Verónica Walfisch: «Mi música es intimista y aireada».

Cantautora que, en su infancia y adolescencia fue actriz, presenta “Lo que corre delante de mí”, su primer disco. Dueña de una voz particular y cautivante, Verónica Walfisch edita una serie de canciones nacidas de su encuentro con el piano, donde desarrolla texturas, intensidades e imágenes. El álbum cuenta con la producción de Guillermo Pesoa y la participación de Federico Ghazarossian (Acorazado Potemkin, Don Cornelio y la Zona), pero nada mejor que la propia Verónica cuente todo, en la siguiente entrevista.

-Verónica, ¿cómo surge “Lo que corre delante de mí”? ¿Cómo fue el proceso de composición y grabación?

– “Lo que corre delante de mí” surgió en pandemia. De pronto todo se detuvo y se abrió un espacio extraño para conectar con cuestiones postergadas. Tenía ganas de hacer un disco desde hacía un tiempo y le propuse a Guillermo Pesoa que empezáramos a pensar juntos. Algunas canciones ya habían sido compuestas, otras las compuse en este camino. Pasamos varias etapas como decidir cómo grabar, qué sonoridades, qué instrumentos, etc. Fue un proceso muy intenso y de gran aprendizaje. La aparición de Federico Ghazarossian, con su contrabajo, puso el disco en marcha. Finalmente, grabar el piano, el contrabajo y la voz como si tocáramos en vivo, fue una muy buena decisión. Después sumamos el acordeón y el violín. ¡Fue hermoso grabar con Gustavo Semmartin en el estudio Aural, y con un piano tan lindo!

– El título del disco es muy interesante por su multiacentualidad, digo por las diversas formas que se puede interpretar. ¿A qué se debe la elección de esta frase?

-Me costó elegir un título. En realidad, es una frase de “Ciruelas”, uno de los temas del álbum. Creo que sintetiza bastante bien el “espíritu” del disco y me gusta que pueda ser acentuado a gusto del que escucha.

– ¿Costó más la elección de los temas o los arreglos que llevaron a cabo? ¿Con qué tema se trabajó más los arreglos?

-Lo que más costó, o lo que más nos importaba lograr, fue respetar la intención de origen de cada canción. Mi música es intimista, aireada, y requería arreglos que subrayaran eso. La producción de Pesoa es hermosa y, tanto los arreglos de contrabajo de Federico Ghazarossian como los otros que fueron realizados, cumplen con creces ese objetivo.

– ¿Trabajaste de alguna manera especial tu voz para la grabación de las canciones?

– No sé si “especial”, pero trabajé bastante la interpretación de mis propias canciones. La voz es mi instrumento, EL instrumento, y le presté mucha atención.

– ¿Siempre tuviste en mente el ambiente intimista y minimalista para el disco? Eventualmente, ¿lo pensaste “en banda”?

-Mis recitales son intimistas, igual que mis canciones. No era posible concebirlo de otro modo. Costó bastante “acomodar” las canciones para que se sostuvieran flotando sin deshacerse. Pensé en un contrabajo, en un violín y en un acordeón casi desde un primer momento. Todo esto acentúa las canciones de un modo precioso. Y Pesoa se lució, como siempre, en la producción.

– ¿Cómo se dio el contacto con Federico Ghazarossian?

– Admiro a Federico desde Don Cornelio. A Pesoa se le ocurrió preguntarle si conocía un contrabajista que pudiera interesarse en mi música para sumarse al disco y, ¡Oh sorpresa! El resto ya es historia. Felicidad y gratitud total.

– ¿Se va a grabar esta presentación en Hasta Trilce?

-Se va a filmar…o eso intentaremos. (risas)

Recuerdos de la tele

– Barbra Streisand se definía como “la actriz que canta”. ¿Para vos sería algo similar?

-Me parece que no. Canto desde muy pequeña y siempre quise ser actriz. A eso jugaba. Para mí, son caminos que se han ido tejiendo juntos y separados. Un poco separados hacia afuera y bastante juntos en mi devenir personal.

– ¿Hubo algún momento determinado en que la cantante empezó a posicionarse por encima de la actriz?

