Nadie se atreva a tocar a mi abuela
Textos: Ana Laura Estrin, Florencia Sacchi y Ana Sánchez. Con Florencia Sacchi y Ana Laura Estrin. Vestuario: Pepe Uría. Escenografía: Elisa Ferradas. Diseño de luces: Sergio Cucchiara. Realización de escenografia: Elisa Ferradas y Jose Mehrez. Operación de luces: Guillermo Merzari. Fotografía: Luis Arancibia y Verónica Iglesia. Asesoramiento en sonido: Tian Brass. Asistencia de vestuario: Luis Almeida. Asistencia técnica: Javier Piazza. Producción ejecutiva: Lucía González Asurey. Dirección y puesta en escena: Ana Sánchez.
Teatro Del Abasto. Humahuaca 3549. Miércoles, 21 hs.
Ellas hablan. Relatan al tiempo que entran y salen de la acción. Viajan a través del tiempo para dar vida a varias mujeres que han transitado por este mundo. Abuelas, madres e hijas que fueron conformando historias de vida, de esas que combinarán la tristeza y la alegría que implica vivir. Porque, como dicen por ahí, “vivir solo cuesta vida”.
Florencia Sacchi y Ana Laura Estrin dan vida a cada una de las mujeres a las cuales se refiere la obra. Estas tendrán sus propias particularidades, con mundos personales que, en ocasiones, son atravesados por la muerte, el dolor, dando cuenta de la fortaleza para salir delante de estas situaciones. Mujeres que atravesaron un siglo de hechos de variada índole y experiencias eternas, que se extienden a la actualidad en la forma de un legado que pasará de generación en generación.
Será en ese momento donde cada uno de los espectadores viajará automáticamente a los recuerdos de antaño y a esas historias que les han contado cuando eran niñ@s. La resignificación de cada uno de los personajes en sintonía directa con las vivencias propias en relación con relatos que, a la postre, pasarían a ser mito y leyenda. Ese lugar donde nadie quiere develar ningún tipo de secreto ni que la verdad meta la cola en el medio.
Igualmente, con algunos minutos menos, lograría una consistencia mayor a una propuesta sensible que no debe caer en algún exceso de este tipo.
Con una escenografía que permite ubicarnos en el tiempo y un vestuario acorde, el trabajo del espacio es correcto y amigable a lo que requiere la puesta. Las actuaciones son exactas al respecto, con música, canciones y pasos de baile incluidos.
“Ella para mi” es un sentido homenaje a esas mujeres precursoras de principio de siglo que constituyeron la base de los valores que nos atraviesan al día de hoy.