
Los aniversarios suelen ser un motivo de festejo. Tal es el caso de la 25° edición del Festival de Cine Alemán. Con una programación más que rica y plural, de reconocida calidad, se llevará a cabo este encuentro cinéfilo el 18 al 24 de septiembre en Cinépolis Recoleta. La presentación del evento tuvo su conferencia de prensa respectiva junto con la proyección de “Riefensthal”, documental basado en la controvertida cineasta, de fuerte vínculo con Adolf Hitler y el régimen nazi.
La conferencia de prensa contó con la presencia de Gustav Wilhelmi (director del Festival), Simone Baumann (directora del German Films, empresa de promoción cinematográfica alemana), Alfredo Castro Ortigoza (editor de “Riefensthal”), Yael Tujsnaider (Instituto Goethe) y Tim Kuhn (director de fotografía de la “película sorpresa” del festival…que no vamos a revelar. Solo diremos que es una gema).
Wilhelmi señalizó que «el festival tiene un marcado sesgo que da cuenta de la diversidad del cine alemán. Esto, va más allá del contenido, sino también con la producción. Inclusive, se puede apreciar que casi la mitad de las películas que se están exhibiendo son hechas por mujeres. Además, muchas de las películas son hechas por directores o productores que no son de origen alemán. Tal es así que tenemos una película que está firmada en Turquía por un director turco y hablada en turco, pero es una producción alemana».
Simone Baumann destacó que el cine alemán cuenta con “una gran variedad de directores y productores. Hemos tenido tres nominaciones al Óscar. Por un lado, “Sin novedad en el frente”, “La sala de profesores” y “La semilla del fruto sagrado”. Este año tenemos una película que va a estar nominada al Oscar que no vamos a poder verla aquí que era la película de Mascha Schilinski que, en inglés es “The Sound of Falling”. Todavía no hay un título para el castellano para esta película, pero es otro ejemplo del nuevo cine alemán”. En relación con “Riefensthal”, recordó que “se estrenó en 2024 en el Festival de Venecia, donde obtuvo muchos premios. También se va a postular a los Oscar como ‘documental’ próximamente”
Finalmente, Baumann hizo hincapié en la programación del Festival que, según su óptica, “es muy buena”. “Realmente, les recomiendo a todos que vengan. Es muy diverso y hay para todo tipo de público. Para los niños, está “Espejos n°3”, lo nuevo de Christian Petzold, entre tantos films por demás destacables”.

En representación del Göethe Institute, Yael Tujsnaider dio cuenta de la alegría de la institución por “estar acompañando al Festival de Cine alemán y a German Films”. Recordó que “el Göethe Institute fue este participe y colaboró con German Films con el festival desde la primera edición”.
Tujsnaider informó que, en relación con las funciones de cine mudo y música en vivo -un clásico del festival-, “esta edición número 25 era un buen motivo para volver a esa tradición. Para celebrarlo, elegimos “Los Buddenbrooks”, la versión de la novela de Thomas Mann, que lleva el mismo nombre. La Deutsche Kinemathek hizo una restauración de esta película de Gerhard Lamprecht de 1923. El motivo de la elección es porque este año se celebran el 150 aniversario del nacimiento de Thomas Mann”. Agregó que “es una versión restaurada y masterizada y la vamos a estar escuchando musicalizada por el dúo Lerner-Moguilevsky”. Como detalle de color, señaló que “el puerto donde queda varado ese container de semillas del que habla ‘Buddenbrook’, que no sale a Alemania, en la película es el puerto de Buenos Aires”.
La programación completa del festival aquí: https://cinealeman.com.ar/programa-2025/
Después, fue el turno de Alfredo Castro Ortigoza que respondió varias inquietudes respecto a ese gran documental llamado “Riefensthal”.
– ¿Cómo llegan a relacionarse con estos archivos tan relevantes para la historia universal?