-Hummm…lo que si hubo fue un instante en que la cantante, ahora cantautora, pudo hacer pie en el escenario y empezar a crecer. La actriz ha estado en el camino de manera persistente, con subidas y bajadas, pero siempre ahí.

-Hiciste tele en una época con fuerte predominio. Ahora, ¿cómo viste su desarrollo a lo largo del tiempo y la influencia de las plataformas?

-Trabajé en tele más o menos una década, ¡Lo disfruté muchísimo! Después me fui alejando y se me volvió más esmerilada. Hace muchos años que no tengo tele en casa y le he perdido un poco el rastro. Las plataformas se multiplican minuto a minuto y han cambiado las reglas de juego. Supongo que, su influencia en los contenidos y en los formatos es inevitable. Todo se mueve constantemente, en lo que nos gusta y en lo que no. Eso, para mí, ya es algo más lejano.

– ¿Qué opinión te merece la irrupción de “famosos/as” que devienen en actores o actrices sin tener estudios, más que “ser conocidos” por concursos o inclusive redes sociales?

-Sinceramente no se me ocurre opinar sobre estas cuestiones.

El artista y su coyuntura

– Al día de hoy, ¿interesan las letras en la música?

-A mí me interesan las palabras y el lenguaje. Son herramientas maravillosas. Supongo que también depende de qué música estés creando o escuchando, y en qué contexto.

– ¿Las redes sociales e internet han favorecido a la difusión de la música? ¿O la oferta es tan grande que abruma?

-Hay un poco de las dos cosas. Generalmente siento que, es tanto al mismo tiempo, que abruma.

– ¿Cómo concebís esa delgada línea que separa la “autenticidad” de un artista de seguir haciendo la misma canción a lo largo de los años?

– ¿Qué sería la “autenticidad” de un artista? ¿Cuál sería esa línea? Son preguntas difíciles de responder. Me da la impresión que los artistas con muchos años de trayectoria van haciendo acopio de canciones icónicas en su hoja de ruta y al mismo tiempo van creando nuevas obras, creciendo. O eso sería lo deseable. Es muy hermoso cuando escuchas discos viejos de artistas que te gustan y descubrís algo del germen de lo que vino después. En mi caso voy por el primer disco, ¡En unos años te cuento! (risas). 

– ¿Crees que un artista puede conectar con el público sin abordar problemas sociales como el racismo o la desigualdad, por miedo a politizar el arte?

-Es difícil suponer, o dar por sobreentendido, lo que le sucede a otros artistas con esos temas. El modo de ejercer tu trabajo también habla de lo que pensás y de quién sos. Hay artistas que necesitan explicitar opiniones y otros no. Cada uno traza su camino a su manera. 

– ¿Cómo vivís esta coyuntura crítica a las posiciones de los artistas ante hechos determinados del gobierno nacional?

-Cada artista tiene derecho a expresar lo que considere pertinente cuando lo considere pertinente.

Una Verónica personal

– Te dan un formulario y te preguntan profesión, ¿qué respondés?

-A veces pongo “actriz”, otras, “cantante” o “profesora de canto”, según como sea el formulario (risas) Quizá debería poner “artista” pero me hace sentir un poco pretenciosa.

– Si no eras música/actriz, ¿qué hubiera sido de tu vida?

– ¡Uh! Cuando era chica, entre otras cosas, me la pasaba mirando exhibiciones de gimnasia artística y patinaje artísticos. Quizás hubiera ido por ahí. Pero también quise estudiar astronomía y biología marina. ¡Vaya uno a saber…!

-Si por la puerta de tu casa apareciera la Verónica de los 18 años, ¿qué le dirías? ¿Algún consejo o recomendación?

– ¡Ay! ¡Tan chiquita! ¡Le sugeriría que largue la enteriza y se compre una bikini!

Jueves 27 de noviembre. Verónica Walfisch presenta “Lo que corre delante de mi”. A las 21 h, en Hasta Trilce. Maza 177. CABA.

Entradas en Alternativa Teatral o en la página de Hasta Trilce.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »
Scroll al inicio