Marcelo Savignone: “El mundo femenino de ‘Tres hermanas’ me completa como artista”

Parece ser que el 2016 es un año en el que Marcelo Savignone cierra etapas en su formato de trilogía. Con su personal versión de “Tres hermanas”, le pone punto final a la que había realizado de textos de Anton Chejov, mientras que con “Ahora”, finaliza su terceto de unipersonales. Pero su marcha no se detiene. En una charla distendida y sincera, Savignone da cuenta de lo que es el presente y futuro de un artista inquieto.

Entrevista realizada junto a Azucena Ester Joffe (Luna Teatral)

-Marcelo, esta versión que estas presentando de “Tres hermanas”, ¿tiene que ver con la que presentaste en el ciclo de Teatro Bombón?

– Me habían convocado para Teatro Bombón. Ya estaba estaba pensando en despedirme de Chejov pero también estaba eso de cerrarlo con una trilogía, lo cual me lo había dicho alguna gente. Es así que me convocaron para Bombón y pensé en esas tres hermanas pero ya grandes. Eso fue lo primero que sucedió. Empezamos a indagar la obra y nos empezó a gustar mucho lo que estaba pasando. En el trabajo de búsqueda, las actrices me dijeron que en los 70, tenían la edad de las tres hermanas. Y empezamos a escuchar palabras en el texto como “coronel”, “hija de general”…y asi surgió. Ni bien estábamos haciendo “Tres hermanas”, me puse con la adaptación como si se pusieran ver las tres hermanas, en el pasado, en los 70. Como si fuera un feedback en vivo. Se armó a través del presente, con ese pasado, potenciado por Chejov. Las cosas no cambian. La inacción, la repetición, el anhelar pero no hacer, el echar culpas…Todo anclado en un funcionamiento en el que, si uno jugase con las Tres Hermanas de Chejov, nunca se habrán ido a Moscú. Se quedaron donde estaban.

-Para esta nueva versión, ¿tocaste mucho el texto?

– Muy poco. Lo que si, tomé mucho de las Tres hermanas y al final, para el personaje de Andres, agarré sus cuatro actos seguidos y lo condenso. Lo que se agregó fueron algunas palabras propias de los años 70. Después, los párrafos y las situaciones están tal cual, sin los personajes masculinos. Entonces, a veces, hay que hablar de Vershinin pero sin verlo. Lo que tiene es eso, que está tal cual la obra, con su variación de temática y contexto social.

– Siempre tuviste una escenografía muy dinámica y ahora, con este dispositivo, es como que estas un pasito más adelante…

– Empecé a buscar escenógrafo porque cambió la escenografía. Vi algunas escenografías de Gonzalo que me gustaron mucho. Vino a los ensayos y enseguida capturó el espíritu de lo que estaba buscando. Vio “la Gaviota” y se impregno de la búsqueda. Capturó enseguida el espíritu que nos mueve. Presentó una maqueta con la cual jugamos un poco. Hizo un aporte muy en sintonía. Tengo la sensación que dimos un paso más en el trabajo porque, siempre que otro se incorpora a proponer, uno crece.

-Lo refresca…

– Si! Hay una sensación de crecer con el equipo, con la iluminación y el vestuario, con el que ya veníamos trabajando. De repente, con esta escenografía, se potenció todo manteniendo la misma impronta de búsqueda. Eso es apasionante.

-Me ganaste de mano porque justo te iba a preguntar con respecto a la iluminación.

– Con Nacho nos pusimos más sutiles y sugerentes en la iluminación. En las obras anteriores, fuimos más puntuales en las rupturas. Aquí, en el incendio, fuimos más al espíritu de las sombras. Recuerdo cuando estuve de gira con “Vivo”, fui al museo de Soroya a Madrid. Cuando buscábamos el mundo de “Tres hermanas”, nos gustó la posibilidad de un pintor…Siempre me gusta pensar en pintores con las obras. Ahí veo una de sus obras que tiene que ver con las sombras y los reflejos. Eso me inspiró en Tres Hermanas, sombra y reflejo. También eso está alimentando la luz. La sutileza de la sombra, el cuerpo que está detrás y como cambia. Como pensar la no-luz como una gran iluminación. Eso es lo buscado por la iluminación.

