Salir a la calle
Performance: Dana Crosa, Denisse Van der Ploeg, Micaela Tapia y Delfina Oyuela. Canciones y composición musical: Dana Crosa, Milva Leonardi, Micaela Tapia y Delfina Oyuela. Asesoramiento de vestuario: Uriel Cistaro. Producción ejecutiva: Cinematique Abasto y Micaela Zaninovich. Operación de sonido: Felix Land. Asistencia de dirección: Gonzalo Bao, Nadia Gómez y Delfina Oyuela. Dramaturgia: Francisco Castro Pizzo, Juan Coulasso, Dana Crosa, Milva Leonardi, Delfina Oyuela, Micaela Tapia y Gonzalo Bao. Dirección: Francisco Castro Pizzo y Juan Coulasso. Cinematique Abasto es una producción de Abasto Barrio Cultural, Roseti Espacio y Proyecto Excursus, con el apoyo de Mecenazgo, Banco Hipotecario e INT. Duración: 90 minutos
Roseti. Gallo 760 – Abasto – CABA. Sábados, 16 h.
En los últimos tiempos, se ha desarrollado una idea de paseo-recorrido que coloca al teatro fuera de las paredes que suelen cobijar una puesta. Todo esto, generó experiencias que van desde expandir los límites hacia otras formas más lúdicas y cautivantes de aprehender el teatro hasta el enésimo descubrimiento de la pólvora –con su consabida “sorpresa”-, no exento de cierto snobismo.
Una “tercera posición” de lo expresado –más cercana a la primera que a la segunda, obviamente-, es “Cinematique Abasto” que juega con el tiempo, los lugares y las vivencias mientras combina música, teatro y cine. Por ello, se constituye en una experiencia por demás rica y curiosa. El tiempo con su devenir y eventual intento de captura es uno de los puntos de una experiencia dividida en tres capítulos que remiten a esos discos conceptuales de otro tiempo. Esto, en plena relación con los espacios en que se vive y los hechos que atraviesan la existencia. Todo esto se inicia desde el mismo momento en que uno llega a Roseti.
Unas sillas ubicadas frente a la fachada de Gallo 670, serán la “platea” del puntapié artístico inicial, a cargo de Dana Crosa, Denisse Van der Ploeg y Micaela Tapia. El teatro sale de su reducto “natural” para ubicarse en la calle, a la vista de todos. De hecho, lo realmente interesante es el modo en que se interactúa con el contexto. A través de interpretaciones varias, intentan el diálogo con quienes transitan por Gallo. Historias inventadas y preguntas tan profundas como adolescentes -de acuerdo al grado de fría madurez que se cuente-, se adueñaran de esos instantes. Tres voces suenan como resistencia contra estos tiempos modernos de tecnología e inteligencia artificial. Es más, se lo podría linkear al genial Miguel Abuelo que saludaba desde su “Buen día, día” y su mantra de poesía eterna. Inclusive, la percepción podrá cambiar de acuerdo a las vivencias de cada uno de los presentes.
“Time goes by, so slowly” cantaba, apenas comenzado el nuevo siglo una tal Madonna Louise Ciccone. Algo de eso hay aquí. De repente, el público se encuentra dentro de las mismas instalaciones de Roseti para traer el “afuera”, cámara mediante. Un ojo posará su mirada en una pared que devolverá imágenes que se suceden continuamente. Otro tiempo y/o realidad. Ni mejor ni peor pero igual de sorprendente, llegado el caso.
Tal como el tiempo nos pone en diferentes lugares, casi sin darnos cuenta, de repente, el público se encuentra caminando por las calles del Abasto, siguiendo la guitarra de Delfina Oyuela. Otro espectáculo complementario es ver las reacciones y miradas de quienes ven este cortejo musical llegando a algún destino del barrio.
Una de las particularidades de esta puesta es la posibilidad abierta de retirarse en el momento en que se desee. La decisión es del espectador que completa el hecho teatral hasta en ese no-tan-mínimo detalle. El ida y vuelta constante, en el que permanece en el recinto solo aquél que lo desea. Algo similar ocurre con la entrada, que es a voluntad de cada uno de los presentes.
Cada una de las partes que conforman la puesta tiene su propia impronta. Debido a esto es que el vínculo realizado sea tan personal y único. Por eso, no será raro que caiga una lágrima, se esboce algún gesto de complicidad o se cierre los ojos con una sonrisa en los labios, viajando a través de distintas vivencias.
“Cinematique Abasto” invita a redescubrir una parte del Abasto a caballo del arte. Teatro, música y cine conforman un patchwork identitario, de plena sensibilidad en el que se inscribe una experiencia completa y regocijante.