Como bien hace mención el título, la puesta gira sobre el momento en que Margaret Thatcher, la primer ministro británica, decide hundir el buque argentino que se encontraba fuera de la zona de exclusión del conflicto. Pero las aristas que abre la obra van desde un texto excelente (traducido por Rafael Spregelburd) hasta una puesta rica en detalles, donde la ironía y el sarcasmo juegan un partido importante. El vestuario de los personajes masculinos, con tacos, dándole un aura femenina, justamente de la cual carece Thatcher, siendo ella mujer.
Los parlamentos de la otrora Dama de Hierro, con un círculo de colaboradores que están presos de los desplantes de la aquí traducida como “Amargas Cachas” – Maggot Scratcher, en el original-. Pero para que la puesta llegue a un buen destino, necesita de una actriz que esté a la altura de las circunstancias. Monina Bonelli logra una excelente caracterización en la que la sátira en el comportamiento, exacerbando sus particularidades, pueden provoca es risa cómica pero también la sonrisa reflexiva por la profundidad de una actuación –y un texto- excelente. El oportunismo en la toma de una acción criminal y cobarde, dan cuenta de una manera de, no solo hacer política, sino de manejar a un país y la extensión de una forma de pensar y conducirse que condujo a una crisis de identidad y de valores, a nivel cultural. Ambiciosa, vil y con la creencia que es una mujer seductora y con charme, Amargas Cachas transita esos grotescos que asustan por la similitud de situaciones pasadas. La ironía sobre la conducta tanto de Thatcher, sus colaboradores e incluso del electorado británico, dan cuenta de la capacidad de observación de Berkoff que, a su vez, tomó la investigación realizada por Desmond Rice.
Hundan el Belgrano (Teatro)
Un Berkoff visceral y mordáz
De Steven Berkoff. Traducción: Rafael Spregelburd. Con Monina Bonelli, Carlos Cano, Alejandro Corp, Gustavo De Filpo, Lucas Lagré, Estanislao Milicich, Gonzalo Pastrana, Luciano Ricio y Gastón Rodriguez. Músico y música original: Pablo Vazquez. Vestuario: Pablo Graziano. Escenografía: a77. Iluminación: Alejandro Le Roux. Peinados y Pelucas: Alejandro Granado. Sonido: Daniel Uhalde. Fotografía: Maruja Bustamante. Diseño web y Diseño gráfico: Walter Montes de Oca. Coreografía: Eugenia Di Marco. Puesta en escena y Dirección: Claudia Marocchi.
El Portón de Sánchez. Sánchez de Bustamante 1035. Sábado, 23 hs.
Steven Berkoff tenía la pluma afilada en los 80. No solo por haber concebido “Greek”, sino por “Hundan al Belgrano”, una corrosiva puesta que desnuda una época signada por la Guerra de Malvinas.
Las alusiones a la situación británica en plena crisis económica y social pero, más aún, de la caída de la imagen de Margaret, es lo que la impulsa a tomar el conflicto por Malvinas de las astas y darle un vuelco favorable que provocará su relección. Allí es cuando la frase del historiador Eric Hobsbawn, “Argentina perdió la guerra pero ganó la democracia; Inglaterra ganó la guerra pero perdió con Margaret Thatcher”, presenta un broche de oro a la situación toda.
En lo que se refiere a la puesta, la presencia central de Bonelli ilumina todo momento, con una escenografía creada sobre módulos que permiten una fácil movilidad para crear los escenarios donde se desarrollarán los acontecimientos. Además de la superlativa Bonelli, se destaca Lucas Lagré como el relator de los acontecimientos, un testigo en peligro de un negro devenir y logra momentos de intensidad, y Gastón Rodriguez, como el Alcahuete –ministro de Thatcher- y el almirante del submarino destinado a tan pérfida misión. El resto del elenco es correcto y acompaña aunque no con la sapiencia de los mencionados.
“Hundan al Belgrano” es de visión necesaria, no solo como una revisión histórica sobre tablas, a través de una buena puesta sino para establecer lazos y similitudes de vaciamiento cultural y social que nuestro país tuvo en la última década del pasado siglo.