Dueña de una voz privilegiada y una capacidad actoral reconocida por todos aquellos que la ven sobre el escenario, Malala González deslumbra con su unipersonal “Dirán que fue la noche” al tiempo que es una de las heroínas (o no) de la trilogía de Andrés Binetti, que se desarrolla en el teatro Apacheta.
-Es cierto lo que decís. Hay muchos. He visto varios y todos muy distintos unos de los otros. Si bien es una actriz, cada una tiene su estilo y su propuesta varía bastante.
– ¿Crees que esto sucede por algo en particular?
– Creo que tiene que ver con búsquedas teatrales, con cosas de pensar como será la dramaturgia pero también desde que lugar contarlo. El unipersonal presenta ciertas facilidades que, a la vez, son complejidades a la hora de ver la obra. Uno solo ve a una persona pero te presenta otros riesgos. No se si es una moda pero se dan varias cosas a la vez. Si tuviera que buscar un patrón en común en todos los unipersonales en común, no lo veo. Es todo muy heterogéneo.
-En los últimos cinco años, hubo unipersonales de todo tipo y los hombres, sacando excepciones, se dedican al stand up….
– Esa es otra historia. Llama la atención. También tiene que ver con una necesidad, y con un lugar de enunciación distinto porque no todos son dramaturgas o directoras. Hay directores que dirigen actrices, actrices que se autodirigen o direcciones en conjunto. Está bueno que haya tantas opciones!
– ¿Cómo te sentiste haciendo “Dirán que fue la noche”?
– Muy cómoda con el unipersonal pero también, aprendiendo mucho. Al ser musical, tiene otros lenguajes tanto desde la poesía como desde la música. Me sentí cómoda y muy convocada por la propuesta. Era un desafío que no tenía solo que ver con lo actoral sino también con otros lenguajes. Me sentí muy bien, sabiendo de esta responsabilidad de estar una solita en escena, y que te estén viendo todo el tiempo, sin otra cosa que convoque. Igual es un unipersonal un tanto particular porque Gustavo está en el escenario al igual que el piano. Por eso queremos que el vínculo esté generado y sea algo fuerte, como para que la gente sienta que hay un diálogo entre nosotros y que sea parte de la propuesta. La verdad, es la primera vez que hago un unipersonal. Hasta los ensayos son distintos al respecto. El trabajo es diferente y el tiempo es distinto. Un ensayo de tres horas de un unipersonal no es lo mismo que ensayar una obra con muchos actores o muchas escenas. Todo se comprime o, mejor dicho, se intensifica. La experiencia ha sido enriquecedora. Además, me brindó la posibilidad de acercarme al lenguaje de poetas que conocía de nombre, que había leído anteriormente, ahora, meterme en sus universos, estoy agradecida por todo esto. El hecho de que la música sea compuesta especialmente para la obra, tiene otra envergadura, otra forma del decir. Es muy interesante para transitarlo. Fue un aprendizaje simultaneo, con ensayos musicales, en paralelo con los ensayos actorales y de puesta. La verdad, estoy muy contenta.
-Es tu primer espectáculo musical, ¿no?
– Si, aunque en “Después del aire”, una obra que sigue en cartel, dentro de la trilogía amateur y “Al servicio de la comunidad”, que hago el personaje de una opa que solo canta. Dobla los cantos en un radioteatro. Ahí fue un desafío porque no hablo sino que abro la boca para cantar. Ya venía con ganas de poder cantar en escena. Otro proyecto que estoy ensayando también alguna que otra cancioncita aparece. Está presente el canto y me gusta eso. Se dio asi y estoy super contenta, explorando una faceta que me gusta mucho. En algunas obras, he cantado alguna que otra canción lírica pero ya hace tiempo.
-En Basavilbaso..
– Si, ahí tocaba la guitarra también por lo que no era solo la voz. En el caso de la opa que hago en “Después del aire” tiene un matiz que canta solo el personaje pero acá está puesto a la máxima potencia. No es todo musical porque hay partes recitadas. Está el colchón de la poesía y sobre ese colchón, jugar con las melodías. Estoy muy agradecida de las propuestas y con la posibilidad de hacerlo. Me gusta ver lo que le pasa a la gente con todo esto, que recepción hay y eso.
– ¿Cómo fue la elección de los poemas?
– La elección ya estaba hecha. La habían pensado entre Alfredo y Gustavo, para ponerle música. Ellos fueron quienes me convocaron para llevar a cabo esa selección. Dentro del universo de cada poeta y de una lectura más específica, de cada universo, seleccionar algunos poemas que les parecía más dramáticos en tanto acción. El encontrarle la acción dramática, que cada poema proponía y a la vez, para Gustavo, que tuvo su tiempo para la composición a partir de las poesías. Las letras están respetadas pero hay como mucho trabajo de componer, a partir de la melodía, para piano y para voz. Asi que, en el momento al que me incorporé al proyecto, ya estaba hecha la selección.
-Igualmente, algunos arreglitos habrás metido en el tema de la voz…
– Si, seguro. En realidad, lo adaptamos un poco. Muchas de las canciones estaban pensadas para un registro que también tengo. Si bien la selección de los poemas estaba dado, lo que creo que participé (y fue producto de los ensayos), fue el ordenamiento de la selección. El orden de los poemas. Había algo que fluía. “Venía tal poema y después venía el otro…”. Para cortar y cambiar ya que lo hacía muy distinto uno del otro. Ahí metimos mano todos para ver en escena como funcionaba esa selección.
-Me gustó mucho el arreglo de las melodías y los textos. También tu registro de voz! Ya la habías trabajado con anterioridad?
– Cuando era pre-adolescente, estudié canto lírico, pero como era un momento en que la voz se me estaba adecuando y cambiando un poquito, en una etapa de crecimiento, siempre fui intermedio entre soprano y mezzosoprano. Mi profesora en aquél entonces, me dijo que, en algún momento, se iba a definir. Después dejé y en la EMAD, donde estudié, teníamos rítmica, con Mariano Moruja, con algo de canto y después hicimos un seminario de dos años de teatro musical. Ahí traté de bajar eso que tenía incorporado desde lo lírico a un registro más popular. A partir de esta propuesta, estoy tomando unas clases de canto para reforzar lo que tengo. Igual tengo familia de músicos por lo cual el canto y la guitarra siempre está presente.
“Dirán que fue la noche”. La Scala de San Telmo. Pje Giuffra 371. Domingo, 18 hs.
“Después del aire”. Apacheta Teatro. Pasco 623. Sábado, 22.30 hs.