Miserias familiares
Dramaturgia y dirección: Roberto Ibáñez. Con Sofia Gil, Carlos La Rosa, Eduardo Lamoglia, Nonnel Nhoj, Juan Carlos Ricci y Andrea Vázquez. Vestuario: Alicia Gumá. Iluminación: Roberto Ibáñez. Diseño de espacio: Victor De Pilla. Sonido: Xristian Grilli. Operación de luces: Sebastián Crasso. Fotografía: Pedro Flores Maldonado. Diseño gráfico: Pedro Flores Maldonado. Asistencia de escenografía: Matias Ledesma. Asistencia de dirección: Claudia Rodríguez Eguiguren
Teatro El Tinglado. Mario Bravo 948. Miércoles, 20.30 hs.
El padre murió. Partió y dejó (literalmente) a sus tres hijos y sus respectivas parejas, una casa que será una fuente de conflicto. Como era de esperar, cada uno de los hermanos tendrá sus propias particularidades en la conformación de sus respectivas identidades. Uno será más “vivo”, el otro más “quedado” y el que sabe lo que hay que hacer cuando amerita la ocasión. No obstante, cada uno de ellos contará con sus propias contradicciones y fantasmas personales con los cuales deberán hacer frente.
La puesta cuenta con un texto lineal y previsible en tanto se aprecia hacia dónde va la obra, con personajes que, lamentablemente, no cuentan con el vuelo esperado. La relación de los hermanos es el nudo de una puesta que se queda prometiendo algo que no concreta. Los diálogos se quedan en el golpe de efecto de alguna frase ingeniosa o una salida irónica pero sin brindar mayor fortaleza al respecto. El elenco lleva adelante un texto el cual, se aprecia, han trabajado con ahínco pero que no termina de brindar los matices necesarios para conformar una historia atrapante. La escenografía es correcta y sirve para enmarcar las acciones.
“Tres hermanos” no termina de concretar las promesas que esboza en el comienzo de la puesta y que se va desdibujando con el transcurrir de la misma.