Es, quizás, uno de los mejores estrenos del año y forma parte de la programación del Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA). Con una propuesta poética y testimonial, “Seré” se refiere a la fuga de la nefasta mansión durante la Dictadura. La dupla compuesta por Lautaro Delgado Tymruk y Sofía Brito, responsables de la misma, dialogaron con ECDL sobre esta enriquecedora puesta, la coyuntura actual y el futuro.
Fotos Lautaro y Sofía: Cecilia Inés Villarreal

– ¿Les sorprendió la invitación de “Seré” al FIBA? Más que nada por su temática.
Lautaro Delgado Tymruk: Nos da mucho orgullo estar en el FIBA. Es muy importante para nosotros y se nos abre un panorama nuevo de, quizás, poder llevar la obra afuera. Es un festival de mucho prestigio. Además, lo veo como un gesto al programarla. Más aún en esta coyuntura que estamos viviendo, totalmente negacionista. Es un espaldarazo y una actitud muy noble de quienes eligieron la obra.
-¿Hay un público diferente con el FIBA?
Sofía Brito: Ojalá! No pensé en eso pero espero que si. Mientras más diverso sea, mejor.
LDT: Me encantaría que vengan chicos y de adolescentes. Poder traccionar un público sub 30 y sub 20. No sé si es un efecto de la pandemia -quizás me equivoco-, pero veo que el público teatral es más de los 40 en adelante. Obviamente los chicos que estudian teatro van, pero les cuesta mucho. Es todo un tema. Lo mismo pasa con la gente que estudia cine y no mira cine.
SB: Además, intentamos hacerla lo más amable y amorosa posible. Para escuchar y ver. Aparte, es un testimonio. No es que yo te estoy contando mi visión de las cosas. Es un dato y eso lo hace interesante para educarnos. Estamos mostrando un documento.
-¿Cómo fue la recopilación de los elementos que conforman esta performance -si la podemos llamar así-, a este trabajo casi antropológico que la conforma?
LDT: Como vos decís, “Seré” puede ser teatro performático pero también “teatro documental”, “teatro de objetos” o “teatro físico”. La prehistoria del proyecto es cuando puede hacer, hace casi 20 años, la película “Crónica de una fuga”, dirigida por Adrián Caetano, sobre el escape de cuatro prisioneros de la Mansión Seré, durante la Dictadura. Ahí lo conocí a Guillermo Fernández -uno de los cautivos- en persona y al que hizo mi personaje “El gallego”. En el 2014, Guillermo me invitó a escuchar su testimonio, de cómo fue su secuestro y la posterior fuga. En ese momento, tuve una especie de desdoblamiento del yo. O sea, todo lo que él decía, sentía que ya lo había vivido de alguna forma. Eso fue el germen de todo. La pregunta era “¿qué pasa si tomo su voz y pongo mi cuerpo?”. Decidí tomar el testimonio de Guillermo que fue el ideólogo del plan de fuga.
– Así empezó todo…
LDT. Si. En un principio la iba a dirigir yo, con la actuación de cinco actores y actrices, pero al final decidí poner mi cuerpo. Ahí le pedí a Sofi si podíamos hacer una codirección.
– ¿Cambió la disposición del espacio?
LDT: No. Era similar al que ves hoy en la obra, pero más amplificado. Había, por ejemplo, un tren que bordeaba toda una tarima. La maqueta era más grande. Obviamente, después todo se redujo. Fue, como decimos nosotros, “teatro urgente”. También queríamos estrenarlo en marzo, por lo que significaba simbólicamente. No solo por el aniversario del golpe, sino porque el mismo 24 de marzo, fue cuando ellos se fugaron.
– ¿Cómo fue la concepción de la dramaturgia en sí?
LDT: Es un texto intervenido. La obra cuenta con una parte del testimonio de Guillermo Fernández ya que dura un poco más que toda la obra y elegimos qué contar. Se hizo una dramaturgia de ese testimonio justamente y se organizaron secuencias de sentido. En algunas partes, se cambió el orden o se quitaron. A partir de eso, comenzó la intervención de la opinión de este actor que, en este caso, soy yo. Creemos que, en “Seré”, el testimonio es también intriga. No sólo lo que uno puede contar de una persona que fue secuestrada y logra fugarse, en la época de la dictadura en el caso emblemático del centro clandestino de detención llamado “Mansión Seré”. Finalmente, se propone como un estudio, un experimento sobre el sonido, la voz y el poder creador de la palabra
Sofía Brito: También es sobre los silencios. Lo que se dice, lo que no se puede y lo que se omite. Había premisas que tenía Lautaro para hacer. En principio, no se iba a poner nada morboso. Después, hubo otra que le dio Guillermo que fue que tenga humor. Que no sea lacrimógena.
