María Abadi: «Cyrano es una obra que pega en un lugar popular».

Termina un 2023 de hiperactividad. Estrenó “Cyrano”, con Gabriel “Puma” Goity en el Teatro San Martín, la segunda temporada de “El encargado” con Guillermo Francella en Star Plus y en cine, “Control Zeta”, que pudo verse en el Festival Buenos Aires Rojo Sangre. Inquieta y curiosa, María Abadi se toma una limonada y responde todo en una entrevista en la que no quedó tema sin tocar. La crítica, la búsqueda artística, la astrología y más.

Fotos: Cecilia Inés Villarreal

-María, ¿cómo surge el poder participar en “Cyrano”?

– Estaba grabando “El encargado” con el Puma Goity y me comenta que va a hacer “Cyrano” en el San Martín, en la Martín Coronado. Bueno, también estaba su historia con la obra también que ya es conocida en tanto es su sueño de la adolescencia. Me cuenta que van a audicionar para el personaje de Roxane y si me interesaba ya que le parecía que daba para el rol. Le dije que sí. ¡Obvio! ¡Imaginate! Para mí, el trabajar en San Martín era un sueño…

– ¿Primera vez?

– Si pero, así como me lo dijo, después no lo volvimos a charlar hasta que dos meses después me llamaron directamente del San Martín. El tema fue que la audición era el día siguiente que Argentina ganó el Mundial. Estudiar era imposible por la toda la energía dando vueltas. Además, estaba terminando de filmar “El Encargado”. Finalmente, audicioné y quedé.

– Roxane es un personaje bastante especial…

– Es hermoso y “Cyrano” es un clásico romántico. Digamos, no es Shakespeare o Chejov, sino que tiene otro tono y las heroínas de obras así, suelen ser personajes más lineales. Tal vez, más heroína romántica, más doncella clásica. Lo interesante de Roxane es que le pasan un montón de cosas. Es una mina que sabe lo que quiere. Está totalmente entregada a su amor, su deseo y tiene un arco dramático amplio. Es una en los primeros actos; otra en el segundo y tercer acto, una tercera en el principio del cuarto y finalmente una cuarta en el quinto. Tengo que actuar romance, melodrama, tragedia y cosas súper dramáticas. En ese sentido, no te aburrís nunca. Me sigue pasando que sigo buscando y encontrando cosas. Es lo lindo del teatro.

-Muchos retos…

– Si! Por otra parte, hace bastante que no hacía teatro con esta frecuencia. Estuve haciendo independiente, pero es distinto a tener funciones de miércoles a domingo. Es la posibilidad de renovar el contrato con lo que haces constantemente, más allá de que tenés las mismas marcas, el mismo vestuario, etc.

– Habíamos hablado justo cuando terminabas de hacer “Hedda”, que me encantó….

– Si, si. En el Brío estábamos en una sala en la que cualquier cosita se ve. En cambio, en la Coronado es aprender a actuar de otra forma. No importa tanto lo que pasa en la cara. O sea, importa en tanto sea reflejo de lo que me pasa internamente, y como lo llevo al cuerpo para que la gente del Pullman se entere y lo vea. Es un desafío y todavía estoy agarrándole la mano.

– ¿Si?

-Si. Cuando empecé a ensayar, pensé “esto es lo más difícil que tuve que hacer en mi vida”. No sé cómo actuar en este tono…Le fui encontrando la vuelta y después bueno, estaba el actuar en la Coronado. En mi caso, no le tuve miedo a cosas que otra gente si como, por ejemplo, a lo vocal. Tengo bastante proyección vocal y volumen al pisar el escenario. Esto no me generó conflicto, pero si esto que te digo de cómo llevar un personaje y la actuación a todo el cuerpo. Con las funciones, lo voy encontrando.

– ¿Cómo fue el trabajo con el vestuario?

