Con un clima cambiante y un tanto fresco, se inició el Buenos Aires Festival de Cine Independiente que está cumpliendo veinte años. Tal como solemos realizar a lo largo de los años, cubrimos el festival concurriendo a las distintas funciones que hay en cartelera. Caminando los cines y viendo la recepción del público y de los colegas periodistas y críticos.
Para iniciar nuestro recorrido, tuvimos el placer de ver dos buenas opciones para abrir la vigésima edición del BAFICI en nuestra lengua.
Paisaje
Juventud, divino tesoro
Dirección: Jimena Blanco. Guión: Jimena Blanco, Lucila Comeron. Con Laura Grandinetti, Camila Rabinovich, Camila Vaccarini, Ana Waisbein. Sonido: Catriel Vildosola. Edición: Delfina Castagnino. Dirección de arte: Julieta Dolinsky. Musica: Henry Navia. Productor: Diego Dubcovsky. Produccion ejecutiva: Lucia Chavarri. Compañia productora: Varsovia Films. Año: 2018. Formato: DCP. Idiomas: Español. Color: Color. Minutos: 67. Pais: Argentina
Comenzamos nuestro recorrido cinematográfico con “Paisaje”, opera prima de Jimena Blanco que es es la primera película argentina que ingresa a la Competencia Internacional. En este caso, relata una escapada de cuatro amigas para ver un recital de rock. Pero esto es solamente la punta del iceberg de una película que, a la larga, de una u otra manera, termina captando la atención del espectador. Desde el comienzo, en lo que parece ser una secuencia infinita de primeros planos, el corte se produce de manera adecuada para adentrarse en el mundo de Camila, Juli, Agustina y “La Peque”.
El recorte de tiempo es fundamental. Nos ubica en el final de la década de los 90. No había internet. Si se quería acceder a la información, era a través del boca en boca y la lectura, más allá de la consabida invitación al show por un conocido u amigo de la casa. La “rebeldía” en buscar un nuevo mundo, una aventura a un recital. O sea, poniendo el cuerpo en acción.
El detalle en las particularidades de las cuatro amigas es exacto. Es aquello que permite la empatía inmediata al tiempo que abre una puerta imaginaria al pasado y recordar aquellos “tiempos”. La conformación de las identidades y la forma en que afrontan la aventura con todas las vicisitudes que la rodean. Desde el ir a ver un recital punk hasta las confesiones más íntimas, sorprendiendo no solo al grupo de las cuatro sino la definición propia de lo que significa la palabra “amistad”. Sus límites y cuanto se está dispuesto a aceptar en pos de aquella.
Todo en el marco de una ciudad de Buenos Aires que se erige como ese gigante que asusta y cautiva al mismo tiempo mientras que ellas, cada una desde su lado, tendrá motivos suficientes para que la noche pase y el futuro llegue a encontrarlas (y modificarlas) en su ser.
Las actuaciones son precisas. Denotan esa frescura que capta inmediatamente la complicidad y el recuerdo.
Viernes 13 de abril. Village Recoleta 5. A las 16.10 hs
Domingo 15 de abril. Gaumont. A las 23 hs.
Agujero negro
El difícil arte de aceptar lo inevitable
Dirección: Diego Araujo. Guión: Diego Araujo, Hanne-Lovise Skartveit. Con Victor Arauz, Daniela Roepke, Marla Garzón, Alejandro Fajardo, Cristina Morrison. Productor: Hanne-Lovise Skartveit. Sonido: Juan José Luzuriaga. Edición: Soledad Salfate. Director de fotografía: Simón Brauer. Compañia productora: Ilaló Cine, Viewfinder. Año: 2018. Formato: DCP. Pais: Ecuador. Idiomas: Español. Color: Blanco y Negro. Minutos: 102.
En un día atravesado por la adolescencia, “Agujero negro” también habla de ese período de la vida al cual se aferran los adultos, con el fín de evitar que el paso del tiempo gane la batalla que siempre gana. Víctor, un escritor de fama repentina y principios inquebrantables, se muda a un barrio privado con Marcela, su esposa al tiempo que esperan a su primer hijo.
La creación de los personajes es exacta. Un matrimonio que, a pesar de un dibujo un tanto grueso, no deja de ser fácilmente reconocible con la consabida puesta en juego de diversos valores. El hombre que trabaja y no se resigna a un trabajo más doméstico frente a la mujer que sale a trabajar, embarazada y todo. Desde este punto de vista tenemos mucho para charlar. ¿Pero que pasa si el escritor/esposa encuentra su musa en Valentina, una vecina de 16 años, hija de un vecino con poder político?.La crisis de creatividad se suma a la identitaria y al deseo de aferrarse a un pasado por demás lejano, potenciado por la presencia de una bella y carismática joven.
Será Valentina la que, siguiendo en la línea de jóvenes que responden al modelo de “Juno” (con toques de “Lolita”), plantee, ya sea de manera directa o de silenciosa, la que lleva a un lugar de corrosiva inquietud la vida de Víctor. Ese miedo patológico hacia un futuro que llegó hace rato pero del cual no hay ningún deseo de someterse a sus directrices.
Víctor tendrá algunas características de algún personaje de película de Woody Allen con sus dudas, neurosis y ese toque de timidez junto con cierta intelectualidad bien entendida como tal. El deseo de ser un escritor de renombre y sea el que conciba la novela “esencial” de Ecuador lo pone en un lugar determinado.
Las actuaciones son por demás destacables. Si bien Víctor Arauz es el protagonista del film, rol que lleva adelante con solvencia, será Marla Garzón la que ilumine la pantalla con su presencia. La frescura de esta joven actriz será fundamental para la química que debe haber entre ambos personajes, potenciando la película. Otro gran acierto es filmar todo en blanco y negro lo cual ayuda sobremanera para que sea mucho más empático e inquietante su desarrollo.
«Agujero negro» lleva a la pantalla esas crisis de mitad de edad con un film preciso que no escatima el humor y el romance, en dosis exactas.
Viernes 13 de abril. Village Recoleta 7. A las 17.30 hs
Lunes 16 de abril. Village Caballito 8. A las 22.50 hs.