– Con eso que estás planteando, el efecto es mucho más potente inclusive.
SB: Nosotros pensamos a “Seré” como una puesta esperanzadora, no una obra “sobre…”. Es un horror lo que pasó, pero es volver a traerlo a la memoria; que esto ocurrió. En este momento, dudo que sea posible de esa misma manera, pero sucede de otras y hay posibilidades de escape. Se puede encontrar cuáles son las fugas que hay al alcance de nuestra mano para poder llevarlas a cabo.

– Sofi, estás siempre en la entrada y en la salida de cada función. ¿Cómo ves los rostros cuando entran y cuando salen?
SB: La gente cuando entra, está muy preocupada por donde sentarse, pero se ve bien de todos lados. Por suerte el teatro es muy hermoso y realmente, desde la última fila, se ve súper bien. Al finalizar la función, el público sale muy conmovido y agradece. A muchos le daba miedo venir a verla porque es un tema «ya visto», pero salen al revés. Es un “gracias por haberme insistido para verla” porque realmente vale la pena. En esa salida, está ese gesto de esperanza. Pueden salir conmovidos y llorando, pero cuando pasa esa situación, hay alegría. Es como si cayese una ficha.
– Cuando la fuimos a ver, estuvimos arriba de todo, en la segunda fila justo debajo de la pecera. Imagino que no debe ser la misma creación de sentido que la de quien está sentado al nivel de la mesa en que está Lautaro…
LDT: El que se vea bien de todos lados siempre fue nuestra preocupación. En algún momento, pensamos que la sala era muy grande para el proyecto. Creíamos que necesitábamos algo más cercano con el público y, sin embargo, se logra una fuerte intimidad.
SB: Es una sala que uno, de donde lo vea, es como si estuviera cerca. Es como si uno estuviera ahí adentro. Cuando la hicimos en las ruinas de la Mansión Seré o en el Teatro de Munro, que tiene como 300 localidades (es gigante) pasa eso y el público reaccionaba igual. ¡Y nosotros pensamos que era una obra para un teatro pequeño…! (risas)
-En “Seré” se logra también al ritual entre la gente para ver teatro.
SB: Se da algo de eso que decís en que “no vuela una mosca”. En ningún momento me puse a pensar en otra cosa. Hay algo de ese presente que…te lleva. Nosotros pensamos en el cuidado de la gente desde que entra a la sala hasta que se va. Por ahí, eso invita a generar ese ritual. Lauti empieza haciendo un prólogo donde invita a esta ceremonia…
LDT: A mí me gusta mucho empezar con las luces prendidas. Más para que vos veas que esto es un teatro que está todo despojado y se va a ir armando. Todo se inicia desde el mismo programa de mano, que lo hacemos nosotros mismos, con cartulina. Uno por uno, con sus respectivos sellitos. Es algo muy artesanal.
En el lugar de los hechos
-¿Se enojó algún espectador con lo que vió?
LDT: No, no. Al respecto, te cuento que tenía mis dudas con respecto a hacerlo en las ruinas de la Mansión Seré…justamente, donde pasó el horror.
– ¿Por qué?
LDT: Fue un poco por la sensibilidad de cada persona. Además, el estar pisando ese territorio…Lo hablé con Guillermo y me dijo “No, al contrario. Creo que mis compañeros y compañeras que pasaron por ahí, estarían muy agradecidos”. Guillermo Fernández fue el primero que nos apoyó para hacer este proyecto y está muy contento con la repercusión que tiene la obra. La verdad es que no sabíamos cómo iba a ser recepcionada “Seré”.
– ¿Cómo fue el momento de hacer la obra en las ruinas?
LDT: Estaba muy estresado. Aparte era teníamos una sola chance porque no pudimos ensayar ahí. Justamente, cuanto menos se pise en territorio, es mejor en tanto el valor antropológico que tiene. Además, cuando digo en la obra que estaba el baño o la cocina, ahora se encontraban realmente ahí. Así fue todo, ensayo y función. Como vengo del teatro callejero también me gustaría llevarlo a la calle pero en ese momento, tenerlo todo ahí, con la tierra, los escombros.
SB: Guillermo le decía, “quédate tranquilo que van a estar todos los compañeros y compañeras acompañándote”.
– Una frase bella y ¡fuerte!
SB: Sí. Tiene que ver con la política de volver esos centros como algo creativo. Un espacio donde se hagan otras cosas y no quede solo en algo feo, sino tratar de transmutarlo.
– Donde hubo muerte, sembrar vida.