– ¿Viste lo que pasa en San Martín que te lo dan un par de semanas antes de estrenar? Le tenía un poco de miedo a cómo me iba a llevar con los vestidos pero, la verdad es que sumó. El vestuario me ayudó un montón en cosas como el qué hacer con las manos. Hay una escena que me encanta, que tengo con Mariano (N de R: Mazzei, que es Cristian, enamorado de Roxane) en el banquito, cuando él me quiere decir que me ama y no le salen las palabras. Esa escena salía bastante bien en los ensayos, pero siempre le decía “Mariano “¿No es medio ridículo lo que estamos haciendo?” y él me respondía “vas a ver cuando tengamos los vestuarios”.

-Hay un punto que se toca con la actualidad en relación a esa idea de “amor puro”. ¿La gente capta esto?

-Si, lo agarran eso. Incluso, pasa mucho con gente que no conoce la obra de Cyrano. Uno ya da por sentado que todos conocen el cuentito y saben cómo va a terminar.

– Además, una cosa es la vida de Cyrano “real” y otra, la obra de teatro.

– Exacto. Viene gente sin conocer la historia y se sorprende. Hay algo medio misterioso. Le irá bajando esa data, que tiene que ver cuando haces un clásico. Resuena en un colectivo y en un lugar más inconsciente de las personas. Va cayendo de a poco. Se impacta de manera colectiva y en distintos tipos de culturas porque está hablando de una temática que es colectiva. Esto entra en la zona que no es del todo racional. “Cyrano” es una obra que hace 200 años se representa en todo el mundo.

-Aparte el texto es muy bueno….

– Si! Es hermoso y es una obra espectacular. A veces, podrá quedar con eso de “Cyrano, el narigón” pero es una obra increíble. Tiene mil capas.

-Por eso preguntaba por esa capa en particular que, al día de hoy de relaciones por redes sociales, encarna en un amor más puro. Más en estas épocas de los celulares…

-Sería medio complicado para Cyrano esta época. Capaz que manda un mensaje y al toque, lo bloquean. Hay algo de cierto amor romántico muy idealizado en la obra, algo que –también- podría ser cuestionado. Incluso, a mi, como mujer me pasa al repetir todos los días esos textos. Son lo más propio del amor romántico , al mismo tiempo, lo estamos deconstruyendo. Es un juego doble porque, por un lado, hay algo que está buenísimo que es el enamorarte del alma de las personas, pero está súper idealizado. De hecho, hacemos una lectura más profunda. Es más, creo que Roxane termina presa de su idealización.

El otro lado de Cyrano

– ¿Qué te dice la gente cuando termina la obra?

– Hay mucho agradecimiento, pero si hay algo que me encanta, es hacer una obra muy popular en la Coronado del Teatro San Martín. La entrada es super accesible en tanto sale lo mismo, quizás, que el tostado que estamos comiendo ahora. Por ese precio, tenes una obra de tres horas con una escenografía de calidad, con 23 actores y 4 músicos que están trabajando a full, al igual que casi 100 personas más, detrás de escena. La gente agradece haber visto un espectáculo así, con mucha entrega. El aplauso es muy lindo. El domingo pasado, el público no se iba. Se quedaban todos de pie aplaudiendo. «Cyrano» pega en un lugar más popular y la gente agradece de haber visto esa experiencia. Va gente que no suele ir al teatro o que va al San Martin directamente. Inclusive, la gente que lo sigue al Puma…

-El Puma es un actor popular…

-Si. Recontra y muy convocante. Te das cuentan con el aplauso que genera, más allá de que, obviamente, se pone la obra al hombro y todo. Me encanta estar siendo parte de la experiencia de hacer teatro para un público que, tal vez, no consume obras de otro estilo…

– Hay un teatro bastante endogámico….

-Si. Los actores que hacen teatro para sus propios amigos…Son elecciones. Hoy no quiero hacer eso. Además, pueden convivir las dos cosas. Si tenés ganas de hacer que tus interlocutores sean las mismas personas con las que trabajas y te interesa generar eso, por lo que estás investigando, es tu investigación. En mi caso, no estoy interesada al respecto…

-Bueno, justamente por las críticas recibidas, ¿no será quizás porque es un teatro popular?

