Pirandello en Villa Crespo
Autoría: Luigi Pirandello. Con Marcela Fraiman, Martin Ortiz, Néstor Navarría y Camila Grosso. Vestuario: Jorgelina Herrera Pons. Escenografía: Marcelo Chaves. Diseño de luces: Damian Monzon. Asistencia de dirección: Camila Grosso. Dirección: Gustavo Oliver.
Teatro El Crisol. Malabia 611. Sábado, 20 hs.
Hay obras que tienen el gran valor (que no es poco al día de hoy) de dar cuenta de una historia basándose en las tres B: Buen texto, Buena dirección y Buenas actuaciones. Como dijo alguna vez un reconocido director, “acá vas a ver teatro. Actuaciones, texto, dirección y nada de pantallas, guitarras eléctricas o multimedia”. En ocasiones, nos vamos tan lejos que muchos/as terminan olvidándose de donde vienen e inclusive, a donde van.
En el caso de “La morsa”, un triangulo amoroso es el centro de una puesta ambientada en el siglo pasado pero con una pasión que no cesa a través de los años. El amor prohibido, con toda la pasión que esta implica, batiéndose a duelo con las convenciones de la época y el “deber ser” que regula la vida de los individuos. Una mujer enfrentada a la encrucijada que cambiará no solo su vida sino la de su contexto pero con el gran interrogante del ¿Cómo?. De más está decir que, al día de hoy, con la lucha del colectivo #NiUnaMenos en pos de los derechos de la mujer, la resignificación del texto es obvia.
La proximidad de la platea al escenario hace que la tensión se haga aún más palpable. El vestuario es parte fundamental para adentrarse en un contexto por demás cercano al público el cual vibra con lo que ocurre frente a sus ojos. De esta manera, el amor, el odio y la traición se harán palpables para quienes sean los testigos privilegiados de los acontecimientos. El desarrollo de las acciones es sostenido y no cae en ningún momento. Por el contrario, más de uno se sorprenderá cuando sucede el desenlace. En esta línea argumentativa, no se puede dejar de destacar no solo la dirección sino la actuación de un elenco de calidad, parte fundamental de la puesta.
Pirandello se hace presente en el Crisol, de Villa Crespo, con una versión más que interesante de “La morsa”. Ideal para un sábado de buen teatro, con el consabido disfrute de la pluma de un dramaturgo excepcional.