Canta, recita y actúa. Esa es Irene Goldszer en sus múltiples facetas artísticas. Esta vez, está presentando su recital “Pedazos” todos los primeros domingos de cada mes en el Camarín de las Musas, al tiempo que en teatro se la puede ver en “La Cita”. A full con sus búsquedas, Irene habló con el Caleidoscopio de toda su actualidad artística y también de lo que se viene.
– Desde hace muchos años que investigo en la intervención de la música de una manera teatral en la escena, intentando la fusión de la actuación y el canto. El recital “Pedazos” surge como muchas de las cosas, un poco sin darme cuenta -lo cual es maravilloso- y luego, ante la repetición y la prueba sobre las letras y las melodías. Los gestos que hacen que las canciones den vueltas a mi alrededor tanto en imágenes como en sonidos, y el estar atenta a lo que me pasa, las lecturas que hago, los encuentros que tengo, los deseos; se empieza a constituir como un todo.
– ¿Los textos y las canciones van mutando a medida que pasa el tiempo?
– Los textos y las canciones no mutan en sí mismos. Lo que, quizás sí se modifica es la manera en que los digo o canto. Incluso mutan dependiendo del espacio en donde se realice el recital. Puedo agregar un detalle por algo que esté sucediendo en ese momento o alguna situación que me tenga tomada y puedo hacer referencia entre canción y canción.
– Barbra Streisand se definía como “la actriz que canta”. ¿Vos tomarías la misma definición?
– En principio sí. Soy una actriz que canta, trabajo mi voz, entreno para que sea cada vez más potente, nítida y también suave y rica en matices. No intento que se vea el despliegue que puede tener mi voz –que quizás intuyo que eso puede buscar una cantante – sino que la voz sea la oralidad de la letra, que exprese y acompañe. Los textos y las canciones difieren sólo por el uso que se le da a la voz, hablada o cantada. En “Pedazos” la voz intenta tomar esas formas y que se vuelvan una. Cantar es una forma de hablar y viceversa. Tengo en mi heladera un recorte de un texto que escribió hace muchos años Amelia Bence para el Radar de Página 12 del cual extraigo una frase que me identifica. Dice: “Bah, yo no soy cantante, soy, como dicen los franceses, una disseur, y toco el piano, y tengo buen oído, no desentono…”. Yo toco la guitarra, no el piano y disseur me sienta bien.
– ¿Podría decirse que “Pedazos” es una obra conceptual en tanto un hilo conductor que la lleva adelante?
– “Pedazos” es un recital, sólo que como en general los recitales no tienen un hilo conductor aparente -porque los músicos eligen qué canción seguirá a tal otra y eso indefectiblemente arma un hilo conductor-, podría enmarcárselo como obra también. En las letras resaltan ojos, dedos que se mueven solos, bocas que hablan sin sus cabezas. Hay dedos que suenan en el vivo –los chasquidos-. Un corazón sin forma de corazón. El viento, el pasto y el cielo como escenarios de esas bocas, dedos, pelos, cuerpos que se desprenden de su parte total. Lo cotidiano del ténder y el surrealismo de los dedos colgados en él. Las sábanas, el sueño que se queja, la noche infinita. Las palabras que hartan. La interferencia del lenguaje. Algo bueno puede nacer desde tan abajo – el amor… una planta… una casa…-. Disfrutar de lo pequeño. Un abrazo. Los trozos que se cuelan (que se meten), los trozos que dejan secuelas. Las partes del cuerpo, las emociones, los pensamientos que se liberan y cometen actos que no controlamos y vuelven y nos transforman. Creer. Imaginar. Querer. Y llorar por eso y reír también por lo mismo. La maldad en un libro, en un dicho, en la naturaleza, en todos lados. El engaño y el amor. El origen de la obra. Esos son los conceptos que contienen a Pedazos.
– Las canciones/recitados, son de hace mucho tiempo?
– Son del año 2010, año en que estrené el recital. Las letras en su mayoría han surgido de un diario que escribo, a veces más poético y otras más cotidiano, que es la mixtura que tienen las letras, canciones y el color del recital. Jugar con lo real y lo artificial, con lo poético y lo cotidiano. Como con la voz hablada y la cantada. Esa línea en donde empieza a ser imperceptible cuando algo comienza o acaba y lo cotidiano se vuelve poético y lo artificial real y la voz canta y habla al mismo tiempo. Y sus viceversas.
– ¿La selección varía de acuerdo al recital?
– Si bien es un recital, lo concibo como una obra de teatro también, en donde hay un texto, que en este caso son los recitados y las canciones. Con esto quiero decir que no, que las canciones y los recitados no varían. Y hay un orden que también es el mismo. Esto se modifica solamente cuando hago el recital en un contexto que no es una sala de teatro, por ejemplo en un bar, o en la legislatura, pero en esos casos no hago mi recital, sino que canto algunas canciones del recital, que es distinto.
– Escrito tengo muchísimo, no todo lo hago canción ni recitado, no todo es obra; pero sí recurro a material escrito hace tiempo y por suerte existe aquel que aún me sorprende al leerlo. Y quizás hay alguna frase que incluyo porque me sigue representando a pesar del paso de los años. Las primeras pruebas que hago con las canciones en general no las grabo, intento retenerlas y si no las retengo es porque no era por ahí. Luego, al pasar los días y las melodías persisten, voy entendiendo para dónde van y cuál es la sensación con la que sería bueno cantarla, cuál es el personaje, qué cuenta en realidad la letra… ahí la grabo, Algo casero para poder escuchar, darle matices, pulir.