-Hay una cosa muy snob…Puede no gustarte la obra y tampoco creo que hayan sido tantas las malas críticas. Estrenamos la obra haciendo muy pocas pasadas. Se le acusó por la falta de ritmo, el que se gana con el paso del tiempo. Podrán verla ahora y quizás, no les guste, pero ritmo no le falta.

– El Puma hizo mención al teatro popular en algunos reportajes y ahora lo estas retomando aquí. ¿Hubo saña?

– Algo de eso hubo…Creo que también hay un punto que, si lo pienso de afuera, hay una vara que está puesta más alta, desde un lugar mucho más exigente. A esta altura, y lo digo con sinceridad, no sé si a la gente le importa tanto que te pongan alguna calificación. Si me tengo que guiar por cómo va el público, tenemos agotado todo en la Coronado en la que entran 900 personas.

-Además, salió que el Puma se peleó con el director Willy Landin…

– Si, salimos en todos los programas…Hubo un conflicto…eso no es mentira, pero no voy a hablar de algo en que no soy yo la que está en el medio, pero se habló mucho de eso.

– ¿Hasta cuándo siguen?

– Estamos hasta el 17 de diciembre, pero vamos a volver el año que viene en febrero. seguro y probablemente hagamos varios meses, hasta mitad de año.

Popularidad en Star Plus

-Hablando de productos populares, estás en la segunda temporada de “El encargado”.

– Otro producto popular, de mucha calidad. “El encargado” es un fenómeno muy interesante para mí porque es algo muy popular y algo a la vez si querés, tiene prestigio, reconocimiento. Mariano Cohn y Gastón Duprat tienen algo muy popular y a la vez es muy minimalista. Además, lo tenes a Guillermo Francella que, cualquier cosa que toque se vuelve popular. Creo que Francella en “El encargado”, sobre todo en esta segunda temporada –aunque en la primera también está increíble-, es increíble y superador porque profundiza mucho más en la psicología de Eliseo. Para mí, es el mejor laburo de Guillermo en su carrera y eso que tiene muchos porque es un gran actor. No sé cuantos actores pueden hacer lo que hizo él en “El encargado”. Me parece brillante su trabajo.

-Y vos sos Lucila Morris

– Es un personaje increíble. Cuando quedé para hacerlo, no podía creer lo que estaba pasando. Gastón y Mariano me habían visto en otra serie “La caída” y Gastón me dijo “desde que te vi en ‘La caída’ que estoy viendo en qué momento me aparecía un personaje que pudieras hacer vos porque me había interesado tu laburo”. Así fue que me llamaron para el casting. Sé que audicionaron muchas actrices –algunas, super populares- de rangos de edades diferentes entre 30 y 50 años. No era la candidata obvia pero algo les gustó de lo que hice. Les pareció una buena apuesta. Además, era poner una actriz, no tan conocida, con un physique du rol determinado. No es un personaje sexualizado ni nada de eso. Todo, mientras juego con Francella de igual a igual. Era parte de la de la apuesta y también un desafío…

-Hay que plantarse con Francella…

-Si! Además, re buen compañero y me entendí con él. Tiene una personalidad y un personaje que ya construyó. Era ir y meterme ahí con él y con el Puma, que ya venían laburando y se conocen de toda la vida. Entrar en ese juego fue super desafiante. De hecho, trabajé con coach por primera vez…

-¿Si?

– Si. No durante el rodaje pero antes de empezar a grabar tuve unos 6 encuentros con Francisca Ure, que es mi amiga. La llamé porque le dije que no quería llegar sin tanta improvisación. En los encuentros que tuvimos, pensamos y charlamos sobre qué convenía construir con Lucila. Tengo mil cosas que ahora intentaría hacer distinto, algunas escenas que sacaron y que para mí estaban buenas. Antes de que salga al aire, ya lo había visto y no estaba tan contenta. Siempre voy a mirar porque soy muy obsesiva y exigente pero, desde que todo el mundo le gusta tanto, dije “bueno, me relajo y disfruto”.

– ¿Cómo fue llevar adelante al personaje?

