En un contexto que le calza justo a su propuesta, se estrenó “El reino”, la última serie argentina lanzada por Netflix. Con un elenco que cuenta con Diego Peretti, Mercedes Morán, Joaquín Furriel, Chino Darín y Nancy Dupláa como protagonistas, este thriller político-religioso-policial cautiva a lo largo de sus ocho capítulos. El debate queda abierto, así como otras lecturas que comenzamos a desarrollar a partir de…..ahora.
La canción que da título al cuarto disco de Charly García, describe a un hombre bastante particular, con toda la ironía que puede contener la letra del bicolor. Se la podría asociar a algunas características de Emilio Vázquez Pena, un pastor evangelista, candidato a vicepresidente del país, que debe afrontar la chance de encabezar la fórmula presidencial tras el asesinato de Armando Badajóz, aspirante a la primera magistratura de la Nación.
Desde el primer momento, con buen ritmo en el desarrollo del relato y las historias que surgen, la serie capta la atención de quienes gustan de los thrillers policiales con fuertes alusiones a la política y a la religión. Todo, extensible a cada uno de los personajes con el devenir de los hechos. De esta manera, se conforma un universo familiar y político que ampara las ambiciones de Vázquez Pena. En el primer caso, encabezado por su esposa Elena, que es ese poder en las sombras que maneja los hilos de todo lo referido a su familia y su iglesia. En relación con el segundo, es Rubén Osorio que digita todo lo referido a la campaña política y la imagen de los candidatos. El vértice de este triangulo es Julio Clamens tras haber recibido la ayuda del pastor frente a un hecho delictivo que lo tuvo como protagonista.
Esto es solamente la punta de un iceberg de una pintura que alude a un contexto por demás reconocible y que nos atraviesa de diversas maneras. La política en tiempos de redes sociales. Los discursos vacíos de contenido que abren el camino al tándem antipolítica/despolitización (“la política es el demonio”) así como el retorno de ideas que atrasan años basadas en intangibles como Dios, el orden o las buenas costumbres, encarnadas por el ECR (Etica Ciudadana por la República), tal como es el partido que encabeza. Ese llamamiento a la concordia que no es tal ya que la democracia solo es válida cuando les favorecen las urnas. Al respecto, no puede dejar de relacionarse el emerger de líderes como Mauricio Macri, Jair Bolsonaro o Donald Trump. Inclusive, el discurso (literal) de la campaña de Vazquez Peña parece ser el lado B de aquél que cerró “El Gran Dictador” de Chaplin.
La sordidez y oscuridad de la serie tira la pelota del lado del espectador en tanto y en cuanto de ellos depende –son ciudadanos con derecho a voto- que solo quede en ficción y no pase a ser realidad. Serán documentales de la señal como “Nada es privado” o “El dilema de las redes sociales” quienes dialogan con la propuesta de la dupla Piñeyro-Piñeiro. La figura de Osorio es fundamental en esta línea; más aún con los lazos que tiene con el exterior del país y la forma en que crea y diseña a un candidato. La construcción de postulantes -como si fueran empleos- a distintos cargos, siempre es del mismo lado. Inclusive, es para analizar la génesis del malogrado Badajóz.
Detrás del discurso de la antipolítica y la fe, en plena sincronía con la imagen y demás estrategias comunicacionales, está el discurso de la derecha. Se presenta como inmaculado, lejos de toda confrontación pero reivindica a la meritocracia, el recorte de derechos y “la posibilidad de tener un arma para defender a la familia”. La contradicción -y la hipocresía- al poder. A medida que se desarrolla la acción, la frase del enorme Antonio Gramsci que abre la serie se vuelve profética. “El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”.
Todo esto, inflado por Vázquez Pena a partir del Evangelio y la constante exacerbación de la “bondad”, siempre con Dios y Cristo como comodines utilizables para toda ocasión. Sea esta en una reunión de la iglesia, de asesores políticos o simplemente, su propia familia. No podemos olvidar al «Club 700» o al propio Jimmy Swaggart, que formaban parte de la programación televisiva en los años 80, en nuestro país. Aqui surge la pregunta respecto a si la política ¿es un debate de ideas o una cuestión de creencia? ¿A quién favorece esto?
Diego Peretti es un correcto pastor Emilio, de tono medido, sabiendo que, cada paso que da, es en pos de un objetivo concreto. Es la gota que horada la piedra. Con un look Al Pacino (no tan exaltado como el Vincent Hanna de “Fuego contra fuego”), crece a medida que se desarrolla el relato. Chino Darín y en especial, Joaquín Furriel son dos puntales de la serie. El primero, como un Julio Clamens que corre el velo de sus creencias frente a la vorágine política que se viene, con toda la corrupción y crímenes que hay ocultar. En cambio, Furriel es un Rubén Osorio sin escrúpulos en pos de lograr sus objetivos –y el de sus patrones- llevando la frase “el fín justifica los medios” a su esplendor. Su mix de canas, jovialidad e hiperactividad laboral recuerda a….je!
Párrafo aparte para las muy buenas actuaciones de Mercedes Morán y Nancy Dupláa. Morán, como una pastora Elena intrigante y poderosa, siendo la que maneja los hilos para que todo continúe sin sobresaltos. En cambio, Dupláa es la fiscal Roberta Candia, que solo quiere hacer su trabajo, que es la búsqueda de la verdad y el castigo a los culpables. Quizás sea Peter Lanzani que, a partir de un tartamudeo poco convincente y una fisonomía que está entre George Harrison y Charles Manson, quede relegado en un personaje que tiene su importancia.
Además, la inclusión de algunos giros hacia “lo paranormal” no convence en tanto estamos en el 2021 y no hay “jedis” a la vista.
Apasionante y corrosiva, “El reino” atrapa a un público deberá afrontar una amaga dicotomía. Quedarse solo con su propuesta de entretener o la más enriquecedora, de empezar a atar cabos con lo ocurrido en los últimos (siete) años. Si siente que hay algo que lo perturba al ver la serie, es porque esta vinculación ha sido realizados. En tal caso, viendo que ficción y realidad pueden tocarse, se pide que no haga pavadas electorales y no vuelva a tropezarse con la misma piedra/mentira de los que dicen defender la República y la democracia siendo ellos los primeros en destrozar a ambas.
Ficha técnica.
Título original: El Reino. Con Diego Peretti, Chino Darín, Nancy Dupláa, Joaquín Furriel, Peter Lanzani, Mercedes Morán, Vera Spinetta, Nico García, Victoria Almeida, Santiago Korovsky, Patricio Aramburu, Alfonso Tort, Sofía Gala Castiglione y Alejandro Awada. Género: Thriller, Drama. Idea y guión: Claudia Piñeiro y Marcelo Piñeyro. Dirección: Marcelo Piñeyro y Miguel Cohan. País: Argentina. Idioma: Español. Temporadas: 1. Capítulos: 8. Producción ejecutiva: Marcelo Piñeyro, Hugo Sigman, Matías Mosteirín, Leticia Cristi y Micky Buyé. Producción: Diego Copello y Analía Castro. Edición: Alejandro Brodersohn. Duración de los capítulos: 34–52 mins. Producción General: K&S Films. Distribuidor: Netflix. Fecha de lanzamiento: 13 de agosto de 2021