– ¿Hay posibilidades de grabar este material en CD?
– El CD ya está grabado, sólo que aún no lo distribuyo. Es un material que requiere ser visto. Muchos me han pedido el cd luego de ver el recital. Pero aún no me decido a que las canciones viajen solas, aunque lo hacen. En “Y el fin”, mi recital anterior, como programa entregaba un cd con textos, fotos y sólo algunas canciones del recital. Intento para Pedazos encontrar la manera de que ese cd represente al recital en su totalidad, aún no la encuentro.
– ¿Qué invitados vas a tener? –si se puede saber….-
– La/os invitada/os se van constituyendo como los invitados permanentes de Pedazos. Carla Crespo se suma tocando la batería, Leandro Stivelman, melódica y caja; Marina Fantini el charango y Federico Barroso Lelouche recita conmigo un texto. Cada uno de ellos se ha apropiado de la canción que compartimos de una manera conmovedora. Y lo particular es que todos somos actrices y actores que además hacemos música. Paco Fernández Onnainty, artista plástico, crea el espacio que contiene al recital. Él trabaja con materiales como bidones e hilos generando un entramado hermoso y singular.
– ¿Vas a cortar el video que se filmó del back de “Pedazos”?
– Pablo Lugones, bailarín y actor, filmó el último recital en el Camarín de las musas. Realizó un video precioso que incluye el armado del espacio, los ensayos antes de dar sala, y nuestras risas y amor por lo que estábamos haciendo. Todo con mucho humor y sensibilidad. Así que la idea es tener ese video rodando por internet, como una suerte de invitación al recital, mostrando el momento previo a la largada.
– Estás en “La Cita”. ¿Cómo fue ponerse en la piel de la esposa de Rodolfo Walsh?
– La Cita es una obra que está basada en la figura de Rodolfo Walsh. Lilia Ferreyra fue su última mujer, tengo entendido. Al principio tenía más carga que la que siento tiene ahora. Abordar un personaje sabiendo que incluso aún la persona vive es complejo, pero intentamos dejar de lado ese temor de parecerse o no. Con lo cual intentamos acercarnos a lo que el texto pedía y luego también la escena y el vínculo entre los personajes y esto es una cierta picardía, una compañera en las buenas y en las malas, una mujer consciente de sus actos que cuida y protege. Mi personaje busca darle un poco de luz al contexto de clandestinidad en donde se encuentran.
– ¿Conocías la obra de Walsh? ¿Cómo fue acercarse al mundo de un personaje tan fuerte de nuestra historia?
– Había leído “Operación Masacre” y sabía quién era él, su compromiso, su carta a la junta militar. Cuando empezamos a trabajar con Aldana Cal, la directora y los actores Mariano Speratti y Rubén Sabadini, circuló entre nosotros “Ese hombre y otros papeles”, un libro de recortes escritos por él que nos acercó a su historia desde un lugar más cotidiano, que es el que la obra propone.
– Es muy bueno el trabajo de la multimedia y de la pantalla! ¿Qué me podés contar al respecto?
– La obra obtuvo una mención especial en Premio Centro Cultural de la memoria Haroldo Conti edición 2010. Nosotros estrenamos la obra allí mismo en el año 2011. Para la filmación Aldana convocó a Luis Bernárdez para realizar los videos que fueron filmados en el jardín del centro cultural Haroldo Conti y creo yo, es una manera de separar en capítulos la obra, como si fuera un traslado de la mecánica de un libro a otra disciplina y creo que se conjuga muy bien aquí. Así como las sombras y ese mundo más íntimo que se observa, en el espacio que desarrolló Rosaura Flynn, el jardín. Estar oculto y ser visto.
– También estuviste participando de ese suceso teatral llamado “Estado de ira”…
– Participar de Estado de ira es una maravilla, intuyo que es el sueño de cualquier actor. Mi paso es momentáneo pues reemplazo a Dalila Romero. Yo ya había trabajado con Ciro Zorzoli como su asistente en tres obras, pero nunca como actriz.
– ¿Cómo fue entrar en esa sincronicidad que requiere «Estado de Ira» con el tema de los tiempos y demás?
– Los ensayos fueron pocos, pero intensos. Era vivir lo que se desarrolla justamente en la obra, el armado de un reemplazo; claro que conmigo fueron todos muy amorosos… Yo había entrenado con Ciro y había algo del mecanismo que estaba entendido per se. Lo primero fue saber la letra e ir a observar las funciones. Luego poner el cuerpo. Ensayábamos en lugares en donde se reemplazaban los objetos que ya son reemplazados en la obra. Muy esquizofrénico y divertido también. Y escuchar, seguir el ritmo conjunto. La obra tiene una estructura que soporta esos movimientos. A mí me sugirió Valeria Lois, que también está haciendo un reemplazo en la obra.
– ¿Cuales son tus próximos planes para el resto del año?
– La idea es continuar tanto con Pedazos como con La Cita realizando funciones aquí en Buenos Aires, pero también surge la necesidad de descentralizar la actividad y viajar al interior del país y al extranjero, por qué no, pero ese es un proyecto más a largo plazo.
Por otro lado junto con Mónica Salerno, dramaturga y directora tenemos planeado un estreno para octubre de un unipersonal.
Y esperar lo nuevo que pueda aparecer, que sorprenda y estimule el trabajo. Lo importante es mantenerse cerca de la acción.
“La Cita”. Teatro ElKafka. Lambaré 866. Jueves, 21 hs.
Recital “Pedazos”. Camarín de las Musas. Mario Bravo 960. Primer domingo de cada mes. A las 21 hs.