“El mundo en mis zapatos 2.” (Teatro)

Si me sobrara el tiempo….

Dramaturgia: Brenda Fabregat y Eloísa Tarruella. Actuación: Brenda Fabregat. Diseño gráfico e ilustraciones: Ona Ballesteros Gravino. Música original: Federico Pascarella. Diseño de vestuario y de escenografía: Gabriella Gerdelics. Fotografía: Aldo Amura y Agustina Silvestrini. Diseño de luces: Ricardo Sica. Asistencia de dirección y community manager: Agustina Silvestrini y Marianella Zappelli. Producción ejecutiva: Claudia Díaz. Dirección: Eloísa Tarruella. Duración: 65 minutos

Centro Cultural de la Cooperación. Av Corrientes 1543. Sábados, 21 h.

Por Cecilia Inés Villarreal

La historia nos enseña, bajo su manto de fantasía y mito medieval, que los caballeros del Temple (Templarios) emprendieron la búsqueda del Santo Grial; otros, como los alquimistas, de la piedra filosofal. Expedicionarios y científicos, ávidos de codicia, fueron a los confines del globo terráqueo a buscar el Edén perdido como El Dorado. Para muchos el Grial de nuestros tiempos es el amor (ya sea en minúsculas o mayúsculas), encarnado en un vínculo de responsabilidad y de respeto afectivo. Para otros, Eros tiene la misma visibilidad que el dios griego, una quimera o un unicornio. Estamos en una época donde las masculinidades y feminidades se enredan y trastabillan porque los roles de género siguieron mutando tras la pandemia.

En “El mundo en mis zapatos 2” asistimos a la celebración del cumpleaños de Brenda Martínez. Un festejo a corazón abierto. La conmemoración, junto con el rito pagano de la vela, simbolizan el cumplimiento de los deseos. La torta como ofrenda y los seres queridos alrededor del fuego es el epítome de la felicidad para un/a niño/a. Es la esperanza de que, al soplar la llama, lo pedido se vuelva realidad. La cara se ilumina por efecto de la luz y la chispa de la ilusión, de esa santísima trinidad de intenciones cuidadosamente elegidas. ¿Qué pedimos con tanta fuerza? ¿Salud, dinero y amor? ¿O se irán sofisticando con el paso del tiempo? Una animadora brasileña cantaba «Todo lo que haré, será mejor que lo que hice ayer, por eso mi destino buscaré, andando mil caminos sin temer, con algo de coraje y mucha fe, no habrá nada imposible de vencer».

En una puesta que podría dialogar generacionalmente con Liquidación Total, obra site-specific que está en cartel, Brenda Fabregat encarna a la homenajeada que  le pone el cuerpo y la pluma en esta evocación teatral. Su sensibilidad, humor y destreza corporal desencadena una metamorfosis etaria. Infancia, adolescencia y adultez se suceden en estas vivencias de orden anárquico donde la mente no respeta cronologías. La dirección de Eloísa Tarruela interpela al espectador que vivió su infancia y adolescencia a fines de los 80 y 90. Tal como reza el título, el calzado nos identifica, a estar en el lugar de Bren, a acompañarla y escucharla como invitados de la fiesta.

En un unipersonal que recoge los pedazos fragmentados de una mujer, como si se tratara de un rompecabezas, narra con emoción, humor y resiliencia los recuerdos en común con sus propios fantasmas. Un código tácito de vocabulario, vestimenta y utilería que le sacan una sonrisa cómplice a los jóvenes viejos de 35-45 años. A título personal, gracias a lo vivido somos quienes somos y lucimos esas cicatrices como estandartes de experiencia. Somos un palimpsesto, muchas vidas, reescrituras, borradores y las decisiones que tomamos. 

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