El “terror” es un género pero también puede utilizarse el término para adjetivar una película o un comportamiento.
En este caso, tomaremos la primera definición respeto al género para describir un film alemán y la referida a la conducta, para lo que (no) terminó siendo una película israelí, con un título por demás elocuente.
“Luz” (Alemania)
Diabólica oscuridad
Guión y dirección: Tilman Singer. Con Luana Velis, Jan Bluthardt, Julia Riedler, Nadja Stübiger, Johannes Benecke. Sonido: Henning Hein, Jonas Lux y Steffen Pfauth. Edición: Tilman Singer y Fabian Podeszwa. Dirección de arte: Dario Médez Acosta. Musica: Simon Waskow. Productor: Tilman Singer y Dario Méndez Acosta. Produccion ejecutiva: Mario von Grumbkow y Luisa Stricker. Compañia productora: Academy of Media Arts Cologne. Director de fotografía: Paul Faltz. Formato: DCP. Año: 2018. Pais: Alemania. Idiomas: Alemán / Español / Inglés. Color: Color. Minutos: 70
Las películas de terror suelen ser, como mínimo, “enigmáticas” –por ser benévolos en el calificativo- dentro del BAFICI. En este caso, con “Luz” puede tomarse de varias maneras. Busca retomar el género que tuvo un buen momento en los años 70 y 80 en relación con poseídos por alguna fuerza sobrenatural.
En este caso, Tilman Singer toma esta inspiración –y otras más- para su ópera prima que lleva por título el nombre de la protagonista del film. Ésta es una joven taxista chilena trabajando en Alemania que llega a una estación de policía absolutamente perdida. De alguna manera, ella repite un “Padre Nuestro” con variaciones en su texto asi como, en una sesión con un psicólogo, su amiga Nora da cuenta que compartió con Luz su estadía en un colegio católico, en Chile, donde algunos experimentos demoníacos, con asesinato incluido, puso fin al mismo. Lo que se le exigiría a otro film, aquí no es tomado tan en cuenta debido a la propuesta. Sé que todo esto parece complicado pero es lo menos que se puede decir sobre la película. Obviamente no vamos a spoilearla ni nada por el estilo pero es menester saber algo mínimo al respecto.
El clima es ominoso y minimalista, con fuerte influencia de los años 70. Esto incluye la luz acorde así como humo y ojos negros. La combinación entre la hipnosis, la posesión de los cuerpos y cierto toque “gore”, permite que se convierta en un buen entretenimiento. Obviamente que “Luz” no le va a cambiar la vida a nadie ni va a constituir un “antes y después” en el cine pero permite pasar el rato.
Jueves 19 de Abril. Village Caballito. Sala 7. A las 22.50 hs
“The Disappeared” (Israel)
Filmar para no ver
Guión y dirección: Gilad Baram y Adam Kaplan. Con Noa Aharoni, Lior Ashkenazi, Roy Assaf, Natali Atiya, Oded Bajayo, Lior Bouri, Alon Dahan, Dalia Gilboa, Dror Moreh, Yaniv Polishuk y Marek Rozenbaum. Producción: Nowhere Films Louisiana Productions. País: Israel-Alemania. Duración: 46 mins.
Una película que se filmó pero que nunca estrenó. ¿Es esto posible? Si, seguro. Pero ¿realizar un film sobre aquella filmada y archivada? Es más complicado. Más cuando hay que retomar los testimonios para reconstruirla. Allí es cuando el título de la película original “Hane’laam” (The Disappeared), se resignifica en si misma. Ella misma fue “la desaparecida”. Encargada en su momento, en 1999 por el propio ejército israelí al director Michael Yohay, iba a ser un filme de acción y drama con los actores más reconocidos del momento. Además, había una importante producción que apoyaba el proyecto. Pero, semanas antes de su estreno, se canceló todo. La película solicitada, que iba a relatar las vivencias de sus soldados durante la guerra, quedó en la nada.
Para llevar a cabo su proyecto, la dupla Baram-Kaplan apeló a la lectura de las dos últimas escenas de la película para abrir este documental experimental. Desde el primer momento, resulta perturbadora la forma en que encararon la filmación ya que todo giraba en torno a una película que no se puede ver. Entonces, ¿como mostramos lo que no vio la luz? A través de lo que si puede mostrarse que es la voz. Lo que parece un contrasentido no lo es porque el oír los parlamentos, diálogos e impresiones de los protagonistas sobre un fondo negro termina siendo una poderosa creación de sentido. Allí era donde residía la intensidad del efecto producido en la forma en que se creó el documental. Al mismo tiempo que se escuchan las voces, se aprecian las distintas particularidades que iban alimentando al film, hasta constituirse en una superproducción en la que se tocaban temas que iban en dirección opuesta a lo requerido por las autoridades patrocinantes de la película.
¿Cuál era el inconveniente del film? Tocaba un tema tabú dentro del ejército israelí que es la tasa de suicidios, en especial durante el primer año de instrucción. Para finales de los años 90 y principios del 2000, había un suicidio cada dos semanas, de acuerdo al relato de este inquietante documental. Si “The disappeared” iba a mostrar eso, con un héroe/protagonista, de nombre Zuri, ¿cuál podría ser el camino de éste, que lo reivindicaría como tal al tiempo que lo alejaría de sus penas? En “Brazil”, teníamos un hombre-alado que escapaba del sistema opresor de su sociedad, ¿qué haría Zuri?
Recordemos que el servicio militar en el Estado de Israel es de carácter obligatorio y tiene una duración de tres años para los hombres y dos para las mujeres. Al ser un país que recibe una importante cantidad de inmigrantes, el Ejército se constituye en el elemento unificador e identitario del Estado en relación con sus habitantes. Después, las políticas que implementa Israel a través del ejército será harina de otro costal, que incluye una cantidad de objetores de conciencia a lo dictado por las autoridades. Desde estas líneas, hemos manifestado nuestra total oposición a las políticas israelíes en su pésimo trato a los palestinos.
En la misma línea que otros directores israelíes, tales como Yoav Shamir, Avi Mograbi o Ari Folman en su mirada crítica a las políticas que lleva adelante su gobierno, la dupla conformada por Adam Kaplan y Gilad Baram revela la historia de esa producción misteriosa y fantasmal, con un documental elocuente, basado en los recuerdos de quienes participaron en “The disappeared”, la película original que, tal como están las cosas, no verá nunca la luz.
Jueves 19 de abril. Artemultiplex Belgrano – Sala 3. A las 15.40 hs