Alfredo Castro Ortigoza: Justamente, es el punto de partida de esta película. Por un lado, está la motivación, el interés que tuvo la productora Sandra Maischberger, una periodista muy reconocida en Alemania que tuvo la oportunidad de entrevistar a Leni Riefensthald, por motivo de su 100 aniversario. Siempre se quedó con la sensación de que no había podido realmente penetrar su coraza ya que estaba repitiendo una y otra vez las cosas que había dicho después de la guerra, así como perfeccionando como su defensa. Después de esa entrevista, mantuvo contacto con el productor de la misma. Cuando Riefensthal falleció, ella había dictaminado que su archivo personal se fuera a la fundación de patrimonio cultural prusiano. Quería que sus cosas terminaran en Berlín, pero esto se hizo hasta que su pareja, que era 40 años menor que ella, Horst Kettner murió en 2017. Se tuvo que vaciar la casa y los archivos encontrados se enviaron a esta fundación.
Sandra Maischberger fue la que tuvo el primer equipo trabajando en coordinación con otras instituciones. El archivo, como ya vieron, es vasto en formatos. Se trabajó, principalmente con la cinemateca para todas las cuestiones de imagen en movimiento, con la fototeca para todas las fotografías fijas y con el Staatsbibliothek para los documentos. Cada uno de los investigadores trabajó con el equipo inicial que Sandra Machberg juntó.
A partir de ahí, se decidió llamar a Andrés Veiel, el director y a nosotros, que somos su equipo de editores. Hay que decir que es una película hecha por un equipo grande. Somos tres editores con dos asistentes. Tuvimos la fortuna de tener el primer acceso a este archivo con todo el apoyo de estas instituciones. El desarrollo del proyecto fue a través de varios años. Incluso tuvimos un periodo de prueba de tres meses en 2021 para ver cómo se podía hacer una narración y cuáles eran los temas que interesaban resaltar.
En ese momento no teníamos tanta presión en los posicionamientos, si iba a ser muy afirmativo o muy crítico. Nos dieron la libertad, como creativos, de trabajar con este archivo y buscar un lenguaje fílmico que, a través de los años, se fue perfeccionando. La edición, comenzó en 2022 hasta 2024.
Creo que es un proyecto que tuvo que madurar. Nuestra ancla era, por un lado, los posicionamientos que queríamos trabajar sobre la ideología y la estética en la obra de Riefensthal, pero también en su propia figura y lo que representa para los tiempos actuales. Creo que los paralelismos están muy claros.
Eso por un lado y por otro lado siempre buscar esa exclusividad que teníamos nosotros del archivo. De Riefensthal se sabe mucho. Hubo muchas películas, documentos, literatura, pero sí queríamos revisitar estos archivos que encontramos qué era lo especial, qué era lo nuevo. Esto fue un privilegio, aunque no es tan fácil. Primero que alguien haya juntado un archivo por tantos años en tantos formatos. Suelo decir que son 100 años de historia alemana, pero también lo son de formatos. Va desde lo analógico hasta lo digital con las películas de 6 mm. Inclusive, Riefensthal estuvo editando en AVID, que es donde nosotros trabajamos. Son 100 años de transformación en los formatos.

– El público suele aplaudir una película cuando finaliza. Eso no ocurrió hoy. ¿Qué es lo que no se aplaudió? ¿El tema, la postura de la protagonista o esa ambigüedad que queda entre si decía la verdad o no?
ACO: Creo que la respuesta no la podemos dar nosotros sino ustedes mismos, que son los espectadores.
– ¿Cómo reaccionó el público en otros lugares?
ACO: Es algo que ha sido muy interesante. Mi experiencia -que he tenido oportunidad de presentarla fuera de Alemania-, es que estoy sorprendido. Es muy importante, para mí, escuchar las preguntas y reacciones del público en cada país. Es una película que tiene los planteamientos claros aunque dependerá también del background, del conocimiento que se tenga ya del personaje, así como de su propio contexto o la edad. Se fijarán en detalles y aspectos muy diferentes, pero sin perder lo que nosotros consideramos como esa esencia de nuestro posicionamiento con Riefensthal. Es algo común que ha sucedido que es una especie de sentimiento encontrado. Ciertos aspectos que podrían parecer admirables como, por ejemplo, la cuestión de la realización o ciertas técnicas que desarrolló, pero que la gente busca en sí misma, esa conexión con la película y se pone el papel de cómo hubiera reaccionado en ciertas circunstancias. El común denominador es primero, una necesidad de debatirla. La gente no se queda solamente en una parte reflexiva, sino que necesita hablarla y expresarse. Espero que esto también suceda acá. La pregunta que hiciste es para el público. Para mí, es una muy buena señal que no haya aplaudido.
