Antes de partir
Dramaturgia: Roberto Cappella. Actúan: Alejandra Oteiza y Greta Guthauser. Vestuario: Facundo Ariel Veiras. Diseño De Sonido y música original: Laura Vázquez. Diseño de Iluminación: Diego Bellone. Fotografía: Nacho Lunadei. Asistencia de vestuario: Analía Schiavino. Asistencia de dirección: Micaela Valiante. Producción y dirección audiovisual: Leopoldo Minotti. Producción: Rem. Dirección: Roberto Cappella, Emiliano Marino. Duración: 65 minutos.
Teatro El Grito. Costa Rica 5459. Domingos, 18 h.
Dicen que, en los instantes previos a dejar la tierra de los vivos, se obtienen las respuestas a preguntas pendientes. Más allá de la obviedad que desconocemos si esto es cierto o no (no estaríamos escribiendo estas líneas de ser así), es el puntapié inicial para una puesta que logra conmover como también llamar a la reflexión.
Rose es quien se encuentra sola en el escenario. Un poco de luz visibiliza su figura que tiene la necesidad de hablar. Es comunicarse para ubicarse en tiempo y espacio respecto a un pasado que es necesario revisitar. Aciertos y errores, alegrías y tristezas que pueden ir de situaciones de poderosa significación hasta otros de cierta «liviandad» aunque, esto último, queda bajo la lupa. Lo que parece “menor” en primera instancia, podrá definir la personalidad de una mujer (u hombre, o como te percibas que sos) en diversos momentos de su vida. Son esas “anécdotas” que serán imborrables, con todo lo que esto representa.
Una película, una amiga, una pareja son algunos de esos “highlights” vividos que podemos atesorar. Plasmarlos en un cuaderno para dar testimonio y recuerdo cuando la memoria deje de ser lo que era. Lo artesanal puesto al servicio del alma de quien vive con todos los riesgos que implica esta decisión. Se establece un diálogo que busca la concordancia entre el pasado y el presente. Pero lo hace desde una sensibilidad que no cae en el golpe bajo ni en el discurso de autoayuda o la sensiblería. Todo, cortesía de un texto directo y certero en su idea, en perfecta concordancia con una dirección exacta, que lo lleva a buen puerto, sin distracciones «emotivas» de por medio.
En un espacio despojado, Rose hace una catarsis reflexiva, con la sapiencia que le dieron los años, sean la cantidad que sean. La pantalla de fondo será su complemento ideal para algunas postales de su existencia. La aparición de una figura en el escenario, le hará “la segunda” en cada oportunidad que sea necesaria para la interacción. Una iluminación y un vestuario acordes, serán la base para el desenvolvimiento de Alejandra Oteiza y Greta Guthauser. Oteiza, como una Rose querible y empática, que no duda en hacer una autocrítica frente a lo acontecido. Por su parte, Guthauser da cuenta de su versatilidad interpretativa con numerosos personajes, dotando a cada uno de una identidad absolutamente propia.
Emotiva y delicada, “Simplemente, me acuerdo” juega un ida y vuelta con la platea mediante un vínculo sano e íntimo. Cada quien sabrá hasta dónde se acuerda y qué desea recordar. Será en ese lazo entre el hecho teatral y la vivencia personal donde la puesta establecerá su sentido así como su palpitar.