Pantalla de mundo nuevo
De Marco Antonio De La Parra. Con Juan Lepore, Milena Moraes y Amalia Kassai, Fotografía: Otten Severonoe. Asistencia general: Mercedes Kreser. Dirección: André Carreira.
Celcit. Moreno 431. Viernes, 20 hs.
El tiempo pasa para todos y nos ubica en distintos lugares y tiempos. Tal es el caso de Ulises. El otrora héroe griego se ha convertido en un joven apuesto, de trabajo estable acorde a su portentosa presencia. Ejecutivo de una empresa internacional, su vida es una preocupación constante en la que todo gira alrededor suyo. Como no podía ser de otra manera, sus viajes serán en avión que lo llevará a distintos confines a iluminar con su sabiduría y prestancia. Las batallas ahora son reuniones de trabajo y la verba, junto con el conocimiento y el carisma, son las armas de un guerrero exitoso en el mundo de los negocios.
No obstante, este Odiseo tiene varias similitudes con un Narciso atravesado por las particularidades del siglo XXI. Su compromiso afectivo con el otro es casi nulo. La prioridad es uno y el resto del mundo, girando como satélites alrededor de su magnificencia. Esto incluye a Elisa, su pareja actual y Laura, su ex esposa con su hijo.
La puesta se desarrolla en tiempo real, en tres espacios simultáneos, en tres ciudades diferentes como Florianópolis, Bremen y Buenos Aires. El que la comunicación sea por una PC, planta bandera en nuestros días y en esa dicotómica facilidad/dificultad para establecer relaciones. La molestia (o no), de la utilización de la PC trascenderá la propia puesta para ubicarse en nuestra vida cotidiana e inquirirnos al respecto. El espectador, como voyeur, será apelado de manera directa por la identificación en tanto la relación casi adictiva con la computadora. ¡Ni hablar si se corta internet!. El palpitar por aquello que se siente, mediado por una pantalla, da cuenta de un cambio profundo en las relaciones humanas de las cuales, no somos ajenos. Ese sonido tan familiar -como invasivo- que es el del Skype sonando, o la recepción de un mensaje de texto o un twitter.
La escenografía es sutil y da cuenta de un ambiente tan actual como frío, donde se aprecia un buen gusto en lo que sería la imagen pero puertas adentros, no todo lo que es oro brilla. Los diálogos son parte de un texto inteligente en el que cada situación está atravesada por el vértigo de la vida moderna.
Juan Lepore realiza un buen trabajo en la concepción del personaje de Ulises. La culpa y el deber ser juegan una partida de ajedrez dentro de él para ver quién se queda con su alma. La tensión interna es palpable en un ser atormentado donde, pareciera que es un tren el cual no tiene freno y las vías son solamente en línea recta. En cambio, el dibujo de los dos personajes femeninos tiene un plus importante. Su concepto es excelente y plantea todo un universo de posibilidades. Inclusive, podría decirse que son los personajes con mayor contenido de la obra. Milena Moraes es Elisa Brum, ubicada en Florianopolis. Es una cantante de armas tomar que lo acorrala a Ulises frente a cuestiones tan reales como precisas. Figura antagónica en tanto su propia personalidad, la propia personalidad la lleva a repreguntarse respecto a las bondades de una pareja que, puertas afuera, sería el sueño de más de una mujer. En cambio, desde Bremen, Amalia Kassai le da vida a una visión desde otro lado, como una madre que pide por migajas de amor no tanto para ella, sino para su hijo el cual, para el propio Ulises termina constituyéndose en aquél que desea/quiere pero no puede (o no sabe) como relacionarse. Una situación extremadamente común en estos tiempos de Divina TV/PC Führer, como dirían los Redonditos de Ricota.
“Odiseo.com” plantea interrogantes de una vida por demás fría y vacía en el marco de un futuro que llegó hace rato. Igualmente, no critica ni editorializa; describe con una actitud tan precisa con respecto a su propia conducta que es extensible a la sociedad.