– Quería preguntar tres cosas. De tan vasto archivo, ¿cómo fue la selección de qué incluir y qué no en la película? Después, ¿cómo tomaron la decisión de no tomar partido en el film ya que muestran tanto su posición política durante el nazismo y exponen lo que ella dice. Finalmente, ¿cuánto creen que influye el separar la obra de la persona en tanto como artista es indiscutible y como persona estuvo atravesada por el nazismo?
ACO: Son tres puntos. El primero, tiene que ver con encontrar un punto intermedio con lo que era importante decir, se conociera o no a Riefensthal. Por otro lado, está la exclusividad de material inéditos que siempre era como una guía rectora de qué cosas podíamos resaltar. Desde luego, explicaran hasta qué me dida estaba involucrada o adoptaba la ideología del nacionalsocialismo. Este fue un criterio muy claro.
Con respecto al posicionamiento, no estoy tan de acuerdo en que no lo hemos tomado. Teníamos claro que no queríamos que esto fuera un tribunal o una crítica. Deseábamos ver toda la complejidad de estos temas. Que el espectador fuera con nosotros deconstruyendo a este personaje y reconstruyendo un nuevo entramado, que es una resignificación desde nuestros contextos actuales.
Muchas veces no se dicen las cosas como un argumento o una afirmación explícita, pero utilizamos el lenguaje cinematográfico de la edición para crear sentido con la yuxtaposición de imágenes, con el ensayo visual de los gestos. Así, nos posicionábamos sin hacerlo tan explícito. Utilizamos la misma herramienta que utilizó para la propaganda nazi con la edición. Ella sabía perfectamente qué efecto tenían las coreografías en masa con el líder mesiánico, poniéndolo con los niños super contentos de verlo. Era completamente consciente de eso porque era una gran editora. Ahora, nosotros usamos la misma herramienta de la edición para que ella misma, con sus materiales, se contradijera.
La tercera pregunta era la separación de la artista de la persona. Con lo que has dicho, hay una afirmación respecto a lo que me refiero. Cada quien ve ciertos aspectos. Alguien podrá decir cómo es posible que una mujer en un mundo de hombres –en que los nazis creían que la mujer tenía que estar en casa procreando los soldados que iban a morir por la patria-, ¿cómo es posible que se abriera paso y tuviera esa voluntad de lograr lo que logró? Pero bueno, eso es un aspecto, nada más.
– ¿La película volvió a abrir -si es que alguna vez se cerró- el debate sobre la culpa colectiva frente al nazismo? Además, como se puede vincular con el contexto actual, redes sociales de por medio y una juventud que se acerca a la extrema derecha.
ACO. Es muy claro que Riefensthal es un prototipo no solamente de estos mecanismos de propaganda del nacionalsocialismo, sino lo es también de su propia figura excusándose, sin aceptar su responsabilidad o su vinculación. Está muy claro que fue una precursora de los fake news. Es una influencia y son justamente los riesgos a los que todos nos enfrentamos, principalmente las nuevas generaciones que, muchas veces, no tienen herramientas críticas para poder ellos mismos valorar qué es lo que están viendo en el social media. Es un tema muy actual en el que el siguiente paso está ahí, que es la inteligencia artificial, que está afectando todo. A la cinematografía, las imágenes que sabemos que tienen un poder inmenso. Más aún con un discurso detrás, para manipular o aportar una ideología. Estas son las cosas que la hacen tan presente a Riefensthal y a lo que representa.
– ¿Cómo lograron una equidistancia con un personaje tan controversial?
ACO: Habría que decir, también respondiendo a la pregunta anterior que, en el caso de un personaje como Riefensthal -en una circunstancia tan fuerte para la humanidad, donde hubo tantas atrocidades y muertes, humillaciones-, no se puede descontextualizar la obra y el personaje que la está haciendo. O sea, no es que estuviera haciendo pinturas abstractas y dijera “No me importa la política”. No. Primero, estaba muy vinculada con la cúpula del poder. Compartía la ideología nazi como fuimos descubriendo cada vez que nos metíamos a revisar las llamadas telefónicas, sus cartas, cómo se expresaba y las afirmaciones que tenía con sus seguidores de que el pueblo alemán va a tener, en algún momento, “su reivindicación”. Una afirmación peligrosísima. Había ahí una línea muy clara de que, en este caso, teníamos esta premisa que fue adquiriendo en la forma de presentarse en una película. Se tiene que tomar como una advertencia para los tiempos actuales.

