensayo lo relacionas con los pastores televisivos. El “Club 700” por ejemplo…

– Se ponían todos estos programas en oposición a la Teología de la Liberación. En el texto, retomo lo que sostenía Alfredo Silleta, un especialista en sectas. Decía “Las sectas invaden la Argentina” con un tono sensacionalista pero tenía mucha información al respecto. Por ejemplo, Los Niños de Dios. Hablaba de eso y también de la Teología de la Liberación, que era donde estaba la cuestión. Te bajaban ese “cristianismo para las masas” que salía por la tele justamente para que todos estén tranquilos y no hagan quilombo. En Guatemala, lo dice la canción de León Gieco en “La Memoria” habla de 150000 guatemaltecos que fueron muertos. El presidente de facto era Efraín Montt, que era pastor de la Iglesia Pentecostal, siendo uno de los peores dictadores del continente. Esto lo tomo de un libro llamado “Exportando el evangelio norteamericano” que también lo cito en mi ensayo.


-¿Cómo sigue el derrotero del libro?

– Vamos a seguir presentándolo en varios lugares tanto aquí como en Mar del Plata. Lo vamos a seguir moviendo. Ahora presentamos los papeles para hacer el seminario de Heavy Metal en Filosofía y Letras de la UBA, en el segundo cuatrimestre.

 

-El seminario de Heavy Metal en Filo es abierto a toda la comunidad, ¿no?

– Si, y esto es importante aclararlo. Es un seminario de extensión universitaria que se da como si fuera en un centro cultural pero tiene el aval de la UBA. A lo que voy es que podes venir de cualquier carrera y si te gusta la música, también. Lo brindamos siempre teniendo en cuenta los conocimientos de la gente que viene. Hay muchos que ya tienen la práctica de la universidad y hay otros, que vienen solo porque les gusta la música. Pueden venir todos los que quieran


– ¿Cómo se llevan con “la academia”?

– Nosotros provocamos una ruptura. La Academia tiene un sesgo cientificista, de pensar el objeto de estudio y tenga un “paper”. Nosotros vamos más al ensayo y a la problematización. Es una tradición diferente a la del paper, que es norteamericana y se instala después de la Dictadura, en los 80. Nosotros retomamos al ensayo que surge con Montaine y los franceses, asi los románticos, que es la forma que se hace filosofía en Argentina. Dicen que no hay filosofía argentina pero tenes textos como “Facundo” al que muchos consideran que no es filosofía. Creo que es un muy buen ensayo y que, encima, salió en folletín. Después Martínez Estrada y Borges escribieron ensayos al igual que Sábato. El ensayo es una tradición argentina y latinoamericana. Nuestro libro “Cultura Metálica” era más libre. Teníamos escritos periodísticos y ensayísticos y hasta un reportaje. Aquí, en “Se nos ve de negro vestidos”, se optó por el lado del ensayo y no del paper. 

-¿El heavy metal no entra en contradicción cuando quiere mantener cierta pureza dentro del estilo pero, a la vez, se queja de no tener la visibilidad que se merece?

– Está un poco cantada la película. Eso ocurrió más en los 90 con el “Álbum Negro” de Metallica y con Rata Blanca. Mayor visibilidad a cambio de perder pureza. Ahí si era un momento definitorio. Hoy por hoy, los grupos que están en el camino de Rata Blanca no van a ser nunca como ellos ni van a tener esa visibilidad. Eso pasó en los 80 y los 90. Se criticó mucho a Rata Blanca. De hecho, yo mismo lo critiqué pero hoy, mirándolo de otro lugar, las cosas que hizo Rata a nivel musical son importantes. No están de lado de la letra ni de cuestiones de barricada pero ¡hay que ser el heredero de Yngwie Malmsteen! Y Giardino lo es. Es una gran banda y nos representa muy bien en toda Latinoamérica, a diferencia de la burbuja en la que vivimos en Argentina donde Iorio es lo más grande del heavy argentino pero que afuera no es conocido. Tuve la suerte de viajar por varios lugares y lo pude ver. En Ecuador –que son muy heavies-, estuvo Malón y conocían Tren Loco, que es una banda de culto y tiene hasta un equipo de futbol. Pero Rata es lo más famoso. Hay otros lugares donde lo único que conocen de Argentina es Soda Stereo obviamente, Los Enanitos Verdes –una injusticia que no se lo reconozca acá como se lo reconoce afuera-, Zas y Rata Blanca. Me acuerdo que fui a Guatemala y me puse a ver los grupos heavies de allá. Vi cual era la banda más conocida ¡y era una copia de Rata Blanca! Las mismas camisas, los pelos…Los que quisieron hacer heavy metal terminaron siendo hijos de Rata Blanca. Giardino es una persona que tiene muy claro como viene la mano. Te brindan un show excelente, donde tenes todo lo que vas a escuchar, muy profesional y con un gran sonido. En ese sentido está bien. ¿Y la pureza? Hace muchísimos años que hacen heavy metal y le brinda un prestigio basado en el trabajo y el profesionalismo, algo que no hacen los que suben al escenario a bardear. Rata se bancó todo lo que le tiraron. Podrían haber hecho otra música, cambiar o terminar convirtiéndose en productores…y no lo hicieron. La bancaron y le pegaron para adelante. Tuvieron un camino que se abrió hacia la cumbia donde también dejaron su influencia. Quizas caiga mal cierta soberbia….Hay barbaridades que dijo Iorio y se las perdonan todos, a Giardino no.


-¿Cuando es la Feria del Libro Heavy Metal?

– La primera semana de vacaciones de invierno, vamos a estar participando con la editorial Clara Beter Ediciones, de la primera Feria del Libro de Almirante Brown que se va a hacer en Adrogue. Es la primera vez que vamos a ir a zona sur participando una semana entera con todos nuestros libros y vamos a dar una charla sobre Cultura Metálica con los autores. Va a ser una pequeña muestra de la Feria del Libro Heavy Metal.

Después, la Feria del Libro Heavy Metal será para mediados de octubre, tal como lo estamos haciendo pero estamos viendo el tema de los feriados. Siempre en el Centro Cultural La Imaginería, con muy buena recepción del público. 
 

– Consultas sobre el libro «Se nos ve de negro vestidos» y el Seminario de Heavy Metal: http://facebook.com/giihmargentino
– Puntos de venta del libro: Badaraco Libros (Av. Entre Ríos 932), Mu Punto de Encuentro (Hipólito Yrigoyen 1440), Gambito (Puan 511), La gata y la luna (Manuela Pedraza 2365, a mts de Av. Cabildo) y en la web: http://matenalmensajero.mitiendanube.com/ediciones-la-parte-maldita/academicos/giihma/

 

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