SB: Si, siempre con la memoria. Hay algo de los celulares y toda esta sobreinformación que hacen que vivas en todo momento estresado. Te impide recordar y procesar las cosas. Creo que eso está hecho adrede para que no haya historia pero la hay y somos productos de ella. Estos espacios de memoria son súper valiosos. Hoy el Gorki es un lugar que es pura vida y la gente re disfruta de ese espacio.

Lecturas a través del tiempo
– ¿Cómo ven la resignificación de la obra desde su estreno, con el contexto actual? Es de resistencia, parece
LDT: Totalmente. Además, cambió radicalmente. Nosotros decimos que es “teatro urgente y portátil” porque no hay tiempo y hay que reactualizar la historia antes que la Cabeza Borradora de la información lo borre todo. Portátil porque es una obra que puede hacerse rápidamente en cualquier lugar y espacio. Creo que dialoga con este presente nefasto que estamos viviendo.
SB: Lauti tiene el proyecto lo tiene hace cuatro años pero como idea, más. El año pasado era una cosa y este año, se volvió súper necesaria. La gente nos pide hacerla en las escuelas. Llevarla a lugares donde se necesita revisar y contar la historia. Yo me crié con esto, pero para las generaciones más jóvenes es un dato que está en los libros. Como la Segunda Guerra Mundial. Con la Dictadura pasa algo parecido. Más ahora, que se pone todo en tela de juicio. Guillermo relata algo que le dice Lucas, uno de sus capturadores. “Creo que Hitler tenía razón: a ustedes hay que matarlos con toda su familia”. Eso no está tan lejos de quitarle la salud o privatizar las universidades. Lo otro era más “bruto” pero no es diferente
LDT: “Seré” también intenta desautomatizar la historia. Hay gente que no quiere ver algo que tiene muy escuchado y cree que no hay que revisitarlo. La obra saca al dato de su lugar museístico o panfletario. Lo vuelve vivo y presente en un acto psicomágico.
– Es muy importante lo que decís en tanto al dato. En Alemania, con el paso del tiempo avanza la derecha y en Italia a 100 años de la “Marcha sobre Roma” ganan las urnas.
LDT: Es muy difícil el lugar que nos toca. En un momento de la obra lo decimos. Somos actores, tenemos que actuar. Somos sujetos sociales, actores sociales. O sea, nos toca actuar en esta representación que es la realidad.
– ¿Les sorprende que haya actores y actrices, vinculados con el arte y su sensibilidad, sean cercanos a este gobierno?
LDT: No, no, justamente porque es una cuestión ideológica…
SB: Hitler pintaba, quería los animales y era vegetariano. Tiene que ver con los valores más que con otra cosa.
LDT: En mi caso, veo a este gobierno como una gran estafa. Por eso, lo vinculo con la magia. La obra de teatro lo que intenta hacer, es mostrarte un truco de magia. “Esto es un truco de magia”. Yo voy a hacer que hablo y no voy a hablar”. Sin embargo, cuando ves la obra, decís “está hablando o no está hablando”. Esto, en relación a lo que enunciamos, “somos dichos”. A partir de este procedimiento brechtiano –la obra lo es profundamente-, produce pensamiento crítico en el espectador. ¿Qué quiere decir este actor que está haciéndose hablar por otro? También somos hablados. Nuestro sentido común es moldeado por los medios de comunicación masiva. Somos dichos. ¿Dónde está la posibilidad de fuga? También está en el discurso. En lo que uno puede oír y e interpretar. Es la posibilidad de dejar de ser hablado para tener pensamiento y voz propia.
Pasado cercano
– Hay un linkeo con un “Un domingo en familia”, una de tus obras anteriores.
LDT: Si. Hay un vínculo sonoro, además. Juan Pablo Gómez toma la obra de Susana Torres Molina como una “confusionía”. O sea, una sinfonía confusa de voces. Bueno, aquí habría una sinfonía de la voz de Guillermo. El relato es tan claro, tan inteligente tan irónico tan filoso tan quirúrgico. Siempre lo comparo con Groucho Marx por el nivel de ironía y de inteligencia que tiene. Cuando le hacen algunas preguntas, las respuestas son disparatadas y absolutamente inteligentes porque causan risa en el público de la obra como en aquél que escuchaba su testimonio en el 1985. Entonces, hablar de esa forma en 1985, con los militares pisándote los talones…Tenía una entereza admirable
-Eran respuestas marxistas en sentido Grouchiano….
LDT: Totalmente.

– Además, lograron un pequeño milagro en “Seré”: no sonó ningún celular.
LDT: ..¡qué bárbaro!
-Es importantísimo y, más allá del chiste, les pregunto algo que estoy charlando las directores actrices. ¿qué sienten cuando suena un celular en medio una función?