– ¿Había una posición unánime o muy firme sobre Riefenstahl en la previa de la película? ¿Se cambió o se reafirmó esa posición?
ACO: No es tanto que se reafirmara –que se reafirmó-, sino que, con todos los hallazgos que se tuvieron con el acceso a este archivo, la complejidad y el nivel de involucramiento que tenía, iba más allá de la afirmación de compartir la ideología nazi. La cuestión es, a qué nivel. No solamente con los riesgos de esto, sino cómo logró mantener una defensa de decenas de años, ganar tantos juicios, recuperar prácticamente sus bienes y volver a ser celebrada en Japón y en Estados Unidos. Todo esto, con el apoyo de una parte de la sociedad. Ella también es un símbolo en que se vio proyectada una generación que estaba harta de que la culparan de tantas cosas.
Nos llevamos varias sorpresas, incluso yo, que soy mexicano y el único miembro del equipo que tenía un poco más de neutralidad al momento de trabajar con las imágenes. Es un reto siempre hacer una película que querés que sea interesante y estética. Que sea un producto de arte cinematográfico con un personaje que puede generar mucha antipatía, con temas muy delicados. En Alemania principalmente te arriesgas mucho al respecto.
Siento que fue un proyecto muy valiente porque estaban las preocupaciones de muchos de reivindicar a una figura. Y no. Lo que quisimos hacer fue, por un lado, ver hasta qué nivel llegaba y comprender mucho eso. No para disculpar sino para aprender de eso. Sobre todo, ver la relevancia, la actualidad de eso que pasó y cómo se está repitiendo, de alguna manera, lo cual puede ser catastrófico., si no se toman decisiones a tiempo.
– ¿Qué fue de los últimos años de esta mujer? ¿Murió mal, bien, dejó algún legado? ¿Qué e habló en Alemania después que murió?
ACO: Su figura en Alemania es la de un personaje que se mantuvo controversial hasta sus últimos días. Es una parte que no quisimos incluir en la película ya que se la trabajó como bloque. Se tomó la decisión de quitar los últimos 30 años de vida. Solamente pusimos la entrevista en que todavía sigue viendo si la luz está adecuada en su mundo de directora…
Ese era el contexto. Ella, a esa edad, se preocupaba por otras cosas y con su versión, el mito de su propia vida del que nunca se movió de ahí. Nos dimos cuenta con Andrés, el director, que ya no tenía -como se dice en dramaturgia de cine- de un “tercer acto”. Se quedó con su defensa y no pasó de ahí. Hay muchos aspectos de su vida que también son interesantes que están señalados aquí. Uno que se abordó muy bien fue su trabajo en Sudán con la tribu de los Nuba y sus series fotográficas. Pero también estuvo de regresó a los medios, no tanto en Alemania, pero si internacionalmente. Sus libros se vendieron muy bien y tuvo su época de fotografía submarina. De hecho, trabajó hasta sus últimos años.
Tenemos videos privados en VHS en que ella agarró esta cosa de influencer, de estarse filmando todo el tiempo. Ella seguía y se la veía, después de alguna operación, haciendo ejercicio. Quería ser un ejemplo para la juventud de cómo, con voluntad se puede ser muy firme en estas cuestiones. Todavía filmaba a sus 100 años y volvió a ir a Sudán. Uno podría decir, «Wow, ¡qué historias!» pero fue una decisión muy consciente de no mostrar esto. Por un lado, obviamente, reafirma mucho al personaje -en ciertos aspectos- que no era lo que nos interesaba la película. Esa fortaleza vital de su vejez. Por otro lado, surge una empatía natural. Cuando alguien ya está en los últimos años de su vida, no lo podes criticar mucho y lo tratas con más respeto, Entonces no queríamos caer en su juego. Es una actriz. Toda la vida lo fue y así como una manipuladora, en ese sentido. Dejamos unas partes, pero nada más.
+25° Festival de Cine Alemán Info, programación y horarios: https://cinealeman.com.ar/programa-2025/