Una heroína poética
De Magdalena Yomha, a partir de un cuento de Ricardo Piglia. Con María Zubiri y Leonardo Murúa. Actrices invitadas: María Eugenia Grillo y Melina Benitez (en octubre). Hombre orquesta: Manuel Iarmush. Asistente de dirección: Paula Badariotti y Diego Becker. Escenografía y vestuario: Mercedes Arturo. Asistentes: Mercedes Lozano y Rocío Vázquez. Música: Martín Longoni. Animación: Alfonso Piantini. Iluminación: Diego Becker. Realización de escenografía: Escudero´s. Diseño gráfico: Patricio Roach. Dirección: Magdalena Yomha.
Camarín de las Musas. Mario Bravo 960. Viernes, 21 hs
Tras la excepcional “Pléyades”, vuelve Magdalena Yomha con una nueva puesta. En este caso, usando como disparador un cuento de Ricardo Piglia en el cual dos seres aparentemente contrapuestos, logran establecer un vínculo que va mas allá de las palabras y las situaciones.
Correa llega a un prostíbulo donde Luba, una “polaquita” de cabellos color fuego, será la encargada de satisfacer su deseo. Pero Correa no busca sexo sino protección de un “exterior” hostil, que busca atraparlo. Se definirá como un luchador, un guerrero que, en este caso, la suerte le resultó esquiva ya que, herido y abandonado, busca refugio en un lugar en el cual pone algunas de sus mayores críticas. Descreído del amor, su verba revolucionaria busca trascender el sentimiento más noble que hay, para embarcarse en un heroísmo que, probablemente no sea tal y que esté más cerca del “potlach” que del reconocimiento generalizado.
En cambio, Luba es esa mujer que lo recibe para un fín determinado, que no será tal. Ella ya había recalado en estas costas con la promesa de un trabajo que no fue tal y del cual desea escaparse pero sin tener la forma de llevarla a cabo.
El texto entrelaza la historia con “Romeo y Julieta” en tanto historia de amor que va más allá de la situación de los cuerpos sino hacia una relación de almas que sobrepasará cualquier beso. Ese amor que va más allá del abrazo y con el calor de una pasión excelentemente trabajada desde la sutileza cálida, lejos de la frialdad de la letra escrita. También Roberto Arlt será de la partida en este texto. La concepción de los personajes a partir de un militante anarquista y una prostituta para dar cuenta de ideas y concepciones tan ricas como polémicas, son perfectamente reconocibles en el discurso de Arlt.
Yomha cuenta a través de las palabras sin apelar a giros efectivistas en la puesta. Cada situación corresponde al momento adecuado, con personajes que llevan adelante un texto a través de la particularidad de sus propias características. Para tal fin, es necesario destacar a Leonardo Murúa y a María Zubirí, quienes dan vida a Correa y a Luba. El primero, desde la pasión revolucionaria de un hombre de armas tomar mientras que Zubirí es la mujer que reflexiona al tiempo que siente y vive desde el lugar de quien busca su propio destino, luego de haber sufrido una mala pasada por parte de este.
La escenografía y la iluminación brindan el marco adecuado a una puesta que tiene la duración exacta, donde no falta ni sobra tiempo salvo para el disfrute personal. Su ritmo tenue y grácil permite que su desarrollo sea armónico. Sin prisa pero sin pausa, “Luba” es atrapante desde el primer minuto.