Tras presentarse en Montevideo, llega a Buenos Aires, “Culpable”, un cautivante unipersonal pergeñado por el actor español Samuel Padilla. La puesta gira sobre la culpa y deja mucha tela para cortar, por la historia de los tres personajes que la protagonizan. ECDL tuvo el placer de dialogar con Padilla sobre esta nueva creación del Xirgu Theater Company, la libertad, la inocencia y el aura del teatro como refugio, en pleno siglo XXI.

– Samuel, contame cómo y cuándo surge “Culpable”
– Surge, hace más o menos dos años, cuando el primer proyecto, Metus, ya llevaba un año en cartelera. Tenía la idea de crear otro espectáculo para no quedarme en la comodidad del que ya estaba funcionando. Pero no sabía sobre qué argumento desarrollar la nueva obra.
En un par de ocasiones, dos personas del público me esperaron a la salida del teatro después de la función de Metus, y me dijeron “la próxima hazla de la culpa, porque la culpa mueve el mundo”. La verdad es que esa frase me impactó mucho. La dejé ahí, como anécdota. Cuando puse manos a la obra con el nuevo proyecto, me acordé de la frase. De ahí sale la idea.
-¿Te llevó mucho tiempo de preparación, de ensayo? ¿Cómo se construyen tres personajes en la misma obra?
– La obra se preparó en tres o cuatro meses aproximadamente, con ensayos de una vez a la semana. Con respecto a los personajes, se construyen de a poco. Se centra en cada uno de ellos de manera individual para darles la importancia que se merecen. Después, una vez armados todos, buscamos la manera de transitar de uno a otro.
– ¿Qué tan diferente fue, en su desarrollo o preparación, este proyecto respecto a “Metus”?
– Fueron dos experiencias totalmente diferentes, empezando porque las directoras son otras. Eso ya marca una diferencia muy importante en la dinámica de trabajo. Metus lo empezamos a crear en mitad del confinamiento por la pandemia, por ejemplo. La complejidad de Culpable es mayor, así que requirió otra disposición.
– ¿Cuáles son tus expectativas respecto a “Culpable”?
– No suelo tener ninguna expectativa con los espectáculos. Así después no hay ninguna desilusión. Hacemos el trabajo con la mayor impecabilidad que podemos, por el simple hecho de hacer las cosas bien. Después, ya se verá lo que venga.
-En la puesta, realizas un cuestionamiento al sentimiento de “culpa”. ¿Será que ésta le está ganando la partida al deseo y al placer?
– ¡Absolutamente! La culpa siempre gana la partida, o casi… Tiene escondidas demasiadas cartas debajo de la manga. Tiene el as de la religión, el joker de la moral, el tres de la ética…
– ¿Por qué una sola función?
– Por falta de tiempo y de recursos para realizar más funciones en capital. Al no ser conocido aquí, es muy difícil llenar una función. Plantearse más sería más complicado.

– En la gacetilla de tu unipersonal se hace mención a “el camino a la libertad individual”. ¿Crees que, al día de hoy, ese camino se desvió hacia un individualismo egoísta y meritocrático?
– No va por ahí. La referencia a la “libertad individual” se refiere a que podamos ser, cada uno de nosotros libres. Esto, sin la aprobación de la política, de la sociedad, o de la religión de turno. Que tengamos la capacidad como individuos de actuar desde nuestra propia identidad y no por una identidad impuesta desde afuera.
– En esta sociedad del año 2025, atravesada por fake news y medios como Tik Tok, ¿la culpabilidad es más fácil para dictaminar que la inocencia en tanto la postura que adopta la sociedad?
– Creo que la sociedad de hoy en día no opta por ningún sentimiento de inocencia. Las RRSS como Tik Tok o IG son los nuevos paradigmas de vendedores de nuevos modelos inalcanzables que te hacen sentir más culpable por no poderlos alcanzar.
– ¿El teatro sigue siendo un refugio de cultura y respeto ante el avance de ideas extremadamente conservadoras?
– El teatro, y el arte en general, ¡siempre es refugio! Creo que no deberían entrar en argumentos políticos. El arte vibra en otra sintonía. Debería ser un lugar de encuentro, de paz. Por otra parte, también entiendo que tiene que ser una herramienta de denuncia, de exponer la realidad ofreciendo alternativas reales desde el arte. Y si se hace con humor, ¡mejor!
– ¿Cómo ves al teatro español al día de hoy?
– Es muy difícil opinar sobre el teatro español. Hay muchos tipos; el clásico, el comercial, el alternativo… etc. Supongo que, como en muchas otras partes del mundo, es un mundo -en general- descuidado y muy mal remunerado. Muy cerrado, al que es extremadamente difícil entrar. Me animaría a decir que casi sectario.

– En la actuación, ¿cuánto hay de talento, cuánto hay de estudio y cuánto de perseverancia?
– Interesante pregunta. Me animaría a decir que un 50% de talento y el otro cincuenta se lo repartirían el estudio y la perseverancia.
– ¿Cuándo fue que el actor prevaleció –quizás- ante el médico acupuntor, tu otra profesión?
– Soy un poco como Dr. Jekyll y Mr. Hyde, cada uno va saliendo según la necesidad del momento.
– ¿En qué momento de tu carrera aparece este unipersonal?
– En el que me siento lo suficientemente preparado para poder sostenerlo.
– Te dan un formulario y te preguntan “profesión”, ¿qué pones?
– Artista.
– Si por la puerta de tu casa, tocase el timbre el joven Samuel de 18 años. ¿Qué le dirías? ¿Algún consejo o recomendación?
– Le diría que fuera más paciente, que todo llega siempre en el momento preciso.
“Culpable”. Viernes 17 de octubre. Teatro El Vitral. Rodríguez Peña 344. A las 19.30 h.