El Comité de Dios (Teatro)

Más allá de la vida


Con Alejandra Flechner, Gustavo Garzón, Héctor Díaz, Gonzalo Urtizberea, Julieta Vallina, Ana Garibaldi y Roberto Castro. Diseño de vestuario: Valeria Cook. Diseño de escenografía: Alberto Negrín. Diseño de luces: Marcelo Cuervo. Comunicación visual: Estudio Ka, Gabriela Kogan. Asistencia de dirección: Gonzalo Martínez. Producción ejecutiva: Alberto López Sierra. Producción general: Sebastián Blutrach. Coordinación de producción: Romina Chepe. Jefe de escenario: Gonzalo Martínez. Gestión cultural: Martín Morgenfeld. Dirección: Daniel Veronese.


Teatro El Picadero. Pasaje Santos Discepolo 1857. Miércoles a sábados, 20.30 hs; domingos, 20 hs.


Hay puestas que prometen mucho, tanto desde la temática sobre la cual giran asi como del elenco que formará parte de la misma. En el caso de “El comité de Dios”, un grupo de médicos es el encargado de decidir el destino de los trasplantes, evaluando las características de los futuros trasplantados. No sea cuestión que el destino de tan preciado órgano, termine en un cuerpo que no sea merecedor de una segunda oportunidad en la vida. Allí es cuando entra en la compulsa el hijo de un millonario, cuyo padre prometió una suma considerable ante una eventualidad por demás inesperada y “desgraciada”.


Este comité tendrá en sus manos el decidir quien vive y quien….debe seguir esperando, al tiempo que incorpora a un cura –que también es abogado- como oyente pero sin posibilidad de votar. En dicha comisión de notables, cada uno de sus integrantes tendrá sus particularidades. Irán desde aquél cirujano que le interesa solo la cuestión médica hasta la doctora sensible y joven, que ve con asombro el proceder de la junta médica. Es muy interesante ver la manera que se decide el destino del trasplante asi como los encargados de la decisión, son atravesados por cuestiones éticas y personales (amén de prejuicios), que conforman su propia individualidad. ¿Qué hace que decidan entre un hombre con VIH y obeso, una mujer trasplantada con anterioridad, que se está recuperando de un intento de suicidio y el mencionado hijo del millonario?


Lo que termina siendo atrapante en su idea primaria, acerca del debate de ideas en tanto a la metodología de los trasplantes, el ego de quienes tienen vidas en sus manos y el carácter ético-moral de esta misma situación, termina cayendo en una verba constante. Se dice «tanto» que se deja de lado la parte dramática de la puesta en pos de una dinámica rápida y veloz. Se desvía la atención de un tema realmente serio a favor de las aristas de las conflictos personales de los personajes, optando por esa “salida fácil” para encaminar la puesta en vez de profundizar todo aquello que esbozó en sus primeros minutos. Se elige pasar un buen momento teatral en vez de ir a fondo con cuestiones que serían interesantes que se plasmen en un teatro comercial.


La escenografía blanca, ascética y fría, será el campo de batalla donde ideas, deseos y frustraciones jugaran un ajedrez con la vida de las personas, en un pizarrón blanco, donde desfilaran los nombres de los potenciales beneficiarios de los trasplantes. El elenco es de muy buen nivel, con actuaciones parejas y acordes. No obstante, queda la sensación de que podría haber sido mucho más aprovechada la puesta –y los actores, principalmente- si se hubiese arriesgado por los caminos más escabrosos que había propuesto.

«El Comité de Dios» entretiene con una puesta atrapante pero queda en deuda en relación a lo que se había esbozado en un principio respecto a la potencialidad de un texto rico y polémico y un elenco de probada calidad.

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