LDT: Siento bronca, odio. (risas). El otro día estaba haciendo función de “La mentira” que dirige Nelson Valente. Sonó un celular en el momento de una pausa dramática muy fuerte. Tenía que hablar y no hablé. Gonzalo Heredia me miraba y le respondí “Esperemos”. Hasta que no apagaron el celular, no continuamos. La verdad, me agarra mucha ira, porque es una falta de respeto. Básicamente, porque antes de la función, se pide que “por favor, apaguen o silencien su celular”. Me molesta también cuando sacan fotos….
– ¿También sacan fotos?
DT: Acá no pasó afortunadamente porque Sofi lo pide pero hay uno que otro que lo hace. No me parece bien esa actitud. No está bueno.
SB: Hay algo que evidentemente el celular hace que es cortar el presente. Hay un intermediario que es el celular y en vez de estar disfrutando y viendo de lo que está aconteciendo, se registra todo “para mostrar”. Hay una idea de Susan Sontag que es “I was here”. Fue previo a todo esto. Decía que se sacan fotos para mostrar, que “yo estaba”. Justo en el teatro, más ahora en tanto ritual en el que se juntan almas a estar juntas. Me parece hermoso que se pueda estar una hora y 20 sin el aparatito, sin estar conectado pero estando ahí, presente.
Futuro próximo
– Después del FIBA, ¿siguen con sus funciones regulares?
LDT: Si, seguimos los sábados a las 5 de la tarde por todo noviembre. Ah! Vamos a volver con “El corazón del mundo”.
– ¿Si? ¿Cuándo?
LDT: La hicimos muy poquito tiempo. Dos meses y cuando íbamos a volver con todo, llegó la pandemia. La verdad es que, al principio, podían venir 15 personas y costaba que la gente vaya al teatro porque tenía miedo. Estaba muy difícil la situación. Ahí dije “mejor lo guardo y en algún momento vamos a volver”. La idea es retornar el año que viene.
– ¿Se sabe donde?
LDT: Todavía no pero hay una intención. Estamos viendo al respecto pero todavía no me dieron el ok del teatro. Así que no te puedo decir si sería en el mismo lugar.
– Una obra muy cinematográfica.
LDT: Sí, es lo que a mí me interesa. Igual que mi anterior documental “Treplev” o sea es como también estudié Dirección de cine. Siempre me gustó el umbral entre el teatro y el cine. Para hacer “El corazón del mundo” tuve que hacer una película.
– ¡Casi nada!
LDT: (risas) Creo que se hizo en cinco días, tres en el teatro. Fue muy difícil porque aparte no sabía si iba a funcionar el sistema “Pepper Ghost” hasta dos semanas antes de estrenar. Ahí dije que, si no llega a funcionar, lo haríamos sin hologramas.

– Las últimas preguntas. Les dan un formulario a cada uno y pregunta por su “profesión”. ¿Qué ponen?
SB: Comunicadora creadora. Es lo que me gusta. .
LDT: Ay, qué lindo! Creo que actor pero también es porque dirijo desde la actuación. Me interesa tanto lo teatral como lo cinematográfico. Si dirijo una película, lo voy a hacer como actor. Hice la carrera de dramaturgia y de dirección pero lo pienso todo desde el cuerpo del actor.
–Si no hubieran sido comunicadora ni actor, ¿qué hubiera sido de sus vidas?
LDT: De chico, quería estudiar magia pero no conseguí lugar para estudiar. Después, empecé a estudiar Teatro.
– Otra forma de hacer magia…
LDT: Digamos que si.
SB: A mi me interesa mucho la ciencia. En mi casa era el trabajar o estudiar una carrera y actuación no era una carrera. Al final, me inscribí en biología. Me gusta mucho la genética. Esto no impidió que haya empezado a estudiar Teatro desde los 7 años.
– Si por la puerta del bar Ifigenia, entrasen los Lautaro y Sofía de 18 años, ¿Qué le dirían? ¿Un consejo, una recomendación?
LDT: Ja! No estaba preparado para esta pregunta….
SB Le diría que disfrute y que nunca deje de ser quien es.
LDT: Acabo de tener mi sesión de terapia. .Mirá, le diría que confíe. “Confia en vos y en tu voz”.
“Seré” en el FIBA. Miércoles 23 de octubre. Teatro del Pueblo. Lavalle 3636. A las 20.30 h
Funciones. Teatro del Pueblo. Lavalle 3636. Sábados, 17 h
Me encantaría disponer del prólogo de la obra (la vi dos veces), si es posible acceder a él, podría ser por medio de mi correo electrónico.
Saludos