Clásico condensado
Concepción y dirección: Marcelo Savignone. Con Mercedes Carbonella, Merceditas Elordi y Marta Rial. Vestuario: Mercedes Colombo. Asistencia general: Luciano Cohen, Andrea Guerrieri y Belén Santos
La Casona Iluminada. Av Corrientes 1979. Domingo – 17 y 18 hs
Marcelo Savignone tiene algo “personal” con Anton Chejov. Lo mira, lo mide, lo aprehende y lo resignifica pero, eso si, logra esa mixtura milagrosa de mantener la esencia del clásico chejoviano pero dotándola de su propia impronta.
En este caso, Masha, Olga e Irina se encuentran en la habitación de una casa alejada de su Moscú querida, donde van desnudando sus conflictos personales y las relaciones que las atraviesan como mujeres. Será ese universo donde Chejov posó su pluma y al que Savignone trae a una actualidad indeterminada pero con fuertes raíces en un contexto como el actual.
El deber ser, la hipocresía, los deseos no satisfechos forman parte de esa relación tan difícil entre hermanas donde el “se aman, se pelean, se vuelven a amar” de Memphis la Blusera es moneda corriente, en tanto el lazo de sangre sigue siendo poderoso. No obstante, el punto fuerte se ubica el mundo de apariencias y el complejo de “conciencia limpia”. Allí, donde las culpas son de los otros y nunca propias al tiempo que trazan una línea directa con el ser humano en su esencia.
La sensibilidad y la tensión de los diálogos se linkea de manera directa y absolutamente personal con cada uno de los espectadores y su propia vivencia pero sin caer en el golpe bajo.
Como no podía ser de otra manera, la música tiene su presencia aunque de manera más sutil que en las anteriores creaciones de Savignone, donde ocupaba un rol fundamental. El propio Savignone se corre del centro de la escena de la actuación al quedarse en el rol de director, función que desarrolla con precisión.
El elenco conformado por Mercedes Carbonella, Merceditas Elordi y Marta Rial da cuenta de la solvencia de este trío de actrices, que captaron al instante la dinámica que le quería imprimir Savignone a esta mini versión del clásico chejoviano.
Atrapante desde el comienzo, “Mis tres hermanas” es la personal visión de Marcelo Savignone que continúa investigando en la obra del gran Anton Chejov