– Para mí era importante construir una mina que fuera como muy segura y muy fría pero que, en ningún momento, tuviera una cosa como histérica. Una persona que te dice las cosas con frialdad y cinismo. Ya en la primera escena con Eliseo dice “Detesto a las personas que hablan de la vida privada de la gente”. Es sinceridad brutal combinado con un lado más naif y dulzón, con bajada de línea panfletaria con su rol de la ONG.   

– Fue bastante diferente de lo que venías haciendo.

– Si. De hecho, si bien no salió al aire todavía -supuestamente sale en febrero-, hice “Medusa”, una serie para Paramount Plus que dirigió Jazmín Stuart. Es un policial de suspenso en que un grupo de amigos se va a la playa y muere una del grupo. Después es la investigación de la muerte. El personaje que hago ahí no tiene nada que ver con esto. El otro día vi el primer capítulo y nada que ver con nada. En el look ya estoy medio rubia, pelirroja, una mina que es gay. Es súper distinto. ¡Ojalá se estrene pronto! En el medio hice “Cóndor 105” que salió en Canal 7 que también, nada que ver.  Así que sí, la verdad que era algo es algo distinto. Últimamente, me ha tocado mucho hacer de mala…

-Me ganaste de mano porque justo te iba a preguntar si Lucila Morris es mala…

-Para mi, no es una típica mala más allá de que entre de esa forma. Cuando la hice, no sentí que estaba haciendo una mala. Entiendo esa oscuridad que tiene y que es la contrafigura de Eliseo. Ahí radicaba el gran desafío actoral, de ser la contrafigura de Guillermo Francella. Para que tenga sentido como se cuenta la historia, tiene que ser alguien que digas “Che es peligrosa”. Si Lucila es blandita, no se puede contar la idea. Además, si se la ve “mala”, significa que está funcionando la contrafigura.

Plataformas y cine.

– Hoy en día, ¿como ves a las plataformas como Netflix?.

– Bueno, no sabría bien que decirte. O sea, tengo muchas cosas para decir o que pienso, pero a la vez está todo muy cambiante. El 2022 fue un año que hubo muchísimo laburo y todo venía de la plataforma porque no hay más ficción en la televisión. Cuando empecé a laburar en esto, había 12 novelas por año. Estaban las del mediodía, las de la 5 de la tarde y también a la noche. Cada una, con elencos grandes. Pegabas una serie y trabajabas un año. Ahora, hay pocas, tienen pocos personajes y encima, son de tres meses de laburo.

– Ahí te pregunto, ¿cambió el público?

– Sin duda y es lógico porque antes no existían los celulares y no había redes sociales. Instagram ya va a ser viejo en un año; ahora es TikTok, Twitch y así es la vida. Facebook ya nadie lo usa y cada vez es todo un contenido para el teléfono eligiendo vos cuando lo escuchás. Cambió todo y resistirse a eso, no tiene sentido. Tenés que adaptarte y ver las batallas que podés sostener. Entonces sí, creo que el público ya no se banca algunas cosas. Tal vez sí, cuando es un reality, un entretenimiento que tiene otra demanda. Igualmente, de pronto puede aparecer una novela que te engancha, pero ya no se necesita verla en la tele a una hora determinada. Me acuerdo cuando era chica y eramos fans con mi hermana de “Resistiré”. La veíamos a las 10 de la noche. Ahora, es una cosa completamente distinta.

-La ceremonia de sentarse a una novela ya desapareció…

-Si. Igual hay algo de la novela –al igual que con los clásicos- que, en algún momento, algo va a pasar. Creo en el poder de la telenovela. Cuando está bien hecha, funciona. Por ejemplo, ATAV no la vi en su última temporada, pero entiendo que le pusieron todo y no funcionó, pero la anterior fue un éxito y ya había redes sociales. Son momentos. Quizás más adelante vuelvan a apostar por la novela y funcione.

