No inventes lo que no quieras que exista (Teatro)

Poesía pura
 
Con Florencia Carreras y Anabel Dosplaff. Músico y música original: Marcos Press. Escenografía: Victoria Saravi. Iluminación: Gastón Zurzupi.Video: Juan Flores. Fotografía: Alvaro Alonso y Luchia Puig. Diseño gráfico: Facundo Gingarelli. Asistencia general: Marcos San Millan. Producción: Florencia Carreras. Dirección: Agustín León Pruzzo.

Estudios Caracol, Cúpula Del Edificio Bencich. Av. Roque Saenz Peña 615.  Lunes y viernes, 21 hs.




Bienvenid@s a lo que sería una experiencia teatral en el más puro sentido de la palabra. Porque la propuesta de “No inventes lo que no quieras que exista” va más allá de una obra en si. Es un viaje que combina teatro y poesía al tiempo que su hilo conductor serán cinco cuentos de Silvina Ocampo.

Desde el mismo momento en que se arriba a la cúpula del edifico Bencich, será una extraña dama la que guíe a los visitantes a una travesía por demás atrapante. El espacio del Estudio Caracol fue intervenido para crear un lugar de ensueño, donde se desarrollarán los acontecimientos. Anabel Dosplaff se convierte en el alter ego de la gran escritora para guiar a los comensales en esa gira mágica y misteriosa a su propio mundo literario.

Los cuentos se suceden en cada una de las habitaciones. Una mujer que convive con ratas, la amante de un médico o una esposa que pide redención por su deseo de matar a su esposo, son algunos de los relatos de Silvina Ocampo que se hacen carne en una encantadora Florencia Carreras (¿no tiene un aire a Anne Hathaway?) en los diversos personajes que debe encarnar. Serán las mutaciones de Carreras en esos personajes tan queribles como oscuros los que llevarán adelante las palabras de Ocampo para ponerlos en tiempo y espacio. 

Realidad y ficción jugaran una partida de ajedrez, cuyas piezas serán esos textos que dirán que bando debería ser considerado como favorecido en esta disputa. Pero, ¿acaso importa si fue real lo acontecido? ¿Es necesario saber ese detalle? El humor negro se combina con la sutileza en cuentos sublimes en los que el universo femenino es configurado de una manera por demás sorpresiva en su expresión. El espectador es tomado por asalto no solo por los textos sino por la actuación del tándem Carrera-Dosplaff que mantiene un ritmo constante y sostenido pero no vertiginoso. Será fundamental la función de Agustín León Pruzzo, director de la puesta, para poner las piezas del rompecabezas en su lugar y, sobre todo, en el tiempo exacto. Párrafo aparte para Eugenio Chuke Estela que pinta melodías con su violín con precisión quirúrgica y muy buen gusto.
El desamor y la muerte (no exenta de cierta burlona comicidad) atraviesan los cuerpos con emociones y silencios que serán resignificados a cada instante, de una manera tan personal como almas presentes se encuentren en el recinto. Con una capacidad limitada a treinta personas, el espectáculo se asegura un clima de intimidad exacto, donde cada palabra llega a destino.

Para finalizar, no nos olvidamos de destacar la excelente elección del espacio y su correspondiente intervención. Más allá de la misma, es subyugante el diálogo entre la puesta en si con el espacio, sin olvidar que el contexto está dado por un edificio de hermosa arquitectura. Es imposible no quedarse un rato más, después de finalizada la puesta, en una terraza, contemplando la belleza del paisaje de los edificios céntricos en la noche porteña, en plena diagonal norte.

“No inventes lo que no quieras que exista” trae la magia de Silvina Ocampo al corazón de Buenos Aires, con sabiduría y calidez, en una experiencia teatral que debería atravesarse más de una vez para dejarse empapar por la beldad de unos textos sublimes, encarnados por la excelente Florencia Carrera.

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