-El vestuario, más allá del anclaje en el tiempo, es muy etéreo

– Era casi como la idea de la escenografía, muy concreta pero a la vez, una no-escenografía que permite la pregunta ¿Dónde están ellas? Están perdidas…El vestuario, son parecidos pero no se parecen. Buscamos la misma tonalidad, la misma poesía a través del color. Hay un azul como un color frío. También hay grises en relación con la profesión de Olga. Más hermética y cerrada. Con Mercedes venimos trabajando desde hace un tiempo y nos desafiamos constantemente, como creyendo en el arte. Es mi sensación con el equipo. Seguimos creyendo en la experimentación, la búsqueda y la investigación, más allá de lo encontrado…Con el “Vania” y la “Gaviota”, nos pudo haber ido bien pero hay algo de la creencia de seguir buscando. Lo más importante que nos vamos a llevar es la experiencia. En este caso, cotejamos todo con un tema de tanto dolor con nuestra Dictadura.

-¿Costó ensamblar el Chejov a la Dictadura?

– No. Estaba todo tan escrito…Lo del general y el coronel. El texto de María diciendo “en esta ciudad, las personas más nobles son los militares”. Un texto puro al cual uno le va haciendo un racconto y una búsqueda. Hubo un momento en que había que explicarle a algunas personas que Videla no era bueno. Había un sector social al cual hubo que explicarle con lo tremendo que está pasando ahora en Latinoamerica, como lo de Brasil. Hay algo de esa sombra tan perturbadora que estaba escrita en Chejov pero desde otra perspectiva. Lo escribió en 1900, antes que haya guerras mundiales. Pero a su vez, hay algo que tiene este autor que, para mi, es tan concreto….universal y esencial. En esta obra, jamás pensé terminar haciendo en “Tres hermanas” una obra sobre la Dictadura.

-Terminaste haciendo una obra política.

– Si. En mi caso, en mi búsqueda, la política que realizo la adhiero mucho a la misma labor teatral. Como con el trabajo de la Commedia dell Arte. Algo de la tradición teatral que creo que tiene una tradición política. Autores como Beckett, Brecht o Chejov.  En eso, no me hubiese imaginado nunca hacer una obra de esta índole. Con eso, mayor inspiración el darme cuenta que soy vehículo de algo. Al sentirme que no me pertenece..Si lo que salió pero no como punto de partida. No se si hubiese hecho una obra con estas características. Quizás me hubiera gustado hablar de otra forma. Surgió, nació y creo profundamente en tener esta postura con Chejov. De utilizar a este autor como gran pretexto para hablar de nuestro presente y nuestro pasado.

-Chejov se va resignificando constantemente.

– Si..como Chejov, Shakespeare, Moliere o mismo Beckett con sus códigos. Los silencios de Beckett se construyen con el presente del día de hoy. Esa forma de ver la condición humana y el comportamiento por parte de Chejov es imposible no verlo en el día de hoy. Lo mismo me pasa con la Commedia Dell Arte. El Pantaleón, “il dottore”, el que conoce y no sabe nada, es el día de hoy que se ve tanto. El médico, más que ver que te pasa, te manda a hacer exámenes. Y esto lo decía la Comedia del Arte. Esa sensación que es importante por parte de los sabios del teatro. Una sabiduría que observó el comportamiento humano por siglos

–¿Cómo fue meterte en el mundo femenino que refleja tu puesta de «Tres Hermanas»?

– Fue de mucho aprendizaje. Es muy diferente a lo que venía haciendo. Me gusta sentirme catalizador de algo. Que no me etiqueto. Hicimos el Vania con la impronta rusa con un tipo saltando por todos lados y ahora, con una mirada netamente femenina con “Tres hermanas”. Chejov tenía un respeto por la mujer. Amaba a su mujer de tal manera que escribía para ella. En algún lugar, el haberme ubicado en este mundo femenino, lo siento valioso. Me completa como artista. Creo que una de las grandes dificultades de la educación es seguir pensando todo en términos de hombres y mujeres. El día que se rompa esas barreras mentales y lo podamos entender como sociedades, va a haber una verdadera transformación. Quizás estemos pagando el pato que –espero- nuestros hijos puedan ver un mundo mejor. Que uno como artista pueda poner un granito de arena, en pensar de una manera. El entrar en este mundo femenino me completa como ser y como artista. Me deja una mirada diferente.

-Es una mirada muy respetuosa…

– Si. En mis puestas mantengo un respeto al autor pero, en este caso, se suma que es un elenco puramente femenino. Cuando hice el Hamlet vestido de Papa Noel y decía “Si esta carne se pudiera derretir”, tenía la sensación que podía venir alguien y noquearme! Jajajaja. Pero a su vez, había un enorme amor al texto. En este caso, agradezco mucho las palabras de Chejov de la misma manera que seis actrices digan “Vamos a estar con vos, trabajando, ensayando y aceptando tus obsesiones”. Eso me lleva a algo en lo que creo, que es la filosofía del respeto. Creo que hay que vivir de esa manera, respetando al otro. El autor es otro pero no tiene que ver con la solemnidad sino con el respeto de escuchar.

