La impunidad de los que tienen todo
Autor: Lautaro Vilo. Con Pablo Turchi, Norberto Portal y Patricio Schwartz. Vestuario: Pheonía Veloz. Iluminación: Omar Posemato. Música: Javier Estrín. Asistente: Ezequiel Segovia. Fotos: Russarabian. Diseño Gráfico: Matías Vega. Espacio escénico y dirección: Guillermo Ghio.
Teatro Dandelión. Córdoba 2429, Piso 1, Derecha. Viernes 21 hs; sábados, 21 y 23 hs.
Tres hombres se encuentran y hablan. Visten igual y se aprecia buen gusto en sus atuendos, con un mix de clasicismo y modernidad. Tienen mucho en común y bastante vida vivida. ¿Cuál es el motivo por el cual destacamos esto? Porque abordan un punto de vista de aquellos pocos privilegiados que solo acceden a determinados lugares. “Pertenecer tiene sus privilegios” decía sin ningún tipo de prurito la publicidad de una tarjeta de crédito.
A partir de un cigarrillo y todas las implicancias que tiene su degustación, con humo y nicotina incluidos, comienza a desarrollarse la historia de estos tres amigos hasta esos confines por demás oscuros, donde solo acceden unos pocos. (ver la diferencia entre lo que propone Ghio y lo que pensó Lautaro –recordar charla a la salida del curso de Rubén).
Fueron chicos que crecieron y se educaron…pero pareciera que no todos tuvieron el mismo destino. Su niñez pasó en un oasis donde las clases altas van mamando una impunidad que extienden al resto de la población. Vienen de un colegio de alta exclusividad (¿el Cardenal Newman?) cuyos educandos serán la elite que iluminará con su sabiduría a la oscura masa sin seso. Pero ¿qué pasa si estos jóvenes son tomados por lo que sería “el lado oscuro de la Fuerza”? Un lugar aún más oscuro que el anterior y peligroso inclusive, por las consecuencias que esto acarrearía. El complejo de “conciencia limpia” junto con la impunidad con la que se manejan aquellos que están más allá de todo forma un combo explosivo. Hacen lo que hacen pero con pasmosa insensibilidad en la que todo está fríamente calculado. Si el mal se realiza desde esa base, estamos en un serio problema para confrontarlo y también….para verlo en un marco de mayor realidad.
El trato con el “otro” es una asignatura pendiente pero ¿a quién le importa? Esto se aprecia tanto en la petulancia y el desprecio ya sea para el trato con una prostituta como para entrar a la Casa Rosada. Darwinismo puro donde la lealtad tiene un visión particular, de acuerdo a la situación pertinente.
Con algunos guiños a la actualidad política por demás apreciables, la puesta es una vorágine constante de ideas y conceptos impactantes. La música forma parte del concepto con temas de The Rolling Stones y Dire Straits (en un momento fundamental) y un loop de «Smoke on the water» de Deep Purple como cortina en varios momentos. La iluminación es importante tanto en su participación como en su relevancia mientras que el vestuario es una decisión tomada respecto del lugar desde donde se ubican los tres personajes para constituir las características de los mismos. Las muy buenas actuaciones combinan la visceralidad de quienes hacen lo que quieren y que no tienen la más mínima culpa al respecto. Ese es un buen punto.
“23344” es de esas obras molestas, ponzoñosas que te dejan la incomodidad de aquellas que te impactaron desde la actualidad de algunos hechos que certifican que la realidad supera a la ficción.