Karina Farji: “En mis trabajos, hay belleza, misterio, melancolía y drama”

«Mostró la hilacha”, exhibición pergeñada por Karina Farji, busca visibilizar a la mujer en la historia del arte y por antonomasia, a su reparación. ECDL no sólo asistió a la inauguración realizada en el Museo de la Mujer sino que tuvo la posibilidad de dialogar con la artista, que se refirió a sus trabajos y el rol del feminismo.

Por Cecilia Inés Villarreal

El viernes 14 de julio se realizó la inauguración de la exposición “Mostró la hilacha” en el Museo de la Mujer, ubicado en Pasaje Rivarola 147.Se trata de una obra muy personal de la artista plástica, curadora y abogada Karina Farji. Cuenta con la curaduría a cargo de Patricia Indij.

La muestra se divide en dos: por un lado, se trata de fascículos de las mujeres (las consideradas musas) retratadas en la Historia del Arte, intervenidos con costura, y por el otro, se proyecta un video performático con la lectura de relatos testimoniales en primera persona. Estos fueron extraídos del libro “La mujer pintada” de la poetisa argentina Teresa Arijón.

Frente a esos cuerpos, miradas y gestos construidos artificialmente de acuerdo a parámetros de belleza patriarcales, invocó su propia historia familiar. Trabajó con la idea de cubrir, tapar, enmendar mientras colocaba capas sobre capas como si se tratara de un palimpsesto. “No es lo que se ve. Es lo que quiero ver. Creo metamorfosis en cada obra. ¿Son manchas? ¿Son mujeres, flores, ramas? ¿Fantasmas? (…)»

La entrada es gratuita y se podrá visitar hasta el 1 de agosto.

Al respecto, Karina Farji se hizo unos minutos para un diálogo más que ilustrativo.

– ¿Cómo surgió la idea de hacer este tipo de muestra, de trabajar estos materiales?

-Vengo trabajando con la porcelana fría, la costura, al igual que con la intervención de fotos familiares. Hay una cuestión autobiográfica con las mujeres de mi familia, que formaron parte de obras anteriores. Ahora, la aparición de estas mujeres de los fascículos de las revistas que llegaban con el diario del domingo, me convocó desde otro lugar. Era linkearlo con lo femenino y con el universo que trabajo. Se trata de intervenir la costura; perforarla y entrarle a una historia, a la historia del arte y al lugar que ocuparon (y ocupan) las mujeres en otros ámbitos.

Con las fotos familiares me pasa una cosa y con estas mujeres, sus cuerpos, sus gestos, me da ganas de enmendarlos. «Mostró la hilacha» es la historia de las mujeres y de contar algo que no se ve. Trabajo mucho sobre esto y sobre lo que aún quedó silenciado. Trato de ponerle ruido a través de la costura, la pintura, la escultura. Me dediqué a trabajar con rollos y los intervine con vino. El rollo me lleva al problemita de donde está el nudo, que es largo. Tiene diez metros. No se podían extender tanto.

…como un árbol genealógico…

-Casi. Les llamo «Mujeres fantasmas» porque son los fantasmitas que tengo adentro en relación a lo femenino. Aparecen genitales, mujeres, palabras, un poco lo tabú. Hablar de esto es referirse a los mandatos, y las ganas que tenemos de hacer otras cosas. Salir de la idealización, que no se nos vea tan perfectas. Esta mujer (señala una obra) está hecha en azulejos, para armarla y desarmarla. A veces está enterita, otras, quebrada.

– Como una fragmentación tanto interna y quizás externa…

– Sí. Que podamos aceptarla y jugar con eso. ¿Viste cuando las piezas se van moviendo pero siempre forman parte de una misma unidad? Es reconocernos así porque hay un mandato de sufrimiento. La idealización puede ser desde la belleza o lo malo.

– El papel de la religión de ir por un camino recto…

– Por supuesto. Lo correcto. Rompamos un poquito, cosemos otro tanto. Le damos un poco de agujeros por donde dolió. No es por causar más dolor sino que tiene que ver con algo mío, con una necesidad de poner el cuerpo.

-En tus obras, trabajás con oficios más bien femeninos. Subvertís la pasividad y la sumisión…

– Es el mandato de los cuerpos de las mujeres en la pintura, retratadas en la historia del arte. Las ves y están muy pasivas. Eran sometidas a eso. Muchas de ellas eran artistas y se contactaban con el arte siendo musas. Es otra forma de contar. Uno las puede pintar, yo las cosí.

-De hacerles un homenaje…

– Sí, a estas mujeres.

-¿Qué pensás del movimiento feminista?

– Siendo mujer apoyo todo lo que tenga que ver con la reparación y a conocer historias que no conocemos, por reinvindicarlas y luchar por tenerlas. Que las mujeres tengan un papel digno -que nos corresponde- y nos haga sentir bien. Es muy difícil pero creo que estamos en una lucha muy interesante.

-Ir tejiendo la trama, ir armando…

-Sí.

– En «Las mujeres en la pintura«, las vas interviniendo con hilo, dándoles vida, que hablen…

– Más que hablen. Veo ojos muy tristes, que lloran. Es lo que a mi me transmite. Había mujeres que posaban doce o catorce horas en la misma posición. Sólo paraban para tomar agua. Hay espaldas, columnas vertebrales, senos, bocas, ojos. Toda esa pasividad me da mucho dolor, la costura lo sutura.

– ¿Cómo calificarías tu obra? ¿Quizás intima, una especie de exorcismo personal?

– Le hago un homenaje a las mujeres. En lo personal me he castigado y las he castigado mucho porque, culturalmente, nos atraviesa. Viví situaciones muy desgraciadas con las mujeres de mi familia, cuando te atraviesa la tragedia. Mi obra es muy intima como vos dijiste, emocional. No la siento como catártica. Trato de plasmar ciertas emociones mías

– ¿Cómo sigue la muestra? ¿La vas a llevar a otros espacios, al interior, al exterior?

– Mi idea es llevarla a otros espacios. Hay cosas de ahora que realicé afuera, en una residencia que hice en España. El video que se está proyectando, son textos en primera persona de modelos que los saqué del libro «La mujer pintada» de Teresa Arijón, un libro que recomiendo mucho. Mi idea es seguir con esta muestra y esta temática porque es lo mío. Es mi rollo. Tenés «La mujer rota», «La mujer cosida», «La mujer fantasma»…Hay mujeres jarrones.

– ¿Cuales fueron tus últimos trabajos?

– Lo más reciente fueron «Las alas cosidas» que se relaciona con un despliegue que se viene. Poder pensarnos de otra forma y aceptarnos. Reconocer y mostrar nuestra historia, no solo para que la valoren los demás, sino también nosotras. Sacar hacia afuera la concepción artística.

Karina Farji presenta “Mostró la hilacha”. Museo de la Mujer, Pasaje Rivarola 147. Hasta el 1 de agosto. Entrada gratuita. IG: @karinafarjiobras

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