Una road theatre impactante
“Rodando” se presenta como un “unipersonal fílmico”. Más de uno se preguntará a que ser referirá esta categorización. Escenario a oscuras. Solo se ve el humo de un cigarrillo en el fondo de la sala. Y una voz masculina que comienza a hablar. Un hombre sentado en su silla de ruedas cuenta una historia como si fuese una película. Brinda los detalles de cómo sería la eventual filmación. Si plano medio, plano americano o primer plano. Todo un “storyboard” parlante al servicio de la obra. Mucho ritmo y versatilidad para un relato continuo en el que la velocidad es la exacta para vivir lo que se escucha. Inclusive, permite cerrar los ojos y experimentar el protagonismo de la narración.
Diversos personajes tomarán parte del film enriqueciéndolo de una manera sutil y con notable buen gusto. Apelará a cliches que no están de más sino que son parte sustancial de toda la puesta. Con una sublime iluminación creadora de climas y escenografías, permitirá la separación en “escenas”. Germán Rodríguez desarrolla una actuación de primerísmo nivel desde una silla de ruedas, la cual no limita sus movimientos. Por el contrario, lo dota de una contundencia visual que atrapa al tiempo que utiliza todo el escenario para desplazarse con absoluta comodidad.