Como si fuera el fin del mundo (Teatro)

Buenas intenciones sobre tablas
Autor y dirección general: Loīc Lombard. Con Sergio Cardoso, Lucio Cerdá, Daniela Dominguez, Carlos T. Gamundi, Ignacio Gasparini, Loīc Lombard. Aldo Pérez y Rubén Quintero. Escenografía, utilería: Claudio Martini. Vestuario: Valentina Chamblat. Dirección de arte: Loīc Lombard. Diseño gráfico: Claudio Martini + Loīc Lombard. Producción general: Bonjour Francia. Asistencia de dirección: Marcela Sotelo. Asistencia general: Gabriela Lerz.

El Excéntrico de la 18. Lerma 420. Viernes, 22.30 hs
La influencia del movimiento feminista en la sociedad argentina es por demás importante y palpable. El teatro se hizo eco del mismo con diversas propuestas para concientizar y visibilizar la lucha contra el machismo. 
En el caso de “Como si fuera el fín del mundo” se toma esa idea de intercambio de roles entre mujeres y hombres siendo las primeras las que van a la guerra y los segundos, quedándose en la vida civil. Para tal fin, Loïc Lombard creó un taller de costura donde varios hombres, de diversas nacionalidades y orígenes, comparten su labor asi como sus vivencias cotidianas. Ese mundo de cuatro paredes, es completamente diferente de aquél en que se desarrolla una guerra a la que acuden las mujeres, para defender al país de una amenaza externa.
La puesta cuenta con diversos puntos tanto en el debe como en el haber imponiéndose este último por un buen margen aunque debemos mencionar a ambos.
El comienzo que se hace largo al utilizarse demasiados minutos en la presentación de los personajes y los hechos. Esto termina conspirando contra su propio desarrollo al quitarle tiempo y «oxigeno» tanto a la parte media como al final. En este punto, con varios minutos menos, ganaría una contundencia mayor.
Uno de los puntos a destacar es la inversión de roles. Si bien no es algo nuevo, ubicarlo en el marco de una guerra, con trabajadores de distintas etnias y creencias religiosas. Esto, en un punto, recuerda la precarización del trabajo y esclavitud que hay en los talleres clandestinos de Buenos Aires.
Las actuaciones son acordes a lo requerido por el texto, dotando a cada personaje de su propia identidad, destacándose el propio Lombard y la dupla antagónica de Sergio Cardoso y Lucio Cerdá. Quizás, Daniela Dominguez y su Constanza, la dueña del taller, podría tener una mayor influencia en el relato así como un trabajo más profundo en su personaje.
No obstante, es en la parte media cuando se produce el quiebre del statu quo. La historia entra en un desarrollo tan aceitado como atrapante. El devenir de los hechos entra en armonía y las piezas del rompecabezas se unen al instante para llegar a un final que deja bastante tela para cortar.
“Como si fuera el fin del mundo” es de esas puestas que cuentan buenas ideas e intenciones a desarrollar. Llevarlas a cabo es todo un desafío de prueba y error en el cual vale la pena, como espectador, sumergirse y apreciar.   

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