Adaptar un libro a una película nunca es fácil. Menos aún si se trata de un best seller y una muy buena novela (recordemos que ambas categorías no van siempre de la mano) como la homónima de Kazuo Ishiguro. Con una excelente fotografía, el film va desentrañando sin prisa pero sin pausa las historias de Kathy, Tommy y Ruth, desde su niñez hasta los veintipico, ya como adultos casi plenos. Los tres niños comparten su residencia en un centro especial de Inglaterra, donde son criados como donantes vivos de órganos. Lo que parece muy fácilmente descripto en una sola línea, no lo es en absoluto en la película. Esta va paso a paso, a través de los ojos de Kathy, recreando el paso del tiempo, donde todo lo que uno podría considerar como “importante” o de “contenido”, transcurre en forma paralela a su propia historia, -que es la que la retrata Mark Romanek-.
El desarrollo de la película es armonioso y sin ningún tipo de apuros, pero para nada lento. Tendrá sus momentos de quiebre para después retomar su cadencia más cercana a la poesía que a la ciencia ficción. Al respecto, es excelente la forma en que se toma la historia en la cual el componente social referido a la opresión en la que viven, la manipulación de sus vidas y un destino trágico convive con los deseos de vida y ansias de futuro de estos chicos. La “normalidad” en la que –aparentan- vivir es lo que hace más fuerte la presencia de ese otro componente. La cámara capta las pequeñas vivencias y sus gestos mínimos frente a una vida predeterminada. Esa sutileza le parecerá “frialdad” a todo aquél que no la capte pero, en realidad, es allí donde reside la fortaleza de la película.
Con un elenco de primer nivel, la presencia femenina es fuerte y contundente. Carey Mulligan es una Kathy tímida, sensible y de fuerte presencia a partir de dichas características; Keira Knightley, exacta como la impetuosa Ruth (por favor, Keira, nunca más te tiñas de rubia que, con ese castaño oscuro y esos ojos, dan ganas de cruzarse el Atlántico a nado). Dos presencias sutiles y fundamentales son las de la genial Sally Hawkins como Miss Lucy, la maestra que, desde la pena y la misericordia, devela el futuro que les espera a sus alumnos y Charlotte Rampling, como la Madama del Centro, fría y convencida de la misión que le corresponde realizar con sus chicos.
“Nunca me abandones” atrapa de a poco para llegar a la conclusión que se ha visto una buena película, con un tema por demás abarcativo a distintas esferas de nuestra sociedad.
Ficha Técnica
Título Original: Never let me go. Guión: Alex Garland, sobre la novela de Kazuo Ishiguro. Con Carey Mulligan, Andrew Garfield, Keira Knightley, Charolotte Rampling y Sally Hawkings. Fotografía: Adam Kimmel. Edición: Barney Pilling. Música: Rachel Portman. Dirección: Mark Romanek. Duración: 104′. Origen: Reino Unido. Año: 2010.
Cines Hoyts Abasto, Atlas Patio Bullrich, Belgrano Multiplex, Showcase Cinemas Belgrano, Village Caballito y Lorca