Julieta Venegas enciende streaming con un recital inolvidable

En la nueva modalidad de realizar shows en vivo, mediante streaming, este sábado 22 de agosto fue el turno de Julieta Venegas que realizó un estupendo concierto en el que viajó por su larga y rica trayectoria. En comunicación constante con el público via chat y con la emoción a flor de piel, fue un momento único para el deleite –o descubrimiento- de una artista por demás curiosa en sus búsquedas y talentosa en sus composiciones.


Imagenes: Cecilia Villarreal


La cita era a las 21 hs para ver qué iba a presentar Julieta Venegas en esta presentación que prometía mucho. Si bien retomaba la estructura de sus últimas presentaciones en vivo con su show “Íntimo”, había prometido que iba a suceder alguna sorpresa.

Pero vayamos por partes. Con sorprendente puntualidad, la misma Julieta presentó a quien iba a ser la “banda telonera” (o grupo soporte): el dúo chileno Yorka integrado por Yorka y Daniela Pastenes. Durante treinta minutos, tuvieron la posibilidad de tocar y dar cuenta que es una banda que se las trae, con interpretaciones sentidas y musicalidad acorde. Como si fuera un unplugged, usando una instrumentación mínima basada en guitarra, ukelele y cajón peruano, dieron rienda suelta a su poesía y un sonido que resultó una sorpresa más que agradable para quien no conocía a la banda.

A eso de las 21.30, Julieta Venegas se hace presente en el recinto donde brindará su show. Al respecto, el mismo era nada más y nada menos que el queridísimo Café Vinilo, con la particularidad de no hacerlo arriba del escenario sino en la zona destinada al público. No podemos continuar el relato de los hechos sin destacar a este reducto hermoso, de la calle Gorriti, una usina constante de música y cultura de Buenos Aires. Fue el primer momento emotivo de la noche el ver y recordar a uno de los tantos lugares que se extrañan de la ciudad.
El comienzo fue con “Ilusión”, sonando únicamente su voz y el piano. Al respecto, por motivos obvios de la pandemia y en coincidencia con su etapa creativa -de los que se explayó en la conferencia de prensa que brindó para más de cincuenta medios del continente (ver https://www.elcaleidoscopiodelucy.com.ar/2020/08/julieta-venegas-en-vivo-y-por-streaming.html), estaría solo ella yendo y viniendo entre el piano, la guitarra, el acordeón y el cuatro para interpretar cada canción. De esta manera, con una instrumentación mínima, cada canción redescubrirá su riqueza y aún más, su resignificación.
En su primera experiencia de este tipo de shows, Venegas presentaba cada canción como si estuviera en el living de su casa, dando algunos detalles de la misma. Con calidez y simpatía, este preámbulo enriquecía cada una de las interpretaciones. Tal fue el caso de “Mujeres”, tema que estrenó el 8 de marzo de este año que dejó de lado sus arreglos de sintetizadores y voces para que el piano potencie su carácter de alegato y homenaje a la lucha de las mujeres por sus derechos, contra la violencia de género. 
Justamente con este tema, se aprecia algo que se sucederá a lo largo del recital en varias ocasiones. Al término de la canción, el aplauso de los -pocos- presentes en la sala -sonidistas y cámaras- no es inmediato. Como si hubiera que reponerse frente a lo que se acaba de oír y, por sobre todas las cosas, sentir. Recién ahí, se baten palmas de agradecimiento y reflexión constante.

El repertorio va y viene a través del tiempo. Incluye canciones como “Andamos huyendo” y “De mis pasos” –ambas del primer disco- hasta “Todo está aquí”, pasando por “Mis muertos” que formó parte del unipersonal de teatro “La enamorada” que sirvió para el debut actoral de Venegas. También hay tiempo para algunos covers de José Alfredo Jimenez («Canta, canta, canta» y «Paloma querida») y Armando Manzanero («Adoro», que lo había hecho a dúo con Bronco para un disco de la banda mexicana)


El cuatro será el instrumento que acompañará a“Despechada mexicana”; la guitarra lo hará con “Debajo de mi lengua”, “Canciones de amor” y “Una respuesta” y el acordeón a “Ese camino” y “Oleada” que lo lleva a otra dimensión, enriqueciendo un tema en el que el slide le daba una identidad personal. Lo mismo ocurre con “Andar contigo” y “Lento”, dos hits increíbles con versiones acordes para serlo por mérito propio. En esa línea, los fuertes golpes a las teclas del piano con mucho swing, abren una excelente versión jazzera de “Eres para mí”.
En varios momentos del concierto, Venegas se acercó a la pantalla donde salían los saludos del público que estaba mirando el show. Desde Estados Unidos y todos los países de Latinoamérica estaban siguiendo una transmisión que se desarrolló casi sin inconvenientes en tanto al comportamiento de internet. En el caso de este cronista, salvo en algunos momentos en que se detuvo la transmisión, no hubo mayores problemas. ¿Esa detención habrá sido por el servicio horrible que está brindando Telecentro en estos momentos? Lo importante es que ese vínculo que realizaba con el público era genuino y uno no podía dejar de imaginarse la fiesta que sería cada casa. Muy buena música acompañada por una rica comida y bebidas acordes o simplemente, como si fuera un show en vivo, con la emoción a flor de piel. La misma que vivió la propia Julieta al terminar “Si hay palabras” con la aparición de su mamá en el chat.
En ese momento, es cuando caemos en cuenta que estamos viendo un show que sería genial verlo en vivo pero que, cortesía del Covid-19, debe ser por medio de la tecnología. El cuidado de la salud ante todo aunque estemos lejos de nuestros seres queridos a los que extrañamos muchísimo.

“Se que soy idealista pero quiero pensar que vamos a salir de esto siendo mejores” dice Venegas antes de encarar “Me voy”, inoxidable clásico que habla de una separación necesaria para que crezca la persona a nivel individual y lejos de todo tipo de culpas.

Tecnología mediante, los bises no son tales a pesar de que se presentan así. Suenan “Limón y sal” y “El presente” junto con “Ya conocerán” y una excelente versión de esa gema de Charly García llamada “Ojos de video tape”.

El final llega con “Porvenir” tras poco menos de dos horas y media de show. El talento y el carisma de Julieta Venegas lo hicieron de nuevo. Un momento de música de calidad, por demás disfrutable en tiempos difíciles para el encuentro. 
Termina el concierto y nos quedamos con la plena sensación de haber disfrutado no solo de un recital inolvidable, que tuvo todo lo que tiene que tener sino el redescubrir una artista inquieta y curiosa, que no se estanca en sus búsquedas. Algo por demás destacable en tiempos en los que, ser «auténtico» implica atrasar años. Julieta Venegas pone sus canciones en otro lugar de escucha y disfrute, con el consabido enriquecimiento creativo. 

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