La ex cantante de Man Ray presentó el excelente “Futuro perfecto”, su tercer disco. El Caleidoscopio estuvo ahí y te lo cuenta desde el Do hasta el Si.
Siempre es un placer escuchar a Hilda Lizarazu. Dueña de una voz única y absolutamente personal, ha quedado como única representante digna de lo que podría ser considerado el rock nacional. Además, en este caso, presentando material nuevo, que ha sido editado bajo el nombre de “Futuro perfecto”, el tercer disco de su carrera solista. A lo largo de sus tres discos, su crecimiento se evidenció a medida que iban saliendo las placas. Se la nota más segura no solo en cuanto a su voz sino como compositora e incluso como instrumentista, tocando guitarra en casi todos los temas.
La cita fue el sábado pasado en el Auditorio de la Sociedad Hebraica Argentina (SHA), a las 23 hs. Con un video y levantamiento de telón incluido, se inició un show ecléctico en todo el sentido de la palabra. Incluyó varios estilos musicales que van desde el rock hasta el folklore pasando por música disco y pop. Hete aquí, el gran dinamismo de Hilda para, si bien se ajusta al modelo “canción”, darle una vuelta de tuerca en tanto estilo, manteniendo una identidad propia. De esta manera, cuando abre el show con “Futuro Perfecto”, el corte de difusión del disco homónimo y canta que “Tuve que dejar de mirar atrás/Tuve que cambiar muchas veces más” es absolutamente consecuente y coherente con su carrera.
Siguió “Contradicción”, un hermoso tema pop que podría haber pertenecido a cualquier placa de Man Ray, el grupo que tuvo Hilda en los 90 junto con Tito Losavio. Hubo tiempo para repasar algunas páginas musicales de su anterior disco, el exitoso “Hormonal”. Tal fue el caso de “D1os”, “La lluvia” o “La calma”, este último tema con un clima experimental que recuerda el ambiente de “Dynamo” de Soda Stereo. Inclusive, alguno podría exprimir la imaginación e imaginar a Gustavo Cerati haciendo coros o arreglos en esta excepcional canción.
Un punto destacable del recital fue que se cumplió con lo que Hilda dijo promediando el show. “Vamos a hacer todo el disco nuevo” (la tapa, foto izquierda) y “No vamos a tocar ‘Sola en los Bares”. La banda compuesta por Federico Melioli en bajo, Lito Castro en teclados, Amílcar Vázquez en guitarras y Claudio Salas en batería, sonó compacta desde el primer momento. Una garantía de seguridad interpretativa en las dos horas del show. De esta manera, Hilda continuó presentando el disco yendo y viniendo en las diversas sonoridades del mismo. Suena “Entre la gente”, con el video de la ruta a Córdoba de fondo y su bella melodía. Con la misma prestancia, se presentan los ritmos folklóricos de “Pasaje y ciudad” y “La radiante”, una zamba que contó con la colaboración de Lito Vitale, en teclados.
Lito se queda y suena “Tan Virtual”, un tema electrónico que no pierde nada la esencia del componente tecnológico de su propuesta. Lo mismo ocurre con “Sábado”, ideal para ir a una disco, se la enganche con “Discotheque” de U2 y bailar hasta que las velas no ardan.
A través del tiempo, Hilda fue ganando confianza en tanto compositora de las letras de las canciones. “Adicción” es un buen ejemplo de lo dicho, de cómo hablar de un tema difícil sin perder la poesía pero sin escaparle a la realidad.
Si bien Lito Vitale fue un invitado de lujo, el que se llevó los aplausos fue Fernando Samalea. De más está recordar que formó parte -con Hilda- de «Los enfermeros», la mítica banda de Charly García. Con Samalea en percusiones varias, que incluían bongoes, xilofón y demás, interpretó “Las Puertas del Olimpo” y “Primera flor”. El primero dista de la versión del disco, cantada a dúo con Lisandro Aristimuño para una dar rienda suelta a una canción artesanal, emotiva y fresca, sin ningún tipo de arreglos de estudio. En cambio, la segunda reversiona un tema de “Gabinete de curiosidades”, dedicado a Mia, la hija de Hilda.
Con la banda a pleno, se suceden la mencionada “Sábado”, el ya clásico “Hace frio ya” y el cover de “Buscando un símbolo de paz”, un tema de Charly Garcia. Al día de hoy, Hilda es la más indicada para homenajear al bicolor después de años de rodar con él por los diversos escenarios. “Viaje fantástico” es otro de los temas de “Futuro perfecto” que certifica la versatilidad interpretativa de Hilda. Ocurre lo mismo con “Libre amor”, un tema que en el disco canta a dúo con Adrián Dargelos, frontman de los Babasónicos.
Otro momento emotivo es cuando Hilda presenta a las “Sha lala”, haciendo un juego de palabras con el recinto donde se estaba realizando el recital. Eran tres niñas coristas llamadas Mía Folino Lizarazu –la hija de Hilda- y dos compañeras de colegio, Violeta Friedrich y Lola Mosquera Igel a hacer los coros de la optimista “Caracoles”.
El show va llegando al final y suena “Compromiso”, un excelente blues que contó en el disco con el aporte de David Lebon en las seis cuerdas. En vivo, Amilcar Vazquez está a la altura de las circunstancias con su Telecaster, con un solo vibrante y estremecedor.
Llegan los bises con “Amapola”, el hit de “Gabinete de curiosidades” y el slide que recuerda al gran George Harrison y “Olvidate de mi”, el único tema de Man Ray de la noche, que contó con la presencia de Pat Coria, bajista de la ex banda de Lizarazu.
“Amilcar, a vos que te gusta el rock….” dice Hilda y se despacha con “Whole lotta love”, el clásico de Led Zeppelín. La pantalla de video iba haciendo un mix con las cabelleras enruladas de Jimmy Page y el propio Vázquez. Se baja el telón de una noche de buena música con “Futuro perfecto”, el broche ideal para poner punto final a un recital de calidad. Un momento de buena música, bien interpretada y cantada con una de las voces (quizás, LA voz) más representativa del rock nacional.