Voz de mujer
La actriz y cantante es la que lleva adelante el relato de distintas situaciones por las cuales pasa la protagonista. Las mismas van desde el conocer mitómanos y delirantes varios a los complejos con la contextura física de la fémina en cuestión. Así, con canciones y textos van desde el humor hasta la ironía con escalas en el sarcasmo y también en toques de humor blanco, se va confeccionando una puesta amena y divertida que también deja espacio para la reflexión.
La puesta tiene un ritmo dinámico –para nada apresurado- y sostenido, que no decae en ningún momento gracias a la dirección que ubica todo en su debido lugar, junto con la mencionada riqueza del texto. Este cuenta con otra particular ventaja que es inclusivo y se ríe de si mismo sin que se caiga en la lástima o la autoindulgencia. La escenografía es austera y acorde para la puesta asi como un vestuario de muy buen gusto que es parte fundamental en la concepción de la narradora.
Dolores Ocampo da cuenta de su versatilidad tanto para la actuación como para el canto con un buen registro vocal y presencia escénica, dada su vasta experiencia sobre las tablas. La banda que la acompaña es sólida y participa del espectáculo con intervenciones acertadas en el texto