-En tus obras siempre hay música. ¿Hay alguna posibilidad que haya un musical de Marcelo Savignone?

– Será cuando encuentre algún soporte poético. Algo que me haga hacer música con un pretexto. En algún momento, me voy a dar el gustito. Empecé por el lado de la música. El teatro, en términos del arte, fue una salvación porque pude encontrar muchas cosas en un único funcionamiento. Creo que, en algún momento, me daré el gusto de volver a hacer algo con la música.

-¿Disco incluído?

– No lo sé…Antes tengo otras ideas, como las ganas de hacer un libro y abrir un nuevo espacio. Siempre hay una tentación de escribir. Empecé entrenando con Lecoq y su trabajo. Hace siete años que el método ha cambiado. Es más latinoamericano, de estas tierras, por lo que me da ganas de plasmarlo porque, si hay algo que me interesa es que, lo que voy investigando, no quede en mi sino que pueda seguir. Ojala se pueda hacer de esa manera. Por otra parte, estamos armando un nuevo espacio. Belisario me sirve para trabajar a mi pero le sirve a algunos pocos. El abrir un espacio más grande es para que le sirva a muchos más. No solamente para que más gente pueda dar clases o entrenar. En estos tiempos tan complejos, creo que es importante. A principios de año, había gente que no podía pagar y venía igual. El espacio está abierto desde ese lado. Esas son mis prioridades ahora. Estoy entregando mi vida artística. Después me voy a dar esos gustos más “personales” pero me los voy a dar si o si.

-¿Siempre pensaste en incorporar al personaje de Andrés a la obra o hubo chance de dejarlo afuera?

-En algún momento pensé que, a medida que iba creciendo la obra, iba a entrar Vershinin , Tursenberg y Andrés como médicos. La obra crecía y dije “me parece que Vershinin no entra”. Un actor amigo como Victor Malagrino, termina siendo el baterista de “Ahora”. Lo mismo ocurrió con Tursenbach que lo iba a hacer Luciano Cohen. En ese momento, pensé que Andrés tampoco. Es más, fui a tomar una merienda con las actrices y me insistieron que sea solo una obra de mujeres. Entonces me di cuenta que tenía que entrar Andrés. Se produjo una comodidad que había que desestructurar. También quería hablar del vínculo de los hermanos. El rol de Andrés es muy catalizador y catártico porque es el que se atreve a ver la realidad.

-Es un quiebre en la puesta.

– Si pero es quien se atreve a ver la realidad en la obra. En ese sentido, me parecía muy importante. Andrés habla de esa hermandad, de nosotros, de cuando festejábamos el mundial y para que no nos distraigan con otro mundial. Pienso mucho en esas cosas. eso me llevó a esta puesta.

– Terminaste la trilogía «En Sincro»-«Suerte», con “Ahora”  y con “Tres hermanas” estarías haciendo lo mismo con Chejov?

– Si. Es necesario partir para otros rumbos. Tengo que dejar un poco de vacio pero ya empecé a escribir algunas cositas sobre algunas búsquedas nuevas. La creación tiene algo muy lindo que es como un embrión que está ahí, y de repente, pega una patadita. Voy anotando imágenes. Estoy en ese proceso pero no tengo idea en que va a derivar. Igual sé que algo terminó, ya sea por “Tres hermanas” o por “Ahora”. Tengo la sensación física que debo soltar esto

– Te está atravesando el número tres…

– Es un número fuerte, que es el símbolo del estudio. Alguien cayendo pero con forma de tres, que es un número muy fuerte. Seguramente lo nuevo saldrá para mediados del año que viene. No puedo no entregarme en un proceso de creación.

-¿Cómo actor o director?

– Eso no lo sé. Estoy charlando con algunas personas y viendo mucho. También quiero ver que me depara este presente con “Ahora” y “Tres hermanas”. Que me hace notar poruqe lo que tiene el estreno es la llegada de la realidad. Por más que digas que es “lo mejor del mundo”, si no viene gente….No hago teatro para que venga gente sino para encontrarme con la gente. Un teatro  que tenga que ver con lo popular. Que sea simple pero que tenga poesía y profundidad. Cada estreno me hace ver cuan real es eso y cuan no al tiempo que me abre la puerta a seguir buscando.

“Mis tres hermanas. Sombras y reflejos”. Teatro La Carpintería. Jean Jaures 858. Domingo, 16 hs.

“Ahora. Homenaje a la Commedia dell’Arte”. Teatro La Carpintería. Jean Jaures 858. Domingo, 20.30 hs.

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