La complejidad de lo simple
Dramaturgia y dirección: Enrique Federman. Con Soledad Bautista, Néstor Caniglia, Lisandro Fiks, Eugenia Guerty y Germán Rodríguez. Vestuario: Analia Morales. Escenografía: Mariana Tirantte. Iluminación: Omar Sergio Possemato. Música original: Pablo Martin. Diseño gráfico: María Forni. Asistencia artística: Juliana Ascúa.
La Carpintería. Jean Jaures 858. Miércoles, 20.30 hs
Partir de una historia que se muestra como simple para después, abrirse como si fuera una flor. Varias capas a descubrir en un texto que descoloca. Un humor que apela a la sonrisa más que a la carcajada ya que la palabra requiere una deconstrucción más. Pero ojo, a no temer estimado lector. No es ese (intento de) humor intelectualoide que termina siendo más snob que otra cosa.
En este caso, Enrique Federman plantea una historia sencilla (no simple) en la que dos guardabosques alquilan su espacio a los turistas. De esta manera, dos mujeres y un inspector –o jerarquía similar-, se quedan en este refugio. Cada uno con sus propias historias y secretos. El transcurrir del tiempo hará que los vínculos se fortalezcan o deterioren pero tampoco esto resulta ser el meollo de la cuestión. Lo que interesa es la forma en que se lleva a cabo todo. Gestos, miradas, voces y silencios. Todo estructurado en pequeñas secuencias que permiten ordenar la puesta. Experimentar y desarrollar los gestos teatrales donde la sutileza es un valor fundamental. Las formas en que se desarrolla la interacción entre los actores y lo que provoca en los espectadores. Sorpresa, tensión, cambios de humor que se suceden mientras los personajes buscan su destino en algún juego de azar que les permita salir de su condición para abrirse a un mundo de riquezas y quimeras materiales.
En la larga trayectoria de Federman, este tipo de obras tienen su lugar, más aún en un cruce con el clown y otros géneros. Parodia e ironía se cruzan en una puesta deliciosa que, para aquél que ha seguido su carrera, podrá establecer relaciones con algunas joyas como “No me dejes asi”, de la cual participaron Eugenia Guerty y Néstor Caniglia, hoy en “Camuflaje”. Ellos, junto con el resto del elenco, dan cuenta de su oficio sobre el escenario, dotando de los matices exactos a cada uno de sus personajes.
La iluminación y el vestuario tienen su impronta en una puesta que cuenta con los intérpretes exactos para que todo llegue a buen puerto.
“Camuflaje” es de esas puestas intrigantes, que plantean diversos instantes de pura decodificación, en los que uno termina siendo cómplice y partícipe de un momento de teatro en estado puro.