-Y volvemos a las plataformas…

-Si. Es medio duro porque dependes mucho de un mercado que no es argentino y sus dueños, en general, viven en otro lado. Este año hubo un 10% de laburo del que hubo en el 2022. Entonces estás más a merced de lo que pasa. Además, para las personas que recién arrancan, el laburo y la manera de proyectarlo está más en TikTok y en las redes que en pegarla en programas juveniles, como los de Cris Morena o con el personaje de alguna tira. Ahora, tenes que ir por otros lados. En las series son mucho menos personajes. Llaman a pocos actores, aunque a veces aparece alguien. El otro día estaba mirando la serie “Iosi” y me encanta lo que hace Gustavo Bassani. Es clave que Gustavo no sea un actor que ya conocías para producir la identificación con el personaje.

-Tenés razón.

– Es un actor que está formado y es bárbaro. No es que empezó a actuar con “Iosi” pero no se le conocía esa faceta. Está bueno que aparezcan caras nuevas y haya una rotación porque, pareciera que trabajan siempre los mismos.

-Hablando de cine, se te vio hace poco en el festival de cine “Buenos Aires Rojo Sangre” con “Control Zeta”…

– ¡Si! Axel Gaibisso, el director de “Control Zeta” fue alumno mío de teatro por muchos años. Me dijo si quería participar en la peli. Tengo 2 o 3 escenas. La verdad es que lo quiero mucho y me pareció lindo poder estar en su primera película que era que es su película de egresado de Imagen y Sonido.

Otras facetas

-Recién dijiste que no estás dando más clases de teatro…

– Ahora no. Además, soy astróloga…

– Si, sí.…

– Venía dando clases en modo de seminarios. Por la pandemia, uno lo terminé virtual. Después, volví a darlo el verano siguiente en una plaza. Lo que pasó fue que, por suerte, tuve mucho laburo. En el 2021 me fui dos veces a Colombia a filmar la tercera temporada de “La Reina del Sur”. Volví y ya tenía lo de “Medusa”. Terminé en junio y a las dos semanas estaba arrancando “Cóndor” que, cuando finalizó, empecé con “El encargado”; en el medio, iba haciendo cartas astrales. Doy clases porque me gusta y lo disfruto, pero necesito tener disponibilidad horaria y energética. Me pregunté si iba a dar lo de siempre, llegando corriendo a clases, y no. Este año, con los ensayos -que eran de noche de martes a domingo-, pensé que podía dar un seminario en octubre. Me quedaba libre el martes, pero no quería ocupar la única noche libre.

-Entonces…

-El año que viene, ya más armado, tengo el plan de dar algo, probablemente en la primera mitad de año. También siento que cambió un montón mi mirada de la actuación. Lo que tengo que dar, debe tener una relectura de mi propia mirada. Eso me lleva a cuando arranqué en su momento dar clases y qué es lo que quiero dar.

-Querés otra cosa.

– Claro, y esto que quiero encontrar amerita un tiempo de investigación que no voy a apurar. Para mi, dar clases es casi, un motor. Muchas de las cosas que hago, pienso y anoto es para eso. Es mi norte, pero a la vez no lo necesito para el día a día.

Una María interna

-Recién contaste la resignificación que hay con el personaje de Roxane, feminismo mediante. ¿Cómo ves ahora a Actrices Argentinas?

– No soy parte de AA. Tengo la mejor relación y estuvimos ahí en algún momento, cuando fue la primera vez que se trató la Ley del Aborto. Después no seguí. Tengo buena onda, pero no estuve muy metida. No sé ahora cuán activo está el grupo, pero está bueno saber que ese espacio está. Que hay un grupo de contención, que somos mujeres colegas que nos aguantamos y les confío 100% en sus buenas intenciones.

-El refrán dice que “de buenas intenciones, está lleno el camino del infierno”. Le pegaron mucho a la colectiva…

-Se castiga mucho a todos los colectivos feministas, y si son actrices, más todavía por el grado de exposición que tienen. El feminismo genera mucho y ahora, con el presidente que acaba de ganar, se ve que hay una reacción fuerte al respecto. Es muy típico que, después que aparece un movimiento de cambio y liberación, surja una contraofensiva. Ocurrió en la Revolución Francesa y sucede bastante en la historia. Lo que pasó con Actrices Argentinas fue que, al estar más expuestas, en tanto actrices, era más fácil pegarle.

-Si te traigo un formulario y te pregunta “profesión”, ¿qué ponés?

– Actríz.

-¿Y astróloga?

– Depende de dónde. Mirá, en mi twitter y mi IG pongo “actriz” y “astróloga” pero si es en el aeropuerto o el médico, pongo “actriz”. Igual, me siento muy astróloga, ¡eh! Te diría que, desde que soy astróloga, mi actriz es mucho más libre. Es más feliz y hago todo mejor. Cuando era chica, hacia el chiste de que la actuación era lo que más me gustaba en la vida y, a la vez, era mi condena porque era no me podía imaginar haciendo cualquier otra cosa que no fuera eso.

-Pero….

-….desde que descubrí que había otra cosa que me gustaba, mi actriz es mucho más libre. No creo que vaya a dejar de actuar, pero en la pandemia lo pensé. “Bueno, qué sé yo, tal vez se vuelve algo mucho más esporádico”. Y si es así, está todo bien. Me puedo imaginar otra vida. De hecho, me interesa mucho también meterme en algo que estoy viendo hace un montón y que me interesa mucho que es la comunicación. Me gusta mucho el mundo del podcast, la radio. Estuve haciendo una columna de astrología en el programa de Wainraich. Me gustaba hablar de astrología y todo, pero lo que más disfrutaba era ir a la radio. Realmente, me fascina.

-Si tuvieses un programa de radio, ¿a qué hora sería?

– Me gustaría que sea diario, y a la tardecita. Ahora no podría por el teatro, pero, si no, a la mañana también. Soy más del día que de la noche.

– Las dos últimas, ¿habrá una María Abadi directora? ¿O dramaturga?

– Estudié dramaturgia bastante cuando era más joven, con la fantasía siempre de escribir y dirigir para acceder mundo teatrero, pero ahora estoy en un momento…Mirá, escribir no pero con un amigo del off está la posibilidad de juntarnos para un proyecto en el que estemos dirigiendo los dos, estando ambos en escena. No lo quiero spoilear porque todavía no nos juntamos. Después, justo antes de la pandemia, me había empezado a picar el bichito de dirigir. La verdad es que ahora no estoy con energía pero no lo descarto. Tal vez, en algún momento, agarre. Eso si, sería en teatro y no en audivisual, ya que no me llevo muy bien con el mundo de lo técnico. Podría dirigirlo si tengo otra persona que se ocupe de eso. No me siento muy cómoda en decir “Ah bueno. La cámara, la luz, este lente”. Me siento con más formación teatral.

-Si por esta escalera entrase la María Abadi de 17 años, ¿qué le dirías?

– ¡Agarrate! Que no tenga miedo, que pruebe…

– ¿Tuviste miedo?

– ¡Si! ¡Todos los días! Actúo con miedo. O sea, soy una persona que, por más que tenga miedo, hace igual. En ocasiones, aparece después de algo que hice. Si me ponía a pensar dos segundos en hacer “Cyrano”…pero después siento que vale la pena porque es una experiencia de vida y no solo como actriz. Así es como me mando. No es que no lo hago con miedo. Soy apegada y me cuesta tomar decisiones. Cuando era chica, ponele entre los 18 y las 24- pensaba que si hacía una tira juvenil, nadie me iba a respetar….

-Era miedo a quedar encasillada….

– Si, pero era una boludez. Esa mentalidad de una edad en la que uno piensa que cualquier cosa que hagas, queda fija pero después, uno se reconstruye. Siento que tenía mucho miedo a equivocarme. Todavía lo tengo, pero tal vez ahora lo tengo más en aspectos de mi vida personal y no tanto en el trabajo. Cambié mucho al respecto. Te diría que, hasta hace tres o cuatro años, mi vida era el trabajo. Hoy ya no me pasa. Disfruto y vivo de esto, pero mi felicidad no está ahí. Es una parte, pero no es toda la felicidad.

“Cyrano”. Teatro General San Martín. Av Corrientes 1530. Miércoles a sábados, 20 h; domingos, 18 h.  

“El Encargado”. Segunda temporada